La Generalitat ha puesto en marcha la maquinaria legal para aplicar este año el impuesto catalán a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) producidas por vehículos de tracción mecánica, como los coches, las furgonetas o las motocicletas.

El Govern prevé empezar a cobrarlo a partir del 15 de septiembre, pero para ello el próximo 1 de mayo publicará un padrón provisional, accesible para la ciudadanía, en el cual se podrá consultar los vehículos afectados por el impuesto y la cuota a pagar a través de la web de la Agència Tributària de Catalunya (ATC).

De hecho, un simulador de la ATC permite ya calcular el coste del impuesto según las emisiones de CO2 del vehículo -que figuran en la ficha técnica-, aunque en el caso de los turismos el importe irá de entre los 6 a los 60 euros anuales para la mayoría de turismos, según estimaciones de la Generalitat. Están afectados por este nuevo impuesto los turismos hasta un máximo de 9 plazas, las furgonetas de hasta un máximo de 3,5 toneladas y las motocicletas, y el ejercicio que se liquidará ahora es el correspondiente a 2020.

En cambio, quedan fuera de tributar por este impuesto los vehículos 100 % eléctricos, los turismos con emisiones de CO2 inferiores a 120 gramos por kilómetro (aunque para el ejercicio fiscal de 2021 ese límite se rebajará a 95 g/km), las furgonetas que emiten menos de 160 g/km, los ciclomotores, los camiones y vehículos de más de 3,5 toneladas, los autocares y los vehículos usados a transportar más de nueve personas, incluido el conductor.

También resultan exentos de este impuesto vehículos como las ambulancias, los vehículos oficiales, los de representaciones diplomáticas y organismos internacionales, los adaptados para personas con movilidad reducida, así como los históricos y clásicos. La Generalitat ha obtenido los datos para aplicar este impuesto de la información que le facilita la Dirección General de Tráfico.

No obstante, si hay un error en el padrón provisional, los interesados tendrán hasta el 4 de junio para solicitar su modificación, y el padrón definitivo estará listo el 1 de septiembre, de forma que a mediados de mes se activará ya el procedimiento para cobrar este nuevo impuesto, que se calcula que afectará a unos 4,1 millones de vehículos y 2,1 millones de contribuyentes.

Este impuesto fue creado en 2017, a través de la ley de acompañamiento de los presupuestos de la Generalitat de ese año, y luego su regulación se incorporó a la ley catalana de cambio climático, también aprobada en 2017. Sin embargo, su aplicación, que debía arrancar en 2018, se ha ido retrasando hasta ahora por diversos motivos, y el Govern fue variando año a año las fechas previstas de implantación del impuesto.

De entrada, el Govern tuvo que hacer gestiones con la DGT para poder tener acceso a la base de datos de vehículos, luego tuvo que depurar los datos, en 2019 hizo una modificación legal para dar más consistencia a esta tributación y para resolver algunas carencias e imprecisiones legales, y con la llegada de la pandemia se reformuló de nuevo su calendario de aplicación.

Según dice la Generalitat, el impuesto pretende incentivar la compra de vehículos no contaminantes con un tributo que, dicen, está presente en otros países europeos. Los motores de combustión interna liberan CO2 con la quema de combustible. Los coches de gasolina, que durante los últimos años han recuperado terreno al diésel en cuanto a cuota de mercado, al presentar cifras mayores de consumo, emiten más CO2 que los diésel. Algunos coches 'ECO', como los híbridos de gas o los híbridos convencionales también podrían pagar el impuesto, sobre todo a partir del ejercicio fiscal 2021, cuando el límite caiga a la media de 95 gramos de CO2 por kilómetro. Por ejemplo, un Seat León TGI de 130 CV, un coche híbrido de gas natural comprimido con etiqueta 'ECO', emite 105 gramos de CO2 de media, por lo que el primer año no pagará, pero el segundo sí.

La recaudación obtenida por este impuesto se usará, según la Generalitat, para nutrir a partes iguales un fondo de cambio climático y otro relacionado con el patrimonio natural y la biodiversidad. A finales de 2019 el Govern aseguró que quería ingresar unos 150 millones al año con este impuesto cuando estuviera plenamente desplegado.

¿Cuánto pagarán los coches más populares?

La respuesta a la pregunta es: depende. Depende de la motorización, aunque hay ciertas certezas, como que los SUV pagarán más que los coches compactos y que, sobre todo a partir del año fiscal 2021, no se salvarán muchos híbridos de firmas como Toyota. De hecho, el Toyota Corollahíbrido con etiqueta 'ECO', no se salvará a partir del año fiscal 2021 al declarar unas emisiones de 102 gramos de CO2 por kilómetro.

Por ejemplo, el coche más vendido en 2020 en España según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), fue el utilitario Dacia SanderoDacia Sandero. Según la calculadora de la ATC, el dueño de el Sandero más básico, con motor atmosférico de gasolina de 65 CV no pagará nada por declarar unas emisiones de 120 gramos de CO2 por kilómetro. No obstante, el dueño de un Sandero con motor turbo de 90 CV, el más potente disponible, pagará un total de 6,05 euros al declarar unas emisiones de 131 gramos por kilómetro.

Por su parte, el propietario de un Nissan QashqaiNissan Qashqai, el SUV más vendido el año pasado, pagará sea cual sea la motorización elegida. Si se decantó por la variante de gasolina menos potente, de 140 CV, el precio a pagar será de 20,10 euros a raíz de unas emisiones 154 gramos de CO2. La versión gasolina más potente, de 160 CV, paradójicamente declara menos emisiones, 146 gramos de CO2 por kilómetro, pero no se librará de pagar 14,90 euros. La variante diésel de 115 CV declara unas emisiones de 139 gramos de CO2, reduciéndose el importe del impuesto hasta los 10,45 euros.

Por último, el Seat León fue el compacto más matriculado el año pasado. La gran cantidad de motorizaciones disponibles lo convierten en un coche con versiones exentas de pago y con variantes que pagarán por encima de la media. Por motores, el TSI de 90 CV pagará apenas 1,10 euros, mientras que conforme se suba la potencia, también subirá el importe. Así, el TSI de 110 CV pagará 1,65 euros, el 130 CV pagará 2,20 euros y el 150 CV pagará 6,05 euros. Las variantes diésel estarán exentas de pago al quedar todas por debajo de los 120 gramos, incluso el TDI de 150 CV. Las versiones híbridas enchufables estarán siempre exentas, mientras que las TGI, las híbridas de gas, pagará a partir del año fiscal 2021. El Cupra León de 300 CV, con unas emisiones de 172 gramos, deberá pagar 33,60 euros.