Hace justo un año, Montserrat Juan escribió una carta en la que expresó su indignación y su rabia por la actitud de cierta parte de la sociedad a la hora de afrontar la pandemia. En plena segunda ola, la enfermera zamorana dejó patente que los sanitarios y los pacientes seguían sufriendo el impacto del virus y lamentó que algunos aún se lo tomaran a broma. Aquel texto se hizo viral, pero la vida siguió desde entonces para esta mujer cuya tarea principal es ejercer como gestora de casos de la Unidad de Patología Mamaria de Zamora. Como responsable de esa tarea, el próximo día 18 de octubre, Montserrat Juan participará en la jornada sobre el cáncer de mama metastásico que ha organizado LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y que se celebrará en el salón de actos del Campus Viriato a las seis de la tarde. Allí compartirá su punto de vista con el resto de expertos, gracias a la colaboración de la Asociación Española Contra el Cáncer y el patrocinio de la Diputación y del Ayuntamiento de Zamora, el Hospital Recoletas y la Fundación Caja Rural.

–¿Hasta qué punto son importantes jornadas como esta que organiza LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA para que las personas puedan ser conscientes de la necesidad de prevenir el cáncer de mama?

–La prevención es esencial en estos casos. Es muy importante atender cualquier señal y recibir atención cuando se detecte cualquier síntoma. Por ejemplo, puede haber sangrados que no tengan nada que ver con el cáncer de mama, pero es necesario mirarlo para ver por qué sucede. También funcionan bastante bien los cribados pero, independientemente de eso, hay que prestar atención a lo que nos ocurre.

–En este caso, la jornada va a tratar sobre el cáncer de mama metastásico, una patología con peor pronóstico.

–Sí, hay que tener en cuenta que el cáncer de mama se suele metastasizar en los huesos o en órganos como los pulmones y, en ocasiones, el colon. Por eso, insisto en que es muy importante toda la labor de prevención y la atención temprana. Para las mujeres y también para los hombres, que pueden sufrir la enfermedad. Aunque sean menos casos y resulte más complicado, también vemos hombres en la consulta con esta patología.

–¿Hay un mayor riesgo de padecer la enfermedad a determinadas edades?

–Piensas que el cáncer de mama está estipulado para una determinada edad, dentro de un rango de años concreto, y sí que es verdad que suele ser entre los 35 y los 55, porque además coincide ya con los problemas de la perimenopausia y la menopausia. Pero hay gente mucho más joven que lo ha padecido y que ha tenido que soportar tratamientos de quimioterapia; también gente más mayor. Yo he tenido pacientes de 90 años o más con cáncer de mama.

–Se entiende entonces que se trata de una enfermedad que puede aparecer de manera más probable a determinada edad, pero que, de la misma manera, puede afectar a personas en casi cualquier momento de su edad adulta.

–Exactamente. Ya digo que el rango de edad suele estar comprendido entre los 35 y los 55 o los 60. Es lo más habitual y lo más normal. Pero últimamente se están viendo casos que no entran dentro de lo habitual. O más jóvenes o mucho más mayores. El problema de las más jóvenes es que las células se reproducen con más facilidad y estamos hablando, generalmente, de casos más agresivos. Entonces, es fundamental recalcar a la población la importancia de hacer la prevención primaria, lo que sería que, cuando se noten la menor secreción por el pezón o que el pezón se les retrae hacia dentro o un bultito por pequeño que sea, enseguida contacten con la atención primaria. Hay que saber que lo mismo no es nada, y queda ahí, o quizá sí es algo y se puede coger a tiempo.

–En ese sentido, ¿cuál es el principal mensaje que quiere transmitir en la jornada?

–Irá en esa línea de la importancia de la prevención, de la atención primaria y de contar mi experiencia como gestora de casos de la Unidad de Patología Mamaria de Zamora, que es la labor en la que estoy centrada.