no de los primeros axiomas que tuve que aprender en la facultad de educación, allá por los años 90, cuando iniciaba mis estudios de Magisterio, fue el que desarrolla Paul Watzlawick en su teoría de la comunicación humana (1981), que asegura que el ser humano "no puede no comunicar". A partir de esta teoría, hicimos multitud de aproximaciones y trabajos, para acabar convencidos de que, en nuestra labor de docentes, era fundamental integrar este axioma. Si uno lo piensa bien, se hace mucho más evidente que "los maestros no pueden no comunicar".

Veinte años después, sigo centrado en la importancia de controlar los actos de comunicación que se establecen en mi aula. Sigo estudiando e integrando todas las nuevas formas de información y comunicación que considero óptimas para que mi labor diaria se vea enriquecida, pues mi experiencia me dice que, una comunicación fluida y efectiva, es la base para que un sistema como el educativo funcione.

Cuando yo empezaba la carrera, el concepto de nuevas tecnologías de la información y la comunicación -las famosas TICs- comenzaban a coger peso en los currículos oficiales de las carreras dedicadas a la educación. Yo mismo cursé varias asignaturas pioneras, que se encargaban de ofrecerme una visión de lo que hoy es una absoluta realidad. Por aquel entonces, casi nadie disponía de un teléfono móvil y, por supuesto, no éramos conscientes de en lo que se iban a convertir. Youtube no existía y eran contadas las casas que disponían de conexión a Internet -la mía, por suerte, era una de ellas. Gracias mamá, por tu fe para conmigo-. Las pizarras digitales eran un sueño y la sola idea de sustituir los libros de papel por pantallas era una utopía más que inalcanzable. Todo empezaba a fraguarse lentamente en las facultades, en las escuelas, en las leyes de educación, en las editoriales... Y ninguno éramos conscientes de la rapidez con la que los alumnos iban a absorber e integrar esos cambios tecnológicos, no solo en su educación, también en su vida diaria.

Hoy ya no son nuevas tecnologías, hoy lo normal es que en un hogar medio haya más de diez dispositivos conectados a Internet y nuestros alumnos son parte activa de ello, por eso no entiendo mi trabajo, no entiendo la escuela, sin que esas tecnologías formen parte también de su vida diaria. Muchos han sido los cursos, muchas las horas invertidas en conseguir ser un experto en estas tecnologías aplicadas a la educación, tecnologías que me permiten comunicarme con mis alumnos de forma directa y efectiva. Ellos sienten que me comunico a través de sus medios y canales favoritos y creo firmemente que esto es lo que nos ha permitido ganar varios premios nacionales de creación de contenidos audiovisuales.

Hay un refrán que asegura que "una imagen vale más que mil palabras". Yo creo que "un vídeo vale más que mil imágenes" y por eso, en mi clase, en mi colegio, utilizamos los vídeos para que las matemáticas, la lengua, la música... sean asignaturas de hoy para los alumnos del mañana.

Compañeros docentes, probad a expresaros con estas tecnologías, que son las de vuestros alumnos. Conseguiréis resultados increíbles. Y no os olvidéis de que "no podemos no comunicar".