La Opinión de Zamora

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Experiencia compartida

Ana Isabel Bartolomé de Nicolás y Daniel Vilachao Lisano, de la Escuela de Arte, narran su estancia durante el pasado curso en Gante con la beca Erasmus

Ana Isabel Bartolomé de Nicolás y Daniel Vilachao Lisano, durante su estancia Erasmus en Gante. | Cedida

Un curso completo en una ciudad extranjera, un curso lleno de experiencias y aprendizajes, tanto en lo académico como en lo personal. Eso es lo que han vivido Daniel Vilachao Lisano y Ana Isabel Bartolomé de Nicolás, dos alumnos de la Escuela de Arte y Superior de Diseño que cursaron 3º de Diseño de Interiores en Gante gracias a una beca Erasmus.

“Después de casi diez meses, mi vida cambió por completo, de Duruelo de la Sierra, un pueblo de Soria, a Gante, una ciudad universitaria de Bélgica”, resume sobre sus vivencias la joven estudiante, quien recuerda que al principio “fue difícil asimilar mi nueva vida. Dejaba en España a mi gente, mi familia y mis amigos. Era el momento de empezar esta vida de cero, conocer a gente nueva, nuevas culturas y nuevos idiomas”, apunta.

Los estudiantes de la Escuela de Arte, en una excursión. | Cedida

Ese camino reconoce que fue más sencillo de recorrer gracias a la compañía de Daniel, uno de sus grandes amigos en la carrera, con el que también aprovechó para recorrer el país y ciudades cercanas. “Debido a su posición, pudimos viajar por Europa todo lo que el COVID nos permitió, desde Berlín hasta París, Colonia, Croacia o Ámsterdam”, enumera Daniel, quien también destaca todas las actividades de las que se puede disfrutar en el mismo Gante. “Hay numerosos museos y un interés arquitectónico elevado, con mucho ambiente nocturno. De hecho, es una de las ciudades universitarias más importantes del país”, apunta.

Metodología diferente

Sobre las clases, el alumno asegura que la metodología “es diferente a la que conocemos en España. Todas las asignaturas son en grupos”, compara. “A pesar de estar haciendo un bachelor internacional con asignaturas en inglés, la universidad nos metió a estudiantes Erasmus en asignaturas de holandés, pero los profesores cambiaron la clase a inglés para ayudarnos”, agradece. Más complicado parece que fue hacer amigos entre algunos compañeros del país, que eran reacios a trabajar con estos nuevos alumnos.

Daniel Vilachao, estudiante Erasmus de la Escuela de Arte de Zamora.

Daniel Vilachao, estudiante Erasmus de la Escuela de Arte de Zamora. Cedida

Aun así, recomienda la experiencia a todo el que se esté planteando solicitar una beca para estudiar en el extranjero. “Gante es un destino perfecto para ir de Erasmus y disfrutar al máximo de Europa”, aconseja.

Primeros meses duros

Por su parte, Ana Isabel apunta que hubo una gran diferencia entre el primer y segundo semestre. “El primero fue duro. Sin duda, mi mayor reto fue enfrentarme al cambio de idioma. En Gante predomina el holandés, pero nosotros nos comunicábamos en inglés, tanto en el día a día como en clase”, relata. La lluvia y el mal tiempo de los meses de otoño e invierno tampoco ayudaron.

Ana Isabel Bartolomé, estudiante Erasmus de la Escuela de Arte de Zamora. Cedida

El segundo semestre lo recuerda con más cariño. “Decidí cambiar de residencia de estudiantes a piso, donde estuve mucho más cómoda. El tiempo mejoró y los días se hicieron más largos, lo que permitía tener muchos planes”, valora.

Un lugar para volver

De este curso destaca toda la gente que ha llegado a conocer, “otros estudiantes que al principio son compañeros y que, sin darte cuenta, se convierten en tu familia en Gante”, aplaude, quedándose con esas experiencias inolvidables. “No ha sido un adiós, sino un hasta pronto, porque una parte de mí siempre vivirá en Gante y estoy segura de que algún día volveré”, vaticina.

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