¿Seguiremos bebiendo leche dentro de 50 años?

¿Seguiremos bebiendo leche dentro de 50 años?

¿Alguna vez se han planteado cómo será el futuro de la industria láctea? No sabemos si seguirá existiendo la figura del ganadero, si la leche se interconectará con el Big Data, si se adaptará a la genética de cada uno o habrá nuevos envases

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Cuando estrenaron ‘Regreso al futuro’ en 1989 y el protagonista del filme, el joven McFly podía hablar con los electrodomésticos, nadie se imaginó, que 30 años después, y salvando las diferencias, la domótica sería una realidad.

Tampoco sabía Robert Zemeckis, que tres décadas más tarde, los teléfonos móviles se desbloquearían con la huella dactilar o el escáner de ojos. Aún así, todavía estamos esperando el skate volador…

Pero, ¿cómo evolucionará la industria de la alimentación? Algunas teorías señalan que en el futuro nos alimentaremos de pastillas que nos aporten todos los nutrientes necesarios. Pero, ¿y el placer de comer? Algunos creen que comer en un mero trámite, pero la mayoría de la sociedad disfruta de una buena comida. Deleitarse con la gastronomía es uno de los grandes placeres de la vida. Por muchos avances que se produzcan, nada puede sustituir el saborear una buena carne, un plato de verduras al horno o un vaso de leche antes de acostarse.

No hay pastillas que sustituyan el sabor de una comida o bebida. Los avances tecnológicos siempre son bienvenidos, y si comparamos la producción alimenticia de hace 50 años con la actualidad, todo ha cambiado. Seguro que, dentro de medio siglo, la industria habrá vuelto a evolucionar y es que ¡nos espera un futuro de la leche!

2069: dentro de 50 años

Cada vez que pensamos en el futuro de la industria láctea son miles de preguntas que se disparan en nuestra cabeza: ¿Beberemos leche en el futuro? ¿estará adaptada a nuestra genética? ¿seguirá siendo blanca?

Hace 50 años hubo una revolución en el sector de la mano del empresario Tomás Pascual, fundador de Calidad Pascual, cuando introdujo la uperización y el envase tetrabrik. Ahora, la incógnita es saber cómo evolucionará.

Nos trasladamos a un relato ficticio… en el que Lola, en el año 2069, observa desde la ventana cómo los coches autónomos circulan por su cuenta. Antes de acostarse, va a la nevera a por un vaso de leche. Su asistente virtual, gracias al blockchain, le devuelve por voz un informe detallado sobre el aporte nutricional del vaso de leche que va a ingerir y la trazabilidad del producto. Lola conoce desde el nombre de la vaca hasta el proceso que ha seguido hasta llegar a su hogar. Tras ingerir el lácteo, con un chasquido de dedos, apaga las luces y se va a dormir.

Evidentemente es un relato de ficción, pero bien podría ser dentro de 50 años la historia de una mujer real. Hace cinco décadas la sociedad no se preocupaba por comer productos healthy, ni cuidaba su alimentación como lo hace hoy en día. La sostenibilidad, fomentar la economía circular, proteger el medioambiente… son algunos de los puntos clave que preocupan actualmente a los consumidores, y que está influyendo directamente en la industria para cambiar los hábitos de consumo del futuro.

¿Cómo será la leche en el futuro?

Es difícil conocer el futuro, pero algunas de las personas que trabajan dentro del sector tienen claro por donde irán los tiros cuando se imaginan qué pasará dentro de 50 años.

Joaquín Lorenzo, director de Compras Agro de Calidad Pascual, afirma: “Habrá vacas en 2069”. Los principales problemas que se va a encontrar la industria van a ser la despoblación rural y el escaso relevo generacional. “Debemos trabajar en el bienestar del ganadero, no solamente en el bienestar animal. La automatización de las granjas, donde el software y la robótica sean protagonistas, mejorarán la productividad de la ganadería y harán la vida más fácil al ganadero”, señala Lorenzo.

Por su parte, la directora de I+D de Calidad Pascual, Sofía Pérez, cree que las vacas del futuro no producirán solo leche, sino también datos. “El futuro pasa por aplicar nuevas tecnologías de medición, recopilación y análisis de datos para el estudio y la predicción de procesos. Es decir, el mundo interconectado del Big Data, aunque esta vez para mejorar todas las fases del proceso de obtención de la leche”.

Otra de las dudas es cómo serán las fábricas en el futuro. Seguramente el proceso de producción se vea afectado. Rodrigo Zanetti, Jefe de Producción del Complejo Industrial de Aranda de Duero de Calidad Pascual, cree que “los productos saldrán muy rápido de la fábrica para conseguir llegar casi inmediatamente al mercado y al consumidor”.

En un futuro, la digitalización de las fábricas y ganaderías dará acceso al consumidor a una gran cantidad de información en tiempo real, lo que le convertirá en el consumidor más entendido de la historia. “El proceso será aún más transparente, mejorando, más si cabe, las propiedades de la leche. Nos encontraremos con un consumidor más cercano al campo, y donde la fábrica no sea la protagonista. Contacto directo entre consumidor y vaca. Me imagino una fábrica mucho más ágil, con menos hierros, más flexible y conectada, donde poder ver el estatus de mi leche desde el ordeño hasta mi casa”, asegura Rodrigo Zanetti.

“El reto es encontrar el tratamiento del futuro con una tecnología diferente e innovadora que conserve todas las propiedades nutricionales, afecte muy poco al producto y sea respetuoso con el medioambiente”, recalca.

El mundo avanza cada vez más hacia la personalización. Y la leche seguramente se adapte cada vez más al consumidor. Al menos eso es lo que piensa Sofía Pérez, que ve que la leche evolucionará de manera “que podamos cubrir las necesidades que vayan apareciendo en el nuevo consumidor y sea diseñada según su perfil genético”. La directora de I+D de Calidad Pascual vaticina un futuro en el que se trabajará desde la materia prima, con la posibilidad de incluir micronutrientes en la dieta de las vacas para obtener materias primas con un perfil nutricional mejorado.

Respecto al formato, el tetrabrik fue una auténtica revolución hace 50 años para conservar las propiedades de la leche. Pero comprometidos con un mundo más sostenible se buscarán alternativas. M. Cruz Córdoba, responsable de desarrollo e ingeniería de materiales E+E de Calidad Pascual, cree que se evolucionará a “envases de economía circular a partir de desperdicios de otro proceso, por ejemplo, las heces de la vaca. A través de la síntesis de un componente de las heces, podemos generar polvos de un material que, mediante calentamiento, fundición y compresión en un molde, dé lugar a un envase reciclable”. Además, estos envases nos informarán y sancionarán por mal uso.

Los mercados de gran consumo vivirán importantes cambios, el comportamiento de los consumidores cambiará según el experto de Kantar, Jon Riera, que vaticina que el producto guardará una calidad casi intocable, tendrá más cercanía a los puntos de venta o incluso la compra “vendrá a nuestra casa en lugar de tener que ir a buscarla a la tienda”.

El consumidor del futuro trabajará mano a mano con las marcas. “Sus opiniones serán tenidas en cuenta para la definición de los lanzamientos de nuevos productos y servicios”, apunta Emma Barrios, responsable de Investigación de Mercados de Calidad Pascual.

“Dentro de medio siglo los lácteos irán mucho más allá de la leche líquida. La leche es una de las materias primas con más alto valor nutricional, de la cual se pueden extraer inimaginables productos y subproductos de un gran valor añadido”, concluye Sofía Pérez.

A ciencia cierta no sabemos que nos deparará el futuro, pero lo que, si podemos asegurar, es que ninguna pastilla sustituirá los alimentos tradicionales en el día a día, como desayunar un vaso de leche calentito en invierno.

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