Los coches deben dejar de ser la prioridad en las calles y así lo reivindican los escolares de la capital, que durante todo el mes de octubre están participando en los talleres que serán el germen de los futuros caminos escolares seguros desde sus casas hasta sus colegios. Bajo la premisa de que estos recorridos deben ser diseñados por sus propios usuarios, los niños lanzan sus propuestas de movilidad en estos encuentros, dirigidos por los monitores de Mini2ac.

Alberto Alonso explica que se arranca con un análisis de los entornos escolares, en los que también participan las familias, que previamente han contestado a unos cuestionarios para descubrir cómo sus hijos llegan al colegio.

Con esos mimbres se confecciona un mapa para detallar los puntos de encuentro de grupos de niños para acudir juntos a la escuela de forma segura, lo que se convertirá en rutas como la que ya tiene en colegio Arias Gonzalo.

"Los niños también nos cuentan los problemas que ven día a día, como el tráfico, los obstáculos en las aceras o los coches mal aparcados. Y nos hablan sobre las zonas verdes que tienen cerca, los parques que son para que ellos los disfruten, pero que nunca nadie les pregunta cómo los quieren", reconoce.

La idea es que toda esta información sea analizada y remitida al Ayuntamiento, para que se elaboren sendas escolares para todos los centros de la capital.

Estos talleres forman parte de las jornadas Infancia y Movilidad en Zamora, puestas en marcha por el Ayuntamiento de Zamora, en colaboración con la DGT, la Dirección Provincial de Educación, el ampa del colegio Arias Gonzalo y la empresa Mini2ac. Durante todo el mes de octubre, se han desarrollado diferentes actividades destinadas a concienciar sobre la importancia de la seguridad vial.

Arrancó este programa con la conferencia de Daniel Mancelle Díez, jefe de la Policía Local de Pontevedra, quien explicó cómo esta ciudad gallega ha desarrollado un plan para hacer realidad una transformación urbana en los últimos años para relegar a los coches al extrarradio de la capital, dejando que los peatones "conquisten" las calles. Una experiencia que Mancelle aseguró que sería extrapolable a Zamora. "Ambas ciudades tienen una fisionomía similar, son pequeñas, llanas y compactas, en el sentido de que tienen los servicios bien accesibles en una distancia pequeña a pie", defendió. "La filosofía seguida por el equipo de Gobierno de Pontevedra de reducir espacios para que los coches no puedan circular es aplicable a cualquier ciudad del mundo y Zamora también podría adaptarlo a su entorno sin problema", animó.

Charo Jaular también participó en este programa con su relato "Cuento, juego y camino seguro", donde abogó por que las nuevas generaciones lleguen a poder ir caminando al colegio sin peligros, como se hacía hace pocas décadas. También hubo tiempo para mesas coloquio sobre la ciudad que se desea, en las que participaron tanto niños como mayores, aportando todos sus ideas y sugerencias.

Finalmente, la sala de exposiciones de La Alhóndiga alberga hasta el próximo martes, 29 de octubre, dos exposiciones relacionadas con la seguridad vial. La primera tiene como protagonista a Caperucita Roja, quien debe esquivar al Coche Feroz para ir con mayor seguridad por las calles. Esta muestra ayuda a pensar sobre las dificultades que los niños tienen en su relación con el espacio urbano, especialmente si se atiende a criterios de movilidad y socioeducativos, además de ser un defensor de los caminos escolares seguros, como espacios de ensayo de la autonomía infantil y de la mejora de las ciudades.

Completa este espacio expositivo una colección de viñetas de Francesco Tonucci -quien a finales del pasado curso 2018-2019 visitara Zamora para impartir una charla-, pedagogo italiano famoso por sus dibujos bajo el nombre de Frato y que convierte esta pequeña muestra, a través de sus ilustraciones, en un espacio de reflexión, no tanto para los niños, sino más bien para los mayores, sobre cómo hacer que la ciudad sea más de las personas y menos para los coches.