Los habitantes de la localidad de Grünheide, cerca de Berlín, y los grupos ecologistas han vuelto a cargar contra la fábrica de Tesla después de un incendio que habría afectado parte de las instalaciones de reciclaje de la misma. Según un portavoz del cuerpo de bomberos local, se tardaron cinco horas en extinguir el fuego y no se tuvieron que lamentar heridos de ninguna consideración.

Lo que, a priori, debería quedar como un incidente sin más impacto que lo que le cueste a Tesla volver a poner en funcionamiento el espacio, se ha convertido en un problema más importante para la compañía estadounidense porque los grupos ecologistas han vuelto a la carga mostrando su preocupación a raíz del agua utilizada para extinguir el incendio, que podría filtrarse por el suelo y generar contaminación. 

A los ecologistas se le suman los habitantes de la localidad a la que pertenece la fábrica, que, según alegaron en el diario Berliner Zeitung, se quejan de que el incendio “es uno más de muchos incidentes peligrosos para el agua subterránea”. Ambos, tanto vecinos, como ecologistas, piden que Tesla detenga su producción mientras se realiza una investigación para ver si la marca de coches eléctricos lleva a cabo medidas suficientes para proteger las aguas subterráneas.

De hecho, una asociación vecinal de la localidad visitó la planta este domingo antes del incendio y ha emitido un comunicado asegurando que “las medidas de mitigación de impacto medioambiental no se han llevado a cabo todavía”. “Solo a través de una enorme presión a las autoridades fue posible que Tesla empezara a operar tan pronto sin las medidas preventivas suficientes”, dice también el texto. Las causas del incendio todavía no se han confirmado.

Tesla quiere ampliar la planta

El incendio llega apenas dos semanas después de que Tesla detallara sus planes de expansión de la planta, buscando 100 hectáreas más, sobre las 300 ya construidas, que se destinarían a almacenaje, logística y hasta una guardería. Como adelantó Neomotor, los trámites ya están en marcha y próximamente debería votarse en Grünheide si se aprueba la expansión o no. Algunas informaciones apuntan a que la votación podría ser el 29 de septiembre, mientras que otras especulan que podría ser en octubre.

Las nuevas quejas de vecinos y ecologistas ponen en jaque la operación, que ya pendía de un hilo ante el eterno escrutinio de los ecologistas, que ya retrasaron en su día el inicio de las operaciones en la fábrica. Tesla se comprometió entonces a aplicar un férreo control del gasto de agua y llevar a cabo políticas de reducción de su uso para convencerlos.