“Contar la ciencia” es uno de los cursos que se desarrolló este mes en el CFIE de Benavente bajo la tutela de Oriol Miramon y Helena González, fundadores de Big Van Ciencia, un proyecto que descubre a los alumnos que las asignaturas científicas son divertidas. El taller, destinado a los profesores, se centró en aprender a utilizar el monólogo científico como herramienta educativa. “El objetivo es romper estereotipos y conseguir que se asocie la ciencia con una emoción positiva, perdiéndole el miedo”, resume Miramon.

Los organizadores entienden que los docentes no pueden crear monólogos de una hora en sus clases durante todo el curso, “pero pueden generar pequeñas piezas que les sirvan de introducción para algún concepto o tema, con la idea de conectar con su alumnado y hacerlo de una manera más emocionante, sin necesidad de que sea humorístico”, explica.

El CFIE de Benavente acoge un curso para desarrollar este material didáctico

En este taller de Benavente, los participantes han aprendido a poner en marcha el proceso que permita a sus alumnos realizar un monólogo científico, a través del que se trabajan diferentes aspectos, desde la búsqueda de información y selección del contenido —discerniendo entre lo que es información científica creíble y no creíble— hasta construir el guion y aprender a conectar con la audiencia. “Aquí suelen trabajar con los profesores de letras, porque se trata de procesos muy transversales, en los que se combinan varias asignaturas”, valora el experto.

Y es que aprender a transmitir una idea compleja conlleva dominar aspectos de lengua, de construcción de texto o difundir correctamente conceptos científicos. “También le ofrecemos a los profesores una serie de herramientas para que puedan construir esta parte del discurso”, apunta.

El último eslabón es la puesta en escena. “Hay que identificar las cualidades y aptitudes que necesita el alumnado para hacer una buena exposición oral en público, la puesta en escena, la propia presencia escénica, el movimiento del cuerpo, la utilización de los gestos o la modulación de la voz”, pone como ejemplos. Ahí es donde el docente pone en marcha ejercicios específicos “que benefician a la larga al estudiante, porque saber hacer una buena exposición oral le va a servir en un futuro”, reconoce Miramon.

Los alumnos podrán participar con sus creaciones en un concurso nacional

Esta iniciativa educativa la ha desarrollado durante cuatro años Big Van Ciencia en colaboración con diferentes universidades y entidades dedicadas a la divulgación científica de Europa a través del proyecto de investigación pedagógica Perform, con el patrocinio de la Comisión Europea, que ahora se puede desarrollar en el aula.

Aquellos profesores de la comarca de Benavente que se animen a poner en práctica todo lo aprendido durante el taller, tienen también la posibilidad de participar con sus alumnos en un concurso a nivel nacional sobre monólogos científicos. “Es una forma de poner en práctica en las aulas con un proyecto real la formación recibida”, anima. Se trata de Cuestión de Ciencia 2.0, con la colaboración de Bayer, donde hay hasta 10.000 euros en premios para los ganadores.

“El hecho de que haya un adolescente subido a un escenario hablando de ciencia de manera entretenida, cercana y graciosa ya rompe muchos estereotipos y el friki ya no es objeto de collejas sino de vítores y aplausos”, valoran para finalizar desde Big Van Ciencia.