Prevenir eficazmente la gripe

La gripe y sus complicaciones

La gripe es una enfermedad vírica altamente infecciosa que produce epidemias cada año. El virus se transmite fácilmente de una persona a otra a través de las pequeñas partículas expulsadas al toser o estornudar y por la propagación indirecta al entrar en contacto con manos u objetos contaminados. El tiempo de incubación oscila entre uno y cinco días. A priori no debería tener mayor problema más que una semana de reposo en la cama. Pero ¿se pueden producir complicaciones graves de la gripe?

Atala Martín |  BeContent

Hay tres tipos de gripe estacional: A, B y C (el tipo C ocurre con mucha menos frecuencia que los tipos A y B y causa una enfermedad respiratoria leve). La gripe constituye una carga socioeconómica sustancial para la sociedad en términos de recursos sanitarios destinados a su atención, como el aumento del número de consultas, hospitalizaciones, tratamientos de complicaciones clínicas y un mayor consumo de medicamentos y de absentismo laboral. Ni que decir tiene si encima se entorpece con otras enfermedades.

¿Quién puede sufrir complicaciones?

Según varios Centros de control y prevención de enfermedades, son más proclives a tener problemas de la gripe los siguientes grupos:

  • Los niños menores de 5 años, especialmente los niños menores de 2 años
  • Adultos de por encima de los 65 años de edad
  • Mujeres embarazadas (y mujeres que han dado a luz dos semanas atrás)
  • Las madres con bebés menores de 6 meses, que no hayan recibido la vacuna durante el embarazo
  • Personal sanitario, sobre todo en urgencias

Sin embargo, cualquier persona con las defensas bajas puede sufrir complicaciones en la curación de la gripe, como otitis, sinusitis, bronquitis o lo que es peor: la neumonía.

Síntomas de la gripe que merecen una especial atención:

En los niños: problemas para respirar, dificultad para despertarse, falta de actividad, irritabilidad, fiebre con sarpullido, vómitos persistentes, llora sin lágrimas…

En los adultos: dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho o abdomen, mareos repentinos, vómitos persistentes, pérdida de conciencia, otalgia aguda, convulsiones, dolor pectoral, pérdida de sensibilidad en los miembros, expectoraciones amarillentas…

El síndrome de Reye es una posible complicación de la gripe. Comienza con vómitos y náuseas y degenera en alteraciones de tipo neurológico (irritabilidad, confusión, cambio de personalidad, delirios). Lo conveniente es acudir inmediatamente al médico cuando la gripe tarde más tiempo en curarse de lo habitual o si presenta los síntomas descritos.

Complicaciones con la neumonía

La neumonía suele tener un tratamiento eficaz en caso de estar sano. Pero si se tiene enfermedad cardiaca o pulmonar crónica, o uno es anciano, la neumonía puede ser más difícil de curar, hay más probabilidad para desarrollar complicaciones.

Suele ser grave cuando la inflamación llega a los alvéolos pulmonares e impide respirar. En algunos casos, la infección invade la circulación sanguínea, lo que se conoce con el nombre de bacteriemia, desde donde puede diseminarse rápidamente a otros órganos, donde puede producir cavidades llenas de pus o abscesos.

Imagen: iStock

A veces se acumula líquido entre las membranas que recubren los pulmones por fuera y la pared torácica por dentro, la pleura, lo que se conoce como derrame pleural. En condiciones normales la pleura es como la seda suave, lo que permite que los pulmones se deslicen fácilmente junto a la pared torácica durante la respiración. Pero cuando se inflaman los pulmones y se acumula líquido en la pleura, éste se puede infectar también. El tratamiento del derrame pleural implica la inserción de un tubo entre dos costillas para drenar el líquido pleural.

Según la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), el uso de antivirales en pacientes con gripe A permite reducir hasta un 13 por ciento la mortalidad si se utiliza durante las primeras 48 horas desde la aparición de los primeros síntomas. Sin embargo, dado que los antibióticos no tienen efecto sobre los virus, no deberían ser indicados por un cuadro gripal. El uso inadecuado de antibióticos no solo no mejora los síntomas, sino que puede facilitar la sobreinfección con microorganismos resistentes a los antibióticos habituales y esto puede ser un verdadero problema posteriormente. En este sentido, la mortalidad por el virus de la gripe en 2018 ronda el 10% entre los pacientes ingresados, que es aún una alta tasa para España.

Prevención

Normalmente la neumonía no se contagia a partir de alguien que tenga la infección, sino que se desarrolla por sí misma cuando uno tiene una bajada de defensas, a menudo sin razón conocida. La recomendación más inmediata es:

Vacunarse. Puesto que la neumonía puede ser una complicación de la gripe, vacunarse contra la gripe es una buena medida preventiva de la neumonía. El neumococo es un agente responsable de las neumonías, la vacunación antineumocócica es otra buena medida, especialmente en las siguientes condiciones: mayor de 65 años, padecer una enfermedad pulmonar o cardiaca crónica, diabetes o anemia de células falciformes, o tener el sistema inmunitario deprimido, o haber sido intervenido de extracción del bazo por cualquier causa.

Acerca de las vacunas frente a la gripe

Las vacunas contra la gripe pueden ser inactivadas (elaboradas con virus muertos) o bien atenuadas (elaboradas a partir del virus debilitado). Las vacunas contra la gripe trivalentes autorizadas internacionalmente contienen los subtipos, H3N2 y H1N1, concretamente dos cepas del virus de tipo A y una del virus del tipo B. En el caso de las vacunas contra la gripe cuadrivalentes se incluyen dos cepas del virus B. Este año la vacuna cuadrivalente es la vacuna más distribuida en Europa remplazando la vacuna trivalente en todos los grupos de edad.

Según el Consejo Europeo, la vacunación representa una de las herramientas de salud pública más efectivas y, de hecho, coste-efectivas. Además, el Consejo alienta a los países de la UE a que ofrezcan una vacunación apropiada a los grupos de población considerados de “riesgo” en términos de enfermedades específicas y consideren la inmunización más allá de la infancia y la niñez mediante la creación de programas de vacunación a lo largo de toda la vida.

Consecuencias de las bajas coberturas de la vacuna de la gripe

En 2009 hubo un pico de vacunaciones debido a la gripe A. sin embargo la cobertura vacunal de la gripe en mayores de 65 años ha disminuido en los últimos diez años alrededor de un 15%*. Y aunque es difícil medir los efectos de esta baja cobertura, sí se conocen las consecuencias en la calidad de vida de los pacientes crónicos, tanto porque algunos hayan fallecido y otros porque, con estos ingresos, su calidad de vida baja mucho.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) apunta a que una buena cobertura podría estar sobre el 75%. En España, según datos del Ministerio de Sanidad, el año pasado se vacunó el 55,7% de los mayores de 65 años.

Coberturas de vacunación frente a gripe en ≥65 años, personas de 60-64 años, embarazadas y personal sanitario. Comunidades autónomas. Campaña 2017-2018

*Fuentes: Sociedades de Atención Primaria –dos de Medicina de Familia (Semergen y SEMG) y una de Pediatría (AEP)–, la Asociación Española de Vacunología (AEV), la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph) y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).