Illes Balears: una mirada al turismo del futuro

Illes Balears: una mirada al turismo del futuro

Crecer cualitativamente y no cuantitativamente, es el reto para consolidar las bases de un turismo con sello de excelencia.

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Pensar en Illes Balears es transportarse a un paisaje paradisíaco, con condiciones naturales únicas y una ubicación absolutamente privilegiada. Pocos lugares como Ses Illetes en Formentera, la mallorquina Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO o la bellísima Portinatx en Ibiza. Y es que, desde el inicio del turismo, el archipiélago balear ha sido sin duda uno de los destinos estrella a nivel mundial. Algo a lo que han contribuido sus emprendedores, sus incansables trabajadores y, por supuesto, los visitantes capaces de valorar este tesoro terrenal desde el inicio.

Ahora, tras décadas siendo líderes y ofreciendo las mejores experiencias, Illes Balears da un paso más aprobando una ley turística única que tiene como fin integrar y mejorar la experiencia inigualable del turista, la calidad del trabajo y condiciones laborales y la comodidad de la población residente.

Sierra de Tramuntana.

Circularidad, calidad y sostenibilidad, son los tres pilares de una nueva norma que hará de las islas un destino de vacaciones sin competencia. El fin es lograr un turismo sin excesos, la promoción del patrimonio y de la riqueza ambiental y cultural para aportar una experiencia única por su enclave paradisíaco, por su territorio protegido y por la prosperidad de los locales.

Reformas que apuesten por un crecimiento inclusivo

Esta reforma implica medidas para modernizar y hacer todavía más atractivo, rentable y competitivo el turismo, sector en el cual Baleares siempre ha sido líder y pionero. Para ello invertirán 60 millones de euros en ayudas directas que provienen de fondos europeos y estatales y que se destinaran íntegramente a la transformación y modernización del sector.

La ley consta de cuatro ejes principales: Sostenibilidad Social, medioambiental, territorial y modernización y simplificación administrativa. Entre la batería de medidas previstas se incluye la congelación de plazas turísticas en las cuatro islas del archipiélago durante al menos un año. Illes Balears cierra la puerta así a un aumento de la presión del sector para enfocarse en la mejora de las plazas ya existentes. Asimismo ofrecerá a los establecimientos que reduzcan sus plazas la posibilidad de reformar y ampliar las instalaciones hasta en un 15%. El objetivo es claro: un turismo que sea sinónimo de excelencia y no de cantidad.

La calidad del empleo es otro de los puntos fuertes de esta ley que se ocupa de mejorar las condiciones de las camareras de piso, que sufren el 27,3% de los accidentes del sector, así como crear un grupo de trabajo que evalúe la carga de trabajo para todos los departamentos de los establecimientos.

La costa norte cerca de la ciudad de Portinax en Ibiza.

Sostenibilidad, un reto necesario

Se impondrán una serie de medidas de obligado cumplimiento que implicarán a casi toda la cadena de valor turística. Por ejemplo la sustitución de calderas de fuel-oil; imposición de medidas de ahorro de agua, la trazabilidad de los alimentos primando el producto local y la prohibición de amenities desechables, excepto a petición del cliente, siempre que los recipientes sean reutilizables o reciclables.

Baleares se convertirá también en el primer destino turístico que exigirá a las empresas tener planes de circularidad. De esta manera los alojamientos hoteleros, apartamentos turísticos y alojamientos de turismo rural (agroturismos y hoteles rurales) tendrán que tener en vigor una estrategia circular y se someterán a una evaluación anual de la gestión de los recursos y los residuos generados. Tendrán que tener objetivos de reducción a cinco años así como las inversiones, prácticas y protocolos necesarios para lograrlos bien detallados.

Esta ley sitúa a Baleares nuevamente en vanguardia, adaptando sus estándares de calidad y servicio a los retos y exigencias del siglo XXI. Una incitativa que va a convertirlos en un destino pensado para turistas, trabajadores del sector y residentes con el fin último de cuidar lo que los hace únicos.

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