Se trata de un proyecto educativo que comenzó fruto de la ilusión de un grupo de jóvenes que querían "abrir los ojos" a los alumnos sobre vandalismo y patrimonio de una manera diferente y que está teniendo un recorrido más que interesante. Si el pasado curso se puso en marcha en algunos centros escolares de la capital, recientemente dos de los integrantes del grupo que ha ideado el proyecto -Beatriz Barrio e Isabel González- viajaban hasta Santiago de Compostela para presentar su iniciativa educativa en la 37 Reunión de Asociaciones y Gestores Culturales de Hispania Nostra, bajo el lema "Caminos y rutas culturales: impulsando el desarrollo económico y social".

Lo que más llamó la atención a estas zamoranas fue "la importancia que se la ha dado a la educación patrimonial como asignatura pendiente", una preocupación en la que encaja perfectamente la propuesta de este grupo como herramienta para concienciar a los estudiantes.

En tan solo diez minutos, las dos promotoras resumieron ante el numeroso público su proyecto educativo, "No pintan nada", que tiene su origen en el valor patrimonial de una ciudad como Zamora y el problema de las pintadas en piedras de gran atractivo cultural y turístico. "Les advertimos de que íbamos a poner imágenes que iban a herir su sensibilidad, como las esvásticas que inundan la muralla de detrás de San Isidoro. La gente de la sala se escandalizó más de lo que esperábamos y creo que es porque nosotros casi estamos normalizando estos actos", razona Beatriz Barrio.

Después, presentaron la situación: Zamora es una ciudad muy rica en patrimonio, cultura e historia, "pero sabiendo que el patrimonio es un mensajero de cultura, detectamos un problema en esta comunicación. El medio físico por el que se transmite este mensaje está dañado", alude Barrio, debido a las pintadas de las fachadas. "Hace aproximadamente año y medio observamos un crecimiento considerable de actos vandálicos en la ciudad. Pensamos que la solución estaba en la educación en el patrimonio. Somos los encargados de enseñar a amar lo que tenemos, es por eso que nos planteamos un recurso educativo que minimizara esos daños", añade.

Tras su exposición, donde las zamoranas explicaron la metodología utilizada -basándose en la optimización de recursos tanto educativos como patrimoniales del lugar-, los ponentes más importantes del congreso destacaron la necesidad de que haya gente joven como este grupo zamorano que defienda el patrimonio. "La recepción del proyecto por parte de los presentes fue mejor de lo esperado. Nos pidieron la forma de contactar con nosotros y de seguir nuestro proyecto por redes sociales", agradece Beatriz Barrio.

De hecho, el éxito y la buena acogida de este proyecto educativo ha hecho que sus impulsores ya estén inmersos en la segunda edición, "No pintan nada 2.0" para este curso, mostrando su propuesta a nuevos centros de Zamora e intentando "enriquecer" la iniciativa con la posibilidad de que, en esta ocasión, los propios alumnos puedan elaborar tras el proyecto un producto final, gracias a sus propias investigaciones.