La naturaleza es una gran aula de aprendizaje y así lo ha entendido el profesor José Barrueso, quien, junto con otros compañeros del colegio Amor de Dios de Toro, ha desarrollado un programa medioambiental para este curso que implica a diferentes asignaturas con el que los estudiantes de la ESO aprenden un poco más sobre su entorno, apoyados en varias materias, para que sea lo más ameno posible. "Nos habíamos dado cuenta de que no existe una educación ambiental a nivel de enseñanza, que no hay una asignatura concreta y que los niños desconocían un montón de aspectos sobre este tema", argumenta Barrueso.

El programa se divide en dos grandes grupos. El primero está dedicado a la gestión ambiental, con especial énfasis en el reciclaje, comenzando por las nociones básicas de cómo y dónde hacerlo.

Para ello, cuenta con la figura de la patrulla medioambiental, que tiene una importante labor en el patio cada recreo. El grupo de cuatro alumnos -que rota cada jornada- es el encargado de sacar el contenedor amarillo y, ataviados con unos petos, llevan la estadística de lo que se recicla en esa media hora. "Al principio también contaban los impropios, aquello que se reciclaba mal, pero en seguida aprendieron cómo tenían que hacerlo", aplaude el profesor. Además, en cada clase también se han instalado contenedores para papel y plástico. "Una vez logrado este objetivo, ahora estamos intentando que los alumnos generen menos residuos de plástico, un paso más en este proyecto", señala.

El segundo bloque, dedicado a la educación ambiental, se centra en sensibilizar acerca de los diferentes problemas medioambientales que "son más cercanos de lo que los alumnos suponen", asegura Barrueso. Para ello se sirven de charlas, de salidas al exterior -como la visita que hicieron a las lagunas de Villafáfila- y de la extensa exposición que se puede visitar en el colegio, centrada en la fauna de Zamora. "La idea es darles una pincelada de todo lo que se pueden encontrar en la provincia, dividido en varios bloques como fauna autóctona, fauna alóctona, anfibios, aves, insectos, las especies protegidas, rastros, restos y huellas...", pone como ejemplos el docente. Una gran variedad de elementos y fotografías que hacen muy amena la visita que han realizado todos los alumnos del colegio -"cada uno teniendo en cuenta su nivel académico", detalla Barrueso- y no solo los estudiantes de la ESO.

Las charlas les han servido para conocer, por ejemplo, la fauna que habita en el propio colegio, como salamanquesas, mochuelos, vencejos o golondrinas, que a menudo pasan desapercibidos. "Primero tienen que conocer para que luego puedan valorar y respetar lo que tienen alrededor", subraya para finalizar.