Nicolás corría feliz hacia el parque, que estaba detrás de su casa, donde había quedado con sus amigos, Tito, Sergio y Conchita para echar un partido de futbol.

Estaba intentando entender toda esa historia fantástica que sus padres le habían contado durante el desayuno. Hoy no había cole porque, según decía su profesor, hoy era el día de la Constitución Española. En el colegio les habían explicado lo que era y, el día de antes, habían hecho una bandera preciosa de España para llevarla a casa. Sus colores favoritos siempre habían sido el amarillo y el rojo y estaba muy contento porque su bandera es justo de esos colores.

Salió corriendo, feliz, agitando su bandera de España, hecha con papel pintado con sus pinturas de cera y un palo, que había pintado de color azul, pegado con celo para poder agitarla.

Camino de su casa, un señor muy enfadado, le llamó la atención y le dijo ¡que guardara esa bandera en su mochila o que la tirara a la basura! ¿Por qué le habría dicho eso ese hombre? Y ¿por qué estaba tan enfadado?

Su madre se acercó corriendo, le agarró fuertemente la mano y se fueron hacia casa sin decirle nada a ese señor tan antipático. Cuando llegaron a casa, Ana, la mamá de Nicolás, terminó de hacer la comida en silencio y Nicolás prefirió no preguntarle nada. Cuando su papá llegó a casa se metió en la cocina a ayudar a su mamá con la comida y estuvieron hablando un ratito en voz baja.

Comen en la mesa de la cocina y allí no tienen tele. Así pueden hablar todos los días y contar las cosas que habían pasado en el cole, en los trabajos de sus padres o de cualquier cosa divertida que les hubiera ocurrido. A Nicolás le encantaban esos momentos de risas en las comidas donde aprendía muchas cosas. Nico tenía también una hermana mayor que él, que iba al instituto. Su hermana ya casi no jugaba con él porque estaba a "sus cosas" como decía ella. Cuando vio la bandera que había hecho en el colegio también se burló de Nicolás y eso fue lo que más enfureció a sus padres, quienes se sintieron dolidos por la reacción de su hija. Durante la comida nadie habló y después mamá y papá volvieron a sus trabajos y Nicolás pasó la tarde en casa haciendo los deberes del colegio con su hermana.

Pero todo esto pasó ayer. Esta mañana, cuando se despertó, ¡toda la casa estaba llena de banderines con la bandera de España! Y el desayuno fue "typical spanish" como dijeron sus padres. Tortilla de patata, zumo de naranja, pan con tomate y jamón... Mmm ¡totalmente delicioso! Hasta habían puesto copla española y canciones de esas que tanto le gustaban a la abuela Paca. Nicolás no entendía nada de todo aquello. ¡Pensó que sus padres se habían vuelto locos!

Ese día celebraba su santo, pero nunca lo habían hecho de esa forma. En el salón vio una imagen de San Nicolás junto a un libro que tenía un escudo muy bonito en su portada. Tenía el escudo de España y ponía en letras grandes: "Constitución Española". Sus padres le habían contado que San Nicolás era el patrón de los niños, pero ¿qué tenía que ver eso con la Constitución?

Sus padres le contestaron: Mientras en España celebramos la fiesta de la Constitución, los niños de otros países como Holanda, Austria o Alemania reciben regalos que les ha dejado San Nicolás. Algo así como Papá Noel en Navidad. ¡Pero España, el 6 de diciembre de 1978, recibió un regalo aún mejor! Una Constitución sólida y estable que permite a los ciudadanos y al país vivir en armonía y respeto. Manteniendo una serie de deberes y derechos que todo el pueblo español debe cumplir. Tenemos que estar orgullosos de nuestra bandera y de nuestro país y trabajar para el cuidado y el bien de todos.

Entonces les preguntó por qué ese señor se enfadó tanto cuando le vio con la bandera. Tampoco entendía por qué motivo su hermana se había burlado de él al llegar a casa. Sus padres le respondieron que, por desgracia, hay muchas personas que aún hoy en día, no sienten orgullo por su país y que muchos jóvenes aún desconocen muchas cosas de la historia que han marcado a tantos españoles. Cosas muy tristes que ocurren durante las guerras, pero que, a día de hoy, tenemos que entender como la historia de un país que existe hace siglos y que tenemos que respetar, cuidar y mantener unido siguiendo las leyes y las normas que marca nuestra Constitución.

Después del súper desayuno se fue corriendo a su habitación, para hacer más banderas, y regalárselas a sus amigos en el parque. Cogió el balón y las banderas y salió corriendo hacia el parque. Al pasar por delante de la habitación de su hermana una gran sonrisa iluminó su cara: su hermana había colgado, en el mural de su pared, la bandera de España que Nicolás había hecho en el colegio.

¡Qué feliz estaba! Era su santo, el Día de la Constitución y tenía una fantástica historia para contar a sus amigos. Él también les iba a hacer un regalo, como San Nicolás, la bandera de España con el escudo y por detrás en letras muy grandes FELIZ DÍA DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA.