Blanco y en tetrabrik

Blanco y en tetrabrik

Calidad Pascual es la suma de muchos sueños y muchos esfuerzos que hace 50 años comenzó Tomás Pascual y hoy, continúan sus hijos

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Ningún sueño es imposible, todo se puede conseguir con constancia, tenacidad y honradez. Estos tres atributos son clave para cualquier emprendedor que quiera triunfar. Este año, Calidad Pascual cumple 50 años, y aunque a día de hoy es una de las empresas alimentarias más importantes de nuestro país, todo comenzó en 1969 con el proyecto de un emprendedor que se metió en un negocio que no conocía y que consiguió revolucionar la forma de consumir productos lácteos.

Procedente de una familia humilde que vivía en Aranda del Duero, Tomás Pascual trabajó unos años distribuyendo productos alimentarios con gran éxito. Por esta razón, la Caja de Ahorros de Burgos confió en él para que se hiciera cargo de una cooperativa lechera en quiebra. Años más tarde reconocería que él no tenía ni idea del negocio de la leche. Tomás le dijo a Don Aurelio, director general de la Caja que no tenía dinero para hacerse cargo de la cooperativa, pero este le contestó: “Respecto al dinero no se preocupe, para eso está la Caja de Ahorros”.

Así es como comenzó su aventura con una pequeña empresa lechera, con la que más tarde conseguiría marcar un hito en la historia: crear la primera línea de producción de leche uperisada envasada en tetrabrik aséptico.

La uperisación y el tetrabrik

Cuando adquirió la cooperativa, era capaz de producir tres mil litros de leche al día, pero para sacarla adelante era necesario expandir los clientes a otras poblaciones. Su sueño (y meta) era producir la leche en Aranda del Duero y comercializarla en Madrid, Sevilla, Barcelona o Valencia. Para ello era necesario que la leche estuviera envasada en recipientes que permitieran su conservación mucho más tiempo. Tomás viaja a Inglaterra donde descubre la leche uperisada. Una empresa que fabricaba estas máquinas había enviado el primer uperisador a una central lechera en Berna. Así que viajó de nuevo a Suiza para comprobar cómo producían la leche y cerró un acuerdo para instalar el primero en España.

Pascual fué la primera empresa española en comercializar leche líquida uperisada en tetrabrik
Para celebrar el 50 aniversario,
Calidad Pascual ha lanzado una edición
limitada del "tetra standard aseptic" de 1973.

El uperisador es una máquina que somete la leche a una inyección de vapor a 148 grados durante 2,4 segundos consiguiendo que se destruyan las bacterias sin alterar el sabor a recién ordeñada y sin perder todas sus vitaminas y proteínas. Además, permitía la conservación de 3 meses sin necesidad de frío.

Tomás Pascual sabía que ese era el camino, pero tenía claro que no iba a comprometer la calidad del producto. Para alcanzar este objetivo fue necesario hacer importantes inversiones sumado a las pérdidas que ya daba de por sí la compañía. Los cooperativistas abandonaron el barco, y tras ellos, los hermanos Pascual.

A pesar de ello, Tomás continúo su aventura en el mundo de los lácteos. Ya había conseguido una leche que durara más, ahora necesitaba saber cómo envasar el producto. Viajó a Suecia para reunirse con TetraPak que, en colaboración con Alpura y Central Lechera de Berna, había desarrollado un envase de cartón al que llamarón “tetra standard aseptic”. Un formato de cartón reforzado con capas de aluminio que permitía conservar la leche más tiempo y en mejores condiciones.

Uno de los grandes aciertos del emprendedor fue, que además de insistir en la calidad de la materia prima, promovió la unión de dos tecnologías emergentes que había en Europa y que estaban separadas. Una el tratamiento térmico de larga vida que completó con el envasado aséptico que preserva la calidad del producto.

Revolución del sector lácteo

El camino no fue de rosas. Al principio los envases daban problemas de cierre que provocaban que la leche llegase cortada a las tiendas. Hasta que consiguió el envase perfecto. En 1973 Leche Pascual se convirtió en la primera empresa española en comercializar leche líquida uperisada en tetrabrik aséptico. Este fue el comienzo de la revolución del sector lácteo español. Al principio nadie creía en él, todo el mundo quería consumir leche del día. Pero, ¿a día de hoy quién no consume leche en tetrabrik en su hogar?

Fábrica de Leche Pascual entre los años 1979 - 1989

Otra de las dificultades con la que se topó fue el precio. A él le costaba producir un litro de leche 19 pesetas, pero el gobierno solo permitía venderla a 17. Tomás viajó a Madrid para hablar con el Director General de Comercio y exponerle lo que les sucedía. Él explicó el problema que se habían encontrado y relató que la leche que estaban fabricando tenía una calidad nunca vista hasta ahora. La respuesta fue: “No fabrique usted leche tan buena”.

Tomás siempre decía que “la publicidad no es para impresionar, es para ser entendida por todo el mundo”

Casi tiene que vender la compañía, pero un tiempo más tarde el sistema administrativo se transformó en uno de precios comunicados. Es decir, bastaba con justificar el motivo de la subida del precio. Solicitó que se subiera 3 pesetas alegando sus razones y lo consiguió salvando así la empresa de la ruina.

Sinónimo de calidad

Para conseguir una leche de calidad, Tomás sabía que era fundamental seguir la cadena desde que se ordeñaba hasta que llegaba a la fábrica. Por ello, antes de que llegase a la fábrica era primordial que la materia prima no se estropease. Los cántaros de leche se recogían en el mismo lugar donde se ordeñaba a la vaca o se dejaba en las puertas de las casas, a pleno sol, durante horas.

Tomás, para asegurar la calidad de la leche, comenzó a ayudar a los ganaderos para que instalasen los primeros tanques frigoríficos. Él se ofreció a ayudar a muchos ganaderos pagándoles el coste de la instalación de la plataforma y ayudándoles con la negociación del banco. Aunque era una inversión significativa, Pascual les convenció de que además de ofrecer un producto de mayor calidad, les reportaría mayores beneficios.

Los valores de la marca

La televisión tuvo su gran despegue en la década de los 80. Calidad Pascual fue la primera en hacer publirreportajes de un minuto informando sobre la uperisación, qué es un envasado aséptico o mostrando las instalaciones. Tomás siempre decía que “la publicidad no es para impresionar, es para ser entendida por todo el mundo”. Por ello, el spot ‘El primo de Zumosol’ marcó un antes y un después en el marketing de la marca.

En esta época, en la que se está asentando la democracia, Tomás Pascual fue consciente que la sociedad comenzaba a preocuparse por la línea y las calorías y supo adaptarse al mercado. Actualmente la leche desnatada es la preferida de los consumidores. Fue introduciendo nuevos productos en el mercado como el agua de Bezoya, los zumos de Zumosol, la mantequilla, la nata y los yogures Pascual de larga vida. Más tarde llegaron otros como el huevo ultrapasteurizado, que eliminaba el riesgo de salmonella, los Bifrutas, las bebidas vegetales y los smoothies de frutas.

La leche desnatada
es la preferida de los consumidores

El trabajo que un día comenzó Tomás Pascual no ha perdido los valores que son el eje vertebrador de la compañía: innovación, integridad, cercanía, calidad y pasión. Para el fundador, la honradez era fundamental para llevar una compañía y se ha encargado de transmitírselo a sus hijos.

El legado de Tomás Pascual

Todo el trabajo que logró Tomás Pascual fue posible gracias al apoyo de su mujer, Pilar Gómez-Cuétara. La conoció en uno de sus viajes de trabajo, en las fiestas de San Mateo de Reinosa en Cantabria. Conquistarla no fue fácil, tuvo que pedirle la mano hasta en cuatro ocasiones.

Es tiempo de mirar hacia adelante. El futuro de la compañía está en las mejores manos. El hijo mayor del matrimonio, Tomás Pascual, es presidente de la empresa, pero todos los hijos están vinculados: Pilar, Sonia y Borja.

Tomás Pascual, padre, se aseguró la continuidad del legado por parte de las generaciones venideras. Una vez que la segunda generación tuvo edad suficiente, fue introduciéndoles en el gobierno de la compañía. En 1999 creó el Protocolo de Familia que permitía a la familia Pascual Gómez-Cuétara, jugar su papel de propietaria asegurando los valores intrínsecos de la empresa. Esto se hizo con el objetivo de que detrás de la ‘empresa familiar’ hubiese una ‘familia empresaria’. El protocolo establecía la incorporación progresiva de los nuevos miembros de la familia. A presar de que es una empresa familiar, Tomás Pascual siempre apostó por rodearse de consejeros independientes que ayudasen a construir la mejor estrategia posible.

En 1999 creó el Protocolo de Familia que permitía a la familia Pascual Gómez-Cuétara, jugar su papel de propietaria asegurando los valores intrínsecos de la empresa

Tras su fallecimiento en 2006, la segunda generación tomó las riendas de la corporación y comenzó una nueva etapa en Calidad Pascual. Ahora ellos son los responsables de transmitir los valores con los que su padre fundó la compañía a la tercera generación para que puedan continuar con el legado del fundador cuando el día de mañana les toque tomar las riendas.

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