inalmente el curso ha comenzado con normalidad, que no es poco, después un verano de vaivenes en lo que respecta al proceso de selección de profesores de Secundaria y de baremaciones múltiples, corrección tras corrección. Y no todo quedó arreglado satisfactoriamente para todos. Conocemos profesores que han visto cómo se han movido en las listas -y no precisamente hacia arriba-, cómo han sido modificadas sus puntuaciones sin poder acceder a la plaza deseada que les correspondería según méritos y capacidad. Aquello de "agua pasada no mueve molino" no se cumple en este caso.

Ya todos los agentes educativos están en sus puestos, los niños y chavales en sus centros y en sus aulas, los docentes preparados para el curso que les espera. Curso en el que creíamos -ilusos de nosotros- que se iba a poner en marcha la cacareada reducción lectiva, que pasaría a 18 horas en Secundaria y 23 en Primaria. Por cierto, esta fue una proposición planteada por el sindicato ANPE en el último Consejo Escolar del Estado y presentada por el presidente nacional de ANPE, Nicolás Fernández Guisado, y que el Consejo aprobó. También fue presentada y aprobada una enmienda de ANPE en el mismo Consejo, que esperamos que entre en vigor en este curso, en el sentido de que las sustituciones y las bajas que se produzcan sean atendidas inmediatamente, una vez que se apruebe el texto definitivo, para acabar así con la antiacadémica norma vigente que hace que los alumnos puedan estar hasta 15 días sin profesor, quedando atendidos por otros profesores no especialistas, cuyos horarios ya están bastante saturados.

Todos los sindicatos de la educación estaremos atentos con el fin de evitar que la excesiva burocracia exigida a los docentes -presentación de proyectos, planes, etcétera-, les dificulte su labor: menos burocracia y más docencia, según reza una campaña iniciada por el sindicato de profesores ANPE ya el curso pasado.

También vigilaremos que se cumplan las promesas de la recién estrenada ministra de Educación Isabel Celaá. En especial la derogación del Real Decreto 14/2012, de racionalización del gasto público en el ámbito educativo e impulsar una nueva ley que sustituya a la Lomce.

Otro frente que abrió la ministra es el de la enseñanza concertada en relación a la modificación del art. 109.2 de la Lomce para retirar el requisito de la "demanda social", lo que significa quitar peso a la educación concertada. Esperamos acontecimientos.

ANPE es un sindicato exclusivamente de la pública. Nuestra preocupación son los profesores de la educación pública y reivindicamos el cese de conciertos de unidades en la concertada mientras estén medio vacías las aulas de la pública, que son las que tenemos que defender porque se pagan con los impuestos de todos. Conciertos... solo de música. Desgraciadamente, en una de sus últimas visitas a Zamora, el consejero de Educación ya nos adelantó uno de sus principios inamovibles, que es encargarse de que la cuota de conciertos con la educación concertada se cumpla. Con estos mimbres, la cesta de la educación pública, nos tememos, va a tener difícil composición.

A pesar de todo seamos optimistas, vamos a desear a nuestros profesores un curso descargado de dificultades, sin problemas de disciplina, sin acoso ni violencia en las aulas, apoyados siempre por la administración, porque los profesores somos los verdaderos artífices del acto educativo.

Los sindicatos estamos y estaremos para apoyar y defender nuestros derechos, aunque a veces el margen de maniobra que tenemos es estrecho y los logros que obtenemos se convierten en realidad después de largos periodos de lucha, de confrontación y negociaciones.

Buen curso para todos, porque todos somos docentes, #docentescomotú.