La empresa catalana Wallbox es conocida sobre todo por sus cargadores para coches eléctricos, el Pulsar Plus, el bidireccional Quasar y el rápido Supernova. Sin embargo, el compromiso de la empresa va más allá de permitir un acceso más fácil a los coches eléctricos. "Nuestro objetivo final es desbloquear el uso de las energías renovables a gran escala", dice Enric Asunción, cofundador de la compañía y su consejero delegado. Es por eso que pronto lanzará Eco-Smart, un sistema de carga de coches eléctricos con energía renovable, y que acaba de presentar Sirius.

Sirius es un sistema disruptivo aún en fase beta de pruebas que rompe con el tradicional flujo unidreccional de la energía. Según cuenta la compañía, "es capaz de gestionar varias fuentes de energía y de elegir automáticamente la más ecológica o la más barata posible según su disponibilidad para satisfacer la demanda del edificio". Sirius es capaz también de almacenar el excedente de energía en las baterías de coches eléctricos que estén conectados a la red o en las baterías para edificios, como podría ser, por ejemplo, un Powerwall de Tesla.

Las virtudes de Sirius residen en su capacidad de incrementar el uso de la energía renovable de un edificio sin la necesidad de sufrir por los desequilibrios entre la oferta y la demanda cuando las condiciones meteorológicas no favorezcan su producción. Este sistema está especialmente pensado para la gestión de edificios comerciales.

En fase de pruebas

De momento, Sirius no tiene fecha prevista para su llegada al mercado. Wallbox lo está probando en su sede internacional de Barcelona y, según sus cifras, en seis meses ha incrementado un 20% el uso de energías renovables y ha reducido la dependencia de la red en un 50%. En la sede de la compañía se vale de 23 unidades del Nissan Leaf para ser usados como almacenadores de energía, así como de 750 metros cuadrados de paneles solares.

Eduard Castañeda, CPO y cofundador de la marca, expone que, al cambiarse de sede esperaban un incremento del consumo de energía de más del 400%. "Habría sido necesaria una subestación para suministrar la energía que necesitábamos, la cual tardaría nueve meses en estar totalmente instalada", expone Castañeda. "Decidimos aplicar nuestra propia tecnología y nos ahorramos mucho tiempo y dinero, a la vez que reducimos nuestra huella de carbono. Sirius podrá aplicarse en empresas y ciudades de todo el mundo, ya sea para superar las limitaciones del suministro de energía de la red", añade.