Cuando te dicen que tu hij@ tiene altas capacidades, empieza una etapa de aprendizaje añadido al de cualquier otro padre. No sabes bien qué hacer, cómo ayudar a tu hij@, dónde acudir. Y empieza un periodo de desconocimiento. Por un lado, te quedas tranquilo, porque encuentras explicación a esas «cosas» que no encajaban en tu hij@ y que lo hacen diferente a los demás. Pero, por otro lado, no sabes qué hacer, en los centros educativos, en general, carecen de formación y hacen lo que pueden y, si lo hablas con otros padres, te dicen: «¡pues que suerte, es muy listo!». Y así debería ser, pero qué equivocados están.
Tener altas capacidades no es sólo tener un coeficiente intelectual muy alto, es ver y entender la vida de otra manera, ser especialmente sensible a todo lo que rodea, sentirte diferente a tus compañeros por carecer de intereses comunes, no tener habilidades sociales para relacionarte con tus semejantes, no saber reaccionar ante determinadas situaciones por tu baja tolerancia a la frustración, sentirte siempre fuera de lugar, que no encajas en ningún grupo, sentirte incomprendido por todos, padres, profesores, compañeros... Ya no parece que tengan suerte, ¿verdad?
Atención emocional
La atención emocional, tan de moda en estos tiempos, en el caso de los niñ@s y adolescentes con altas capacidades es fundamental y, a día de hoy, sigue siendo una asignatura pendiente. Se van dando pasos en la dirección correcta, como reconocerlos por ley como alumnos con necesidades específicas de educación, estableciendo para ellos la necesidad de una atención individualizada y una adaptación curricular, que se queda en eso, en papel, pues falta lo más importante, la formación de los profesores y orientadores.
¿Cómo es posible que más del 60% de los alumnos con altas capacidades fracasen escolarmente con coeficientes intelectuales superiores a 130, cómo es posible que alumnos pasen mes tras mes y curso tras curso solos en los recreos sin que nadie haga nada al respecto, cómo es posible que un niñ@ te pida por favor que no lo lleves más al colegio, llegando a ponerse enfermo por el malestar que les causa la idea de tener que volver al aula?
Desde Infantil
Ya no parece que tener altas capacidades sea una suerte tan grande, pero es todavía peor cuando las tienen y no son evaluados. Los niñ@s con altas capacidades, especialmente cuando están en la etapa de Infantil, no entienden nada, no entienden por qué tienen que estar quietos sin moverse mientras la profe explica los números del 1 al 10 cuando ellos cuentan hasta 1.000 y saben hacer operaciones matemáticas básicas o aprender las letras cuando han aprendido a leer solos. No entienden que tengan que estar cinco horas de la mañana coloreando y pegando gomets, cuando ellos lo que quieren es leer historias sobre el espacio y los planetas, las plantas, los dinosaurios... Por eso, es tan importante la evaluación temprana, cuando se observen conductas de este tipo en niños de Infantil, pues suele ser en esta etapa donde empieza a cimentarse la frustración y la desmotivación que les acompañara a lo largo de toda su vida académica si no se hace algo para ayudarles. A pesar de tener de 3 a 5 años en esta etapa, ellos son conscientes de que algo pasa, que son diferentes. Y si a esto le sumamos no evaluar el por qué de esa conducta y lo acompañamos de castigos y enfados, catalogándolos de niñ@s difíciles, con conductas disruptivas, les estamos condenando a un suplicio durante toda su etapa escolar, desde Infantil a Secundaria.
Pero sí que tienen suerte, son niñ@s maravillos@s con una sensibilidad increíble, tremendamente empáticos con los demás, con un sentido muy firme de la justicia, despiertos, increíblemente curiosos y esponjas para asimilar conocimientos, grandes lectores, grandes escritores, grandes músicos, grandes deportistas... cada uno en lo que más le gusta, pero tod@s geniales.
Toca unirse
Por ello, los padres nos vamos uniendo, hablando unos con otros y sintiéndonos reflejados en las experiencias vividas, dándonos una palabra de ánimo y haciendo a través de asociaciones como ACI Zamora que la vida para nuestros hij@s sea un poquito mejor. Ofreciéndoles un lugar de encuentro donde estar con otros niñ@s con altas capacidades como ellos y con los que comparten problemas, vivencias, gustos, aficiones... Y trabajando para que los mitos que rodean las altas capacidades desaparezcan.
Los niñ@s con altas capacidades intelectuales necesitan ser atendidos y entendidos y para ello es imprescindible comenzar por una evaluación temprana, atención emocional y acompañamiento en toda la etapa escolar, desde Infantil a Secundaria y, por supuesto, formación del profesorado para lograrlo.