Acaban de iniciar una nueva edición este mismo trimestre y los beneficios ya se están empezando a entrever. El proyecto musical Miradas, puesto en marcha por las consejerías de Educación y Cultura y Turismo, está presente en una docena de centros educativos de Castilla y León, entre ellos el colegio de educación especial Virgen del Castillo. “Empezamos un poco más tarde que el resto, pero se ve ya su utilidad en los alumnos más afectados o con cierto tipo de comportamiento. Les viene muy bien, les relaja y es casi terapéutico”, describe la profesora Rebeca Haering.

Para llevar a cabo los talleres, que se desarrollan en este proyecto educativo especial en Zamora, se cuenta con dos grandes profesionales de la música, como son Sauri Oliveira García y Cecilia Serrano Oliveira —madre e hija— que se adaptan a cada grupo con el que trabajan cada sesión.

Un alumno aprende a tocar el cajón con la profesora. Cedida

Y es que esos grupos, debido a las características especiales de los alumnos del centro, cuentan con estudiantes en muy diferentes situaciones. “Nosotros trabajamos con niños desde los seis años hasta jóvenes de 21, en todas las etapas y con distintas características físicas y psíquicas, así como el nivel curricular”, resume la profesora. Por ello, la formación de aulas es complicada para cualquier actividad. “Están pensadas valorando sus edades, el nivel de competencia curricular o los problemas de conducta y al final funciona”, subraya la profesora.

Uno de los ensayos del coro en el gimnasio del colegio zamorano. | Cedida

Funcionan de tal manera que son muchos los alumnos que están deseando que llegue cada semana estas clases. “La idea es acercarles la música a ellos, pero también tocando algunos instrumentos de percusión”, explica. Unas actividades musicales a las que se añaden horas de coro. “Al principio les cuesta un poco, porque el tipo de música que suelen escuchar es muy diferente, más comercial, y pueden llegar a rechazarla, porque no están acostumbrados. Pero las dos monitoras lo enseñan de tal manera que pronto empiezan a disfrutar de ello”, asegura Haering.

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Lista de objetivos

Los objetivos, por tanto, de este programa son tanto educativos como terapéuticos. “Se abren así canales de comunicación, se les estimula mentalmente, se satisface necesidades afectivas e incluso se ofrecen medios de comunicación individual, porque algunos de nuestros chicos no tienen habla pero la música, como bien sabemos, es capaz de transmitir diferentes emociones. Solo ver su reacción es algo maravilloso”, aplaude.

Junto al de Zamora, participan en este proyecto musical y educativo otros once centros de educación especial ubicados en León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria y Valladolid, donde se reparten un total de 48 monitores para impartir estas clases.

Todos ellos han elaborado una programación especializada y adaptada a los diferentes colectivos, con la puesta en marcha de talleres y actividades de estimulación a través de la música. Y se da un paso más, fomentado el aprendizaje del lenguaje musical y de instrumentos sencillos, junto con la formación de agrupaciones musicales.

Repertorio musical

Las actividades se realizan tanto en horario escolar como extraescolar y para su correcto desarrollo se ha trabajado también en el diseño de material didáctico adaptado a las necesidades de este alumnado, buscando además que el repertorio musical sea variado. La idea es que el esfuerzo de estos escolares se vea recompensado con actuaciones en diferentes momentos.

El objetivo de las dos consejerías implicadas en el proyecto musical Miradas es llegar a todos los alumnos de la comunidad con dificultades para que se acerquen a la música. “La accesibilidad universal a la cultura y la identificación de esta como herramienta para crear una sociedad más justa y solidaria son también pilares fundamentales del programa”, se apunta desde la administración regional, que subraya el papel activo de la música “como medio para adquirir valores y con fines terapéuticos”.