"La primera frase tiene que ser un trampolín hacia la historia, no tiene por qué estar muy desarrollada". Y allí le ofrecen sentencias cortas, contenidos enigmáticos, otras propuestas más desarrolladas, con más o menos adjetivos, verbos y sentido. Todas valen para arrancar el que será el inicio de la segunda edición del concurso de microrrelatos del IES Universidad Laboral.

Esta es una de las actividades que se desarrollan en el taller de escritura creativa, puesto en marcha desde el pasado año por el profesor Benito Pascual con ayuda de sus compañeros de lengua y literatura. El grupo es el encargado de ofrecer primero y seleccionar después la frase con la que deberán comenzar todas las historias que se presenten a este concurso, con dos categorías: una para alumnos de 1º a 3º de la ESO y otra para 4º de la ESO, Bachillerato y ciclos formativos.

Precisamente, estos segundos son los que más acuden al taller, que rasca la escasa media hora de algunos recreos para reunirse en la biblioteca del centro y aprovechar al máximo cada minuto, para poner en marcha diferentes actividades literarias, cortas pero que exigen una inspiración rápida. De esta manera, los participantes -tanto estudiantes como profesores, en este taller no hay diferencias- son capaces de lanzar frases para iniciar historias, construir un cuento sabiendo solo cómo va a terminar, inspirarse en alguna imagen sugerente e incluso elaborar relatos con la técnica de la escritura automática, esa que obliga a transcribir en el papel lo primero que viene a la mente, consiguiendo resultados realmente sorprendentes.

El Plan de Lectura del centro fue el germen de este taller, que también está incluido en el Plan de Mejora del IES Universidad Laboral desde el pasado año, y ha conquistado sobre todo a estudiantes "a los que les encanta leer y escribir, con una sensibilidad especial", asegura Benito Pascual, a quien no le importa llevarse trabajo a casa con esta iniciativa, puesto que es el encargado de recoger las redacciones de cada encuentro, analizarlas y remitirlas a sus creadores con sugerencias de mejora y elogios por lo conseguido. "Nos anima mucho", agradecen sus compañeros, que reconocen que estar en este taller con alumnos, en un ambiente diferente al del aula, hace que en el día a día la relación con ellos sea más fluida. "Además, se les ayuda a mejorar su expresión, la redacción y la coherencia, además de la relación con los demás y el compromiso. También es bueno porque se sueltan a hablar en público, leer en alto sus relatos para el resto de compañeros", enumeran los profesores.