Montserrat Martín Ruiz es la supervisora de las unidades de Oncología Médica y Radioterápica del Complejo Asistencial de Zamora. Titulada en Enfermería por la Escuela Universitaria de Zamora, ocupa este cargo desde el año 2017 y participará el 19 de octubre en la jornada online sobre el cáncer de mama que ha organizado LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA dentro de sus Foros de Salud.

En esta mesa redonda, que cuenta con la colaboración de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y el patrocinio del Ayuntamiento de Zamora, el Hospital Recoletas y la Fundación Caja Rural de Zamora, la experta abordará el papel que tiene la enfermería en el proceso oncológico.

–¿En qué consiste la labor de supervisora de estas unidades?

–Es una tarea de gestión no solamente de materiales, sino también de personal. Somos las responsables de administrar el material a los compañeros y en estos momentos de pandemia, de que no nos falten nuestros equipos de protección. Además, gestionamos el personal de cada unidad dependiendo de las necesidades del momento.

–¿Cómo ha afectado la pandemia al funcionamiento?

–Ha afectado en todo, ya no solo en el trabajo, sino también a nivel personal. Las unidades oncológicas son unas unidades especiales donde hay unos pacientes que son especialmente sensibles a esta pandemia. Son pacientes que en su mayoría están inmunodeprimidos, por lo que necesitan unos cuidados especiales adaptados a la pandemia. Hemos tenido que reubicar zonas y se han habilitado nuevas salas de espera para que en las que ya existían, no se aglomere el personal y se pueda mantener la distancia de seguridad. Cuando los pacientes entran a las unidades, se hace un cribado con una auxiliar de enfermería que realiza toma de temperatura, higiene de manos y controla que el paciente venga siempre con una mascarilla correcta y correctamente puesta. Además, el acompañante solo pasa en algunos casos porque hemos limitado la estancia de los acompañantes dentro de las unidades a los casos estrictamente necesarios. En personas mayores o dependientes, por supuesto que pasa el acompañante, pero si no pasaría solamente el paciente. De hecho, en el tratamiento de oncología médica se ha restringido en gran parte la presencia del acompañante. Aparte del cribado a la entrada de las unidades, las consultas médicas se hacen en gran parte de forma telefónica. Son presenciales en los casos necesarios, por ejemplo, cuando es la primera visita del paciente, que también se hace con acompañante para que tengan la mayor información posible, pero las consultas de revisión si se puede, se hacen telefónicas. Además, con los pacientes que vienen ingresados de planta se tiene un cuidado especial y siempre tienen que bajar con mascarilla puesta.

–¿Cómo actúan en el caso de que un paciente de cáncer sufra un contagio de coronavirus?

–Hemos tenido muy poquitos casos de pacientes ingresados en zona COVID-19. Como la zona COVID está en el Hospital Virgen de la Concha, se trae al paciente en un transporte especial y se pone en funcionamiento un protocolo que el centro ha habilitado en estos casos. En radioterapia se ha tratado a algún paciente con coronavirus y se ha hecho siempre con todos los equipos de protección individual en el personal, se ha protegido al paciente y además es el último paciente que se trata ese día para poder realizar la limpieza de la sala de tratamiento a continuación.

–¿Ha supuesto un incremento importante de trabajo?

–Ha aumentado mucho el trabajo y la carga emocional en todos. La pandemia está haciendo mucha mella en los trabajadores.

–¿En los pacientes oncológicos también está haciendo mella en el sentido de que tengan más temor o si tienen que tener más cuidados?

–Sí, aunque la verdad es que ya están acostumbrados a cuidarse desde antes de la pandemia porque saben que una infección en ellos puede hacer un gran daño, pero ahora con mayor motivo. Aunque nosotros día a día les decimos cómo se tienen que cuidar, ellos y sus familiares son conscientes de ello y lo llevan a cabo. De hecho, no hay muchos contagios en este tipo de pacientes porque son muy cuidadosos.

–¿Qué tipos de cuidados tienen ahora que añadir?

–Los cuidados que todos conocemos: el uso de mascarilla, guardar la distancia de seguridad e higiene de manos. Es lo principal.

–¿Les preocupa a los pacientes de cáncer especialmente la pandemia?

–Claro que les preocupa porque además emocionalmente les viene muy bien relacionarse durante los tratamientos. El relacionarse con familiares y con amistades les viene muy bien psicológicamente y ahora mismo eso está restringido. Esto emocionalmente para ellos es muy importante.

–¿Cómo trabajan las enfermeras con estos pacientes?

–La enfermera es la encargada de que, durante el tiempo que dura el tratamiento del paciente, este transcurra sin complicaciones. En oncología médica es la encargada de administrar los tratamientos oncológicos y en radioterapia es la encargada de los cuidados porque el tratamiento lo administran técnicos de radioterapia. La enfermera se encarga de vigilar, de cuidar al paciente, de que no haya complicaciones y de educar al paciente en su autocuidado, que es muy importante.

–¿Han sufrido cambios en sus tratamientos debido a la pandemia?

–No, en oncología médica y radioterápica no ha disminuido la actividad por la pandemia. Un paciente oncológico ha sido intervenido, se han realizado resonancias, ecografías y las pruebas necesarias. Todo eso ha seguido hacia adelante. Nosotros hemos tenido la actividad normal, más luego además todo lo que conlleva los cambios para adaptarnos a la pandemia.

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–¿Qué ha supuesto el funcionamiento del nuevo acelerador lineal?

–Es una noticia positiva para nuestros pacientes oncológicos. Entre enero y abril han estado funcionando los dos aceleradores, pero progresivamente el antiguo fue disminuyendo el número de pacientes, mientras que el nuevo ha ido aumentando y a partir de abril hemos estado solamente tratando con el acelerador nuevo, que forma parte de la donación de Amancio Ortega. Este acelerador supone ventajas para el paciente. Permite hacer unas técnicas más complejas y una menor irradiación del tejido circundante al tumor, con lo cual el paciente tiene menos toxicidad y menos efectos secundarios. Otro beneficio es que anteriormente parte de los pacientes se derivaban a algún otro centro y ahora mismo, con este acelerador nuevo, se pueden asumir esas técnicas aquí.