Un gesto medioambiental por la Sierra de la Culebra

Han elegido las mejores semillas de los árboles autóctonos de sus pueblos —desde encinas hasta robles y alcornoques— con el objetivo de que con su plantación el próximo año se convierta en la esperanza de la Sierra de la Culebra, la zona de la provincia devastada el pasado verano por los incendios. Se trata de una iniciativa solidaria y educativa puesta en marcha por alumnos del grado de Gestión Forestal y del Medio Natural del IES Alfonso IX, bajo la tutela de su profesor de Educación Ambiental, Javier Viñuela, tras recibir la propuesta de la campaña “De un árbol puede crecer un bosque”, idea de la asociación La Culebra no se Calla. Al equipo directivo del centro se le ofreció la oportunidad de colaborar con esta iniciativa y desde el instituto recogieron en guante, dándole un carácter pedagógico.

Los alumnos del grado de FP se encargaron de desarrollar el proyecto, elaborando un taller para los compañeros de Secundaria, que se inició con una charla en la que les explicaron todo lo que había ocurrido el pasado verano en la Sierra de la Culebra y las terribles consecuencias que los incendios tienen para el medio ambiente. “Necesitamos a los bosques, son los principales sumideros de dióxido de carbono y hábitat de infinidad de especies animales. Sin bosques no hay planeta. La naturaleza, y concretamente las especies vegetales de nuestras latitudes, son pirofitas, y están adaptadas al fuego. Ellas ya han empezado a hacer su trabajo, a resurgir de sus cenizas”, apuntan los alumnos.

Ahora un nuevo empujón para esa recuperación puede estar en las manos de estos alumnos, por ello, tras la conferencia, llevaron a los estudiantes de la ESO hasta el vivero del instituto para empezar a trabajar con las semillas que previamente habían recogido en sus pueblos y preparado con las acciones del despunte y la germinación. De esta manera, los participantes se afanaron durante esta jornada de convivencia entre diferentes cursos en colocar las semillas en pequeños envases con sustrato para que comience su crecimiento —con los cuidados adecuados— y se puedan plantar estas pequeñas plantas el próximo año en las tierras quemadas.

Para ello, durante lo que queda de curso se dedicarán a regar estos envases y ver cómo van creciendo. “Durante el verano, al ser cerrado el centro educativo, cada alumno se hará responsable de su propia planta en su casa”, explica el profesor Javier Viñuela, quien aplaude todo el trabajo llevado a cabo por sus alumnos de Formación Profesional, ya que se han encargado de poner en marcha un auténtico proyecto de educación ambiental, incluyendo —además de conseguir la información para la charla— todo el material necesario para poner en marcha esta actividad.

Desde la asociación de La Culebra no se Calla se agradece esta iniciativa, que también se ha propuesto en otros centros educativos de la provincia. “Hay una cosa que tienen en común niños y mayores, hay una cosa que puede poner de acuerdo a personas de distintos credos y opiniones, a saber, la necesidad de recuperar nuestros bosques. Por ello, es el momento de juntar todas las manos y encontrarnos en la naturaleza que nos brinda el aire y la vida”, animan. A todos los que se animen a colaborar les piden el mismo trabajo: cuidar de un futuro bosque, a través de la plantación de semillas autóctonas en un tetrabrick, para después hacer un excursión con el objetivo de transplantar en alguno de los lugares asolados por el fuego. Una acción que se puede completar con en el envío de cartas a otros centros explicándoles esta actividad y animándoles a imitar su proyecto.

Los alumnos del IES Alfonso IX ya han dado estos primeros pasos, que les llevarán a una mayor conciencia medioambiental.

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