Ha sido una idea desarrollada por cuatro jóvenes zamoranos de diferentes especialidades. Beatriz Barrio (arquitectura), Isabel González (arquitectura técnica), David Barba (física) y Elena Fernández (restauración de bienes culturales) pusieron en marcha su proyecto educativo "No pintan nada", donde se centraban en explorar el patrimonio arquitectónico de Zamora, respetar y proteger este entorno, conocer los cambios y destrucciones que se ha ejercido en él, aumentar el conocimiento sobre el pasado y concienciar a los alumnos sobre el papel social del patrimonio, con sus beneficios materiales e inmateriales, entre otros objetivos.

Una vez aprobado por la Dirección Provincial de Educación, los jóvenes pudieron poner en marcha su proyecto en dos centros: el IES Maestro Haedo y el colegio Medalla Milagrosa. En cuatro jornadas lograron inculcar a los estudiantes de 4º de la ESO el interés por lo que en una primera toma de contacto definían como "solo piedras", según recuerdan los promotores. "Divididos en grupos, cada uno tenía adjudicada una ruta y unos edificios. Hemos hecho actividades tanto en la calle como en el aula y han aprendido a valorar muchos rincones de la ciudad", subrayan.

Las redes sociales también jugaron un papel importante en este proyecto, ya que iban "enganchando" a los participantes con pistas, propuestas y fotografías que iban colgando cada día tanto en Facebook como en Instagram, donde todavía se puede ver todo el material dentro del grupo denominado "No pintan nada".

La última actividad fue sin duda la más enriquecedora, puesto que se centró en una charla y debate en el que los alumnos tuvieron la oportunidad de hablar con el artista Alejandro Pérez Carbajal -autor de gran parte de los murales que embellecen la ciudad-, el arquitecto Francisco Somoza y el subinspector de la Policía Municipal para trasladarles sus dudas, inquietudes y propuestas.

Tras esta primera experiencia en las aulas, de la que han salido más que satisfechos, el grupo considera que se trata también de una excelente labor que va más allá de los centros educativos. "Con actividades adaptadas y sencillas se puede actuar en el origen y educar a los jóvenes para evitar futuros actos vandálicos que costará mucho más arreglar", finalizan.