El COVID también ha afectado este curso a la Jefatura Provincial de Tráfico de Zamora en el desarrollo de su programa de educación vial en los centros escolares, por lo que las habituales charlas y actividades presenciales tuvieron que ser sustituidas por otras alternativas para seguir trabajando estos contenidos en el aula, considerados “necesarios y de interés, partiendo de que los niños en particular, como peatones, ciclistas y pasajeros, y los jóvenes además como usuarios de vehículos de movilidad personal, conductores de ciclomotores y motocicletas, constituyen un importante grupo de riesgo”, argumenta Judit Castro, coordinadora provincial de Educación Vial.
Estas nuevas circunstancias sanitarias provocaron que la parte teórica —en forma de encuentros digitales— pudiera llegar a más centros en comparación con cursos anteriores, “aunque se pierde esa cercanía e interacción en el aula tan habitual y necesaria”, apunta Castro.
En cuanto a la parte práctica, los contenidos varían según las etapas. En Educación Infantil se centra en aspectos básicos como el análisis del entorno, con definiciones simples de los elementos de la calle, el significado de los colores del semáforo para los peatones, la importancia del casco en la bici y el uso de los sistemas de retención infantil, apoyado en vídeos y canciones.
Primaria se divide en dos grupos: uno hasta tercero y el segundo hasta sexto curso. “El contenido en ambos es similar, pero la forma de contarlo se adapta al nivel de conocimientos de los alumnos. Incluimos los términos movilidad y sostenibilidad y luego entramos de lleno en la seguridad”, resume. Ahí entra desde la forma más segura de cruzar la calle hasta el uso de elementos de seguridad como ciclistas. “Incidimos mucho en que montados en una bicicleta son conductores, no peatones y, por tanto, tienen que bajarse de ella cuando crucen un paso de peatones, además de otras muchas responsabilidades que entrañan conducir este tipo de vehículos”, advierte.
Para los adolescentes y jóvenes de Secundaria el trabajo se centra en su inminente acceso al permiso de conducir o con él recién obtenido. “Sin descuidar la figura del peatón, trabajamos el aspecto tecnológico y los riesgos que suponen las distracciones por el uso del móvil. Les hablamos de cifras para ponerlos en situación y que sean conscientes de la realidad del tráfico”, argumenta.
La parte práctica es la que esperan con más ilusión los estudiantes cuando realizan estos cursos de la DGT y la que más se ha tenido que adaptar a la nueva situación debido a la pandemia. De este modo, se ha pasado de la instalación de un circuito vial y de destrezas en el que el personal de la Jefatura gestionaba y trabajaba directamente con los alumnos, por el préstamo de material y asesoramiento al centro educativo para que fueran los profesores de Educación Física los encargados de realizar estas actividades dentro de las horas lectivas de su asignatura. Bicis, cascos, señales, alfombras viales, un semáforo, tejas y conos son parte de ese material que desde Tráfico llevan e instalan si se solicita. “Como requisito para el préstamo incluimos el encuentro digital, porque no queremos que se convierta en una actividad lúdica sin más, la formación en el aula es básica y fundamental. La aceptación ha sido tal que en febrero enviamos un correo a todos los centros de la provincia y en menos de tres semanas teníamos cerrado el préstamo hasta final de curso”, valora.
La exposición “Caperucita camina sola”, para fomentar la autonomía infantil o el juego de la serpiente, con el objetivo de eliminar los vehículos de los entornos escolares y fomentar la movilidad sostenible son otras de las propuestas que han completado este programa educativo. Además, desde la DGT están ya trabajando en nuevas propuestas de cara al próximo septiembre, con proyectos europeos, en los que ya se han interesado varias aulas.
El programa de educación vial de este curso ha llegado a 17 colegios e institutos de toda la provincia. “El éxito reside en la implicación de los centros y en la constancia y la flexibilidad que ofrecemos, ya que dentro de nuestras posibilidades nos hemos adaptado en todo momento a sus circunstancias, necesidades e intereses”, finaliza Judit Castro.