BMW sorprendió con el i4 M50, un vehículo eléctrico que encarna a la perfección todo el carácter deportivo de la división deportiva de la marca, que cumple 50 años en 2022, en un coche eléctrico. Otro ejemplo que diversión y electrificación no están reñidos y que cumple con las exigencias de una compañía que tiene en la deportividad y sus motores parte de su razón de ser. Ofrecer uno de los mejores motores del mercado seguirá siendo uno de los objetivos de la BMW eléctrica y para ello invertirá 1.000 millones de euros en los propulsores eléctricos del futuro.

Esta cifra se destinará a la planta que BMW tiene en Steyr, Austria, hasta 2030 para desarrollar y producir su nueva generación de motores eléctricos a partir de 2025. Del total, 710 millones irán al ensamblaje del motor y sus componentes, incluyendo el rotor, la transmisión, el inversor y la carcasa en dos líneas de producción. “BMW siempre ha intentado ofrecer los mejores motores del mercado”, dijeron desde la marca a Autonews. “Nuestra misión es trasladar este objetivo a la era de los motores eléctricos”.

Steyr, el corazón de BMW

La factoría austríaca lleva más de cuatro décadas produciendo algunos de los motores más emblemáticos de BMW, el corazón de vehículos de la división M y coches también de la marca Mini. Con esta inversión, la firma bávara garantiza el futuro de la fábrica y muestra su voluntad de que siga siendo el motor, nunca mejor dicho, del Grupo BMW. “Años de experiencia hacen de la planta de Steyr la localización ideal para la movilidad sostenible del futuro”, dice Milan Nedeljkovic, jefe de producción de BMW, en un comunicado oficial.

Tras la inversión, en 2030, la planta de la marca alemana podrá producir hasta 600.000 motores eléctricos al año, con el 90% de los trabajadores dedicándose a la electrificación. Actualmente, apenas un tercio de los empleados trabaja en electrificación ya que, de momento, ha sido la planta de Dingolfing, Alemania, la dedicada al ensamblaje de sus motores eléctricos.