El proyecto "Mi mundo, mi hogar", elaborado por el IES Fuentesaúco, ha captado la atención de la consejería de la Presidencia, que ha galardonado al centro por su labor de educación para el desarrollo. La iniciativa, coordinada por la profesora Susana Arroyo, ha supuesto un nuevo reconocimiento para este centro que su equipo directivo califica de "modesto". Con este galardón la consejería promueve desde hace años programas de desarrollo y cooperación y proyectos que impliquen al alumnado y lo sensibilicen con grandes temas globales, como son la desigualdad, el desarrollo sostenible o el reto medioambiental.

Precisamente el IES Fuentesaúco trabaja desde hace años a través de la transversalidad materias relacionadas con esas temáticas y se ha valido de este bagaje para poner en marcha el proyecto "Mi mundo, mi hogar". Se trata así de un programa completo que abarcará todo el curso e implicará a los alumnos de la ESO, además de aunar la mayor parte de los departamentos didácticos y tutorías. Su objetivo fundamental es concienciar al alumnado de los grandes problemas globales que la ONU planteó en sus Objetivos de Desarrollo. Se trata de 17 objetivos para hacer este mundo un espacio mejor, más solidario, más equilibrado, más justo y medioambientalmente sostenible. "El resto del instituto es doble. Por un lado, dar a conocer a la comunidad educativa estos objetivos y su por qué. Y en segundo lugar, sensibilizarla en el sentido de que es necesario contribuir a su consecución si queremos vivir en un planeta mejor", enumera la profesora.

En definitiva, se trata de trabajar con los estudiantes qué pueden hacer ellos a nivel particular para alcanzar esos objetivos tan globales. Y para ello, desde el punto de vista didáctico, el proyecto está dotado de una gran originalidad. El equipo docente que lo ideó partió de las premisas de que debía ser una tarea colaborativa, que tenía que tener un carácter multidisciplinar para integrar a todas las materias y que, por supuesto, resultara atractivo y hasta divertido para los niños. "Este último aspecto es, sin ninguna duda, la parte más dinámica y original del proyecto, ya que se plantea como un juego", valora Arroyo, quien huye de banalizar esta cuestión, ya que las nuevas tendencias educativas apuestan por el modelo del juego para lograr unos objetivos. "El proyecto es un juego de conocimiento, de compromiso, de trabajo colaborativo y, como en todos los juegos, habrá premio para el ganador", concreta.

De esta manera, los alumnos de ESO se han dividido en grupos que deberán, desde octubre hasta mayo, someterse a una serie de retos por los que irán obteniendo una puntuación. "El buen hacer, la capacidad de difusión de las experiencias o la originalidad de las propuestas serán valorados para obtener esos puntos", explica la coordinadora. Así, como si se tratara de un juego de la oca, se irá saltando de reto en reto, hasta abarcar los 17 objetivos de desarrollo sostenible. "Cuando acabe el concurso, todos los alumnos tendrán un perfecto conocimiento de los objetivos y además habrán desarrollado o propuesto estrategias para hacer posible su consecución desde su aportación particular", resume.

Desde la dirección, Ángel Rodríguez destaca que "si bien el premio es un reconocimiento a la plasmación de un proyecto bien estructurado, lo cierto es que la tarea que el instituto ha desarrollado a lo largo de los últimos años en concienciación sobre la desigualdad y la necesidad de compromiso solidario es ingente y ha quedado plasmada en numerosas actividades". Así, ha colaborado con entidades como Banco de Alimentos de Zamora, Médicos sin Fronteras, Cruz Roja, Save the Children , Acción Norte o Proactiva Open Arms. Además, destaca que todo esto solo es posible gracias al firme compromiso del equipo docente. "Somos un centro afortunado, no solo porque este tipo de iniciativas tienen cabida, sino porque se cuenta con unos profesores que se comprometen a desarrollar estas ideas, y eso pese al hándicap de que la plantilla no es estable. No hay que perder de vista que en estas edades estamos contribuyendo no solo a preparar a los jóvenes en su formación, sino también a su desarrollo y madurez personal y por eso es obligado implicarse en la formación en valores", agradece.