Un grupo de niños juega con sus teléfonos móviles en la calle. | M. G. B.

Protectores de pantalla

La problemática de los niños y jóvenes con las nuevas tecnologías fue el eje del curso “Riesgos y repercusiones del uso y abuso de las TIC en menores. ¿Qué podemos hacer los docentes?”, que impartió de manera online en el CFIE de Zamora el psicólogo sanitario David Cortejoso. El objetivo era ofrecer a los docentes las herramientas necesarias para que puedan identificar síntomas y señales que les hagan sospechar que existe un problema. “Mucha gente cree que los docentes solo actúan durante el horario escolar, pero los menores hacen cosas con las nuevas tecnologías fuera de las cuatro paredes del centro que a veces repercuten en compañeros y en la propia convivencia escolar”, defiende Cortejoso sobre la importante labor del profesorado.

Las primeras señales de alerta están en los cambios que los menores hacen con sus redes sociales. “Puede ser desde que empiecen a abandonar las amistades hasta notar un cambio en su actitud o que se aíslen”, pone como ejemplos el conferenciante.

Ciberbullying, sexting o grooming fueron algunos de los términos que se analizaron en el taller, así como el problema de la sobreexposición a las pantallas desde muy pequeños. “Establecer una edad es complicadísimo” reconoce Cortejoso, quien recalca que no está en contra de las TIC. “Me parecen muy positivas, pero no es lógico ni razonable dar un móvil a un niño de ocho años. Puede ser una buena herramienta, pero todo a su tiempo y con una educación y conocimientos adecuados, para que sean responsables de sus acciones”, argumenta.

Una obligación que también recae en los padres, quienes deben saber los peligros que conllevan las pantallas y cómo afrontarlos, conociendo que son ellos los responsables legales de sus hijos a esas edades. “El teléfono móvil puede ser un excelente instrumento de ocio y comunicación con la familia si se sabe todo esto, pero el problema es que no se tienen en cuenta determinadas cuestiones y es ahí donde empiezan los problemas”, señala. Por eso opina que, por debajo de los doce años, “el móvil da más quebraderos de cabeza que beneficios para el menor, la familia y su entorno”.

Otro apartado importante del taller lo ocupó el tema de las apuestas online y los videojuegos. “Muchos son de contenido inapropiado, sobre todo por la violencia que se ve en ellos”, detalla el psicólogo. “Pero a veces el problema no es tanto el contenido como con quién pueden estar jugando online. Los videojuegos son uno de los servicios que más utilizan los menores y con los que más se relajan los padres, aunque ahora son verdaderas redes sociales donde pueden acechar acosadores, compañeros o adultos, además de realizarse gastos y compras inesperadas”, detalla.

A esta larga lista se puede añadir también la moda de los juegos y retos virales “en los que a veces incluso se juegan la vida o se incita a que otros se la jueguen”, advierte . Una relación en la que también entran como zonas de peligro virtuales aquellas comunidades denominadas “de riesgo”, referidas a grupos donde, por ejemplo, se alaban los trastornos de conducta alimentaria o la ideología nazi.

Este experto, que lleva desde hace más de una década ofreciendo formación por toda España sobre estos nuevos peligros, especializándose y trabajando con diferentes organismos, asegura que “todos los días se aprende algo nuevo y una de las fuentes de información que para mí es fundamental son los propios menores en las charlas que imparto, porque siempre me descubren nuevas plataformas, servicios desconocidos y más problemas”, enumera.

El objetivo del curso se centró en dotar a los docentes de habilidades para captar señales de sospecha y saber cómo actuar desde los centros educativos “para trabajar el tema de la formación y la prevención y que esto no ocurra, además de dotarles de una educación digital”, resume para finalizar.