"Es muy duro tener que ir al colegio y que nadie te hable, que tus compañeros te excluyan, que te humillen y que te insulten". Esta es la situación que describió el psicólogo y profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Camilo José Cela, José Antonio Luengo Latorre, ponente en las Jornadas de Convivencia Escolar celebradas en el IES Universidad Laboral, y que reunió a más de un centenar de alumnos zamoranos que son mediadores en sus centros, junto a una veintena de profesores de 16 colegios e institutos de la capital y la provincia.

Luengo Latorre es experto en mediación y durante su charla -titulada "Acoso entre iguales: las claves del fenómeno y la respuesta de los centros educativos"- contó su experiencia tratando a las víctimas de esta situación que se vive en muchas aulas del país. "Lloran de una manera desconsolada, es una situación muy traumática para ellos", relató. Unas revelaciones que le hicieron, según confesó, el comprometerse con evitarlas en la medida de sus posibilidades.

Como miembro del equipo para el Apoyo para la Prevención del Acoso Escolar en la Comunidad de Madrid, contabilizó que la asociación recibe una media de doscientas denuncias al año. "Se trata de acoso entre iguales, no escolar, porque es un fenómeno social, no exclusivo de la escuela", puntualizó.

El ponente defendió que lo habitual en las aulas es la buena convivencia, "pero existen rincones oscuros" que, en los últimos años, se han modificado con la aparición de las nuevas tecnologías. "Es cierto que existen agresores y víctimas, pero no debemos olvidar que también están los testigos y ellos son los que tienen que tomar parte activa. Siempre habrá acosadores, pero si os levantáis y le dais la mano a las víctimas, la violencia casi siempre se acaba", aconsejó a sus oyentes. "A veces un simple gesto, como un abrazo, acompañar a esa persona a su casa o sentarse a su lado, puede hacer mucho por ellos, incluso llega a cambiar su vida", añadió.

La condición sexual, la forma de vestir o la capacidad intelectual son algunos de los argumentos que tienen los agresores para elegir a sus víctimas. "No siempre nos damos cuenta del daño que hacen determinadas conductas hacia otros", reconoció, "pero hay tesis que avalan que no ha habido una sociedad tan intolerante con la injusticia y la violencia como la actual", subrayó, para corroborar que se puede acabar con el acoso entre iguales.

Por último, resumió en cinco puntos las claves sobre esta situación que ha aprendido al tratar con estas personas. "El acoso afecta a menos gente de la que dicen los medios, pero el sufrimiento es insoportable", comenzó, para continuar asegurando que las víctimas tienen dos fantasías: o quitarse de en medio o vengarse. "Con que uno solo le ayude, el sufrimiento se reduce", prosiguió y es necesario "contarlo mejor que guardarlo", para finalizar asegurando que "de esto se sale, aunque de diferente manera, según sea su personalidad, su edad e incluso la ayuda que reciba".

Talleres formativos

Tras las charlas de la mañana -la otra fue impartida por Manuela Romera, sobre "Nuevos mediadores"-, la jornada de la tarde se dedicó a talleres formativos para los participantes, como "Mi hermano mayor", con la coordinadora de convivencia del IES Fuentesaúco, Castora Aparicio; "Convivir siendo pocos (el reto de la convivencia en un instituto rural)", con Teófilo Nieto, el coordinador del IES Aliste de Alcañices; "Aprender a resolver conflictos", con el profesor de servicios a la comunidad del María de Molina y Universidad Laboral, Benito Pascual; y "Convive con la voz y el movimiento", impartido por Paloma Ferrero, docente del IES Universidad Laboral, y Yolanda Díez, del CEO de Coreses. Estas dieron fin a las jornadas, organizadas por la Junta.