Los diez caminos

Los diez caminos

十の道

Te contamos los diez hábitos y costumbres japoneses que debes poner en práctica para vivir mejor

Japón es uno de los países con mayor longevidad del mundo. El país es referente de integración con la naturaleza y sostenibilidad para el mundo, ha logrado combinar tradición y modernidad y estar a la vanguardia en muchos campos. De hecho, siempre ha sido conocido por sus innovaciones y las empresas niponas figuran entre las más competitivas del mundo. Sus habitantes son respetuosos, hospitalarios, perfeccionistas y detallistas. Por estas y otras muchas razones, la cultura japonesa, con sus formas de vida, sus valores y costumbres, es foco de atención y protagonista de infinidad de títulos y ensayos.

A partir de uno de los textos de referencia, “25 hábitos japoneses para vivir mejor”, de Masaki Ishiguro, recorremos la senda de la mejora constante, el cuidado a los detalles, la pasión, la búsqueda de la calidad y la belleza… Una selección de diez caminos que han llevado a la sociedad japonesa a ser una de las más avanzadas del planeta y que podemos aplicar en nuestra propia vida.

Cómo aplicarlo en tu vida

1. Tener un propósito

En Japón existe una aldea, en la isla de Okinawa, que reúne el mayor número de centenarios del planeta. De acuerdo con la investigación, la dieta y la genética explican esta longevidad, pero existe un tercer factor fundamental: el ikigai. “El ikigai es la razón por la que nos levantamos cada día”, explican los naturales de la zona, refiriéndose a “aquello que hace que valga la pena vivir y que tenga sentido”.

El ikigai se enfoca en las pequeñas cosas, en las que eres bueno, te aportan satisfacción y que repercuten positivamente en los demás. Para el chef Jiro Ono, por ejemplo, su ikigai es hacer el sushi perfecto y mejorar la experiencia de sus clientes. Mientras para marcas como Nissan, su ikigai siempre ha sido innovar para enriquecer la vida de las personas. ¿Y tú? ¿Cuál es tu ikigai?

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No lo dudes, todo el mundo tiene habilidades especiales y capacidad de encontrar su propio ikigai. ¿Te atreves a buscarlo en tu interior y situarlo en el centro de tu vida?

Tener un propósito

2. Mejorar cada día

Del japonés kai (cambio) y zen (bueno), Kaizen se traduce como la búsqueda de la mejora continua. En un principio se empleó en el mundo empresarial, pero su éxito ha hecho que hoy se aplique prácticamente a todos los aspectos de la vida. El planteamiento es sencillo: no pretendas hacer cambios drásticos, divide el camino en pequeñas etapas o tareas y vuélvete un poquito mejor cada día. Puede parecer poca cosa, pero si los japoneses consiguieron convertirse en potencia mundial tras la II Guerra Mundial siguiendo este método, imagina la transformación que la filosofía Kaizen puede suponer para ti y quienes te rodean.

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La mejora continua es una filosofía, un estilo de vida. Implica no conformarse nunca, siempre buscar superarse.

Mejorar cada día

3. Aprovechar los recursos

Los japoneses creen firmemente que el uso eficiente de los bienes tangibles e intangibles es fundamental para alcanzar los objetivos. Por eso, es vital valorar lo que se tiene, cuidar las posesiones, hacer un uso racional y no desperdiciar nada. Al grito de ¡Mottainai! (¡qué desperdicio!), se puede escuchar a alguien lamentarse por una comida que se ha tirado, algo que se había hecho con un fin y no se ha utilizado, o un espacio que no se ha llenado con eficiencia. También ante la pérdida de tiempo o el desperdicio de talento, energía y recursos.

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Pero las prácticas que se integran en el espíritu Mottainai pueden ser adoptadas por cualquier persona. Quizá sean la ayuda que necesitas para aprender a respetar, apreciar y aprovechar los valiosos recursos de tu vida cotidiana y, así, te sea más fácil alcanzar tus objetivos.

Aprovechar los recursos

4. Cuidar tu energía

En el mundo oriental el concepto de energía es primordial. Es lo que nos mueve e influye en nuestro estado de ánimo, salud física y mental. Por ello, los japoneses cuidan el diseño de los espacios para transmitir sensaciones de armonía. Esta es la base del Feng Shui y la psicología del espacio, disciplinas que abogan por tener una casa con buena energía, pero también la oficina o el coche, pues son espacios en los que pasamos mucho tiempo.

Los japoneses son expertos en este terreno. En su estética e ideal de diseño priman los ambientes confortables, sosegados y con un toque de elegancia. El minimalismo y el concepto de “menos es más” son claves. En tu caso, ¿te has parado a pensar qué entorno te favorece? Al elegir los materiales, el estilo, las formas, la iluminación, las proporciones o los colores que te rodean puedes sentirte más enérgico, tranquilo, animado, concentrado o vital y, obvio, malas elecciones mermarán tu estado de ánimo o bienestar.

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Constantemente buscamos el bienestar en todos los aspectos de nuestra vida. Con ese propósito debemos decorar nuestros hogares y elegir nuestro coche. Porque solo así, cuidando nuestro exterior, se obrará el cambio en nuestro interior. Haz que la energía fluya y recárgate física y mentalmente.

Cuidar tu energía

5. Cuidar los detalles

Los habitantes del país del sol naciente son minuciosos y detallistas y ponen esmero, amor y voluntad en todo lo que hacen. El origami, con sus famosas grullas de papel, el ikebana o arte del arreglo floral, los típicos dulces wagashi o la carpintería tradicional kumiko son ejemplos de ello. Pero más allá de obras de arte increíblemente bellas que despiertan admiración y asombro, está demostrado que dar importancia a las pequeñas cosas mejora la salud de nuestro cerebro y transmite un mensaje positivo que transforma nuestras relaciones y nos encamina hacia grandes objetivos.

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La fama de detallistas de los japoneses es bien merecida. Su minuciosidad es uno de los ejes vertebradores de la sociedad del sol naciente y, sin duda, podemos aprender mucho de ellos. Porque siendo detallista no solo surgen obras de arte increíblemente bellas o sorprendentes propuestas innovadoras, sino que lograremos mejorar la salud de nuestro cerebro y nuestra vida.

Cuidar los detalles

6. Buscar siempre la calidad

¿Sabías que en Japón no se deja propina? Tras esta curiosidad se esconde un concepto muy arraigado en el país nipón, omotenashi, una combinación de hospitalidad, armonía y servicio. Sus ciudadanos se rigen por los estándares de calidad más altos cuando se trata de prestar un servicio. Pero lo hacen porque les gustan las cosas bien hechas y buscan agradar, sin esperar nada a cambio.

Parece incluso que las máquinas sigan el omotenashi: sus taxis, con apertura automática de puertas, o sus famosos retretes inteligentes, que brindan todo tipo de comodidades. También, fabricantes de vehículos, como Nissan, utilizan sus recursos y conocimientos para hacer que los conductores se sientan a gusto.

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Masaki Ishiguro, en su obra “25 hábitos japoneses para vivir mejor”, nos invita a “buscar la calidad en todo lo que hagamos”. Tú también puedes incluir el omotenashi en tu vida, ponerlo en práctica con tus invitados, en tus relaciones personales, en tu trabajo… Esta es una de las claves de la calidad de vida nipona y, ciertamente, al igual que los japoneses, todos deberíamos poner nuestro corazón en cada cosa que hacemos. Solo se vive una vez y no hay que desaprovechar el momento para hacer sentir bien a los demás.

Buscar siempre la calidad

7. Buscar y encontrar lo bello en todo

Wabi-sabi e Iki son dos valores fundamentales de la estética japonesa. El primero representa lo imperfecto, lo impermanente, lo incompleto, y hace hincapié en la simplicidad y en la sobriedad. El segundo remite a la belleza de la elegancia y el refinamiento sutil.

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Los japoneses, con su visión de la belleza, nos inspiran a la hora de buscar y encontrar lo bello en todo y a apreciar la riqueza en las cosas más sencillas. Dichos ideales pueden aplicarse a todo lo que nos rodea e, incluso, en el desarrollo personal. Así como uno puede admirar la sutileza, encontrar la belleza tras las sombras o admirar una grieta en un cuenco, también puede aprender a apreciar las imperfecciones que nos caracterizan y nos hacen únicos y diferentes. Así, la belleza de las pequeñas cosas nos impulsa en el camino hacia la felicidad.

Buscar y encontrar lo bello en todo

8. Respeta cada ciclo

La expresión japonesa shoganai enseña a aceptar aquello que está fuera de nuestro control. Aceptar es respetar los ciclos, los buenos y los malos, dejar que las cosas fluyan para poner toda tu energía en aquello que sí se puede mejorar y cambiar. Detrás de este pensamiento hay una mentalidad práctica y llena de sabiduría. Al no perder el tiempo y poner todo nuestro potencial en cosas que sí podemos modificar, no solo alejamos la frustración y el sufrimiento, sino que prosperamos y alumbramos ideas y soluciones que, de otra manera, nunca verían la luz. Quizá, por eso, Japón siempre ha sido y es un país conocido por sus innovaciones.

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La filosofía japonesa shoganai nos invita a cultivar la capacidad de aprender a aceptar. Cuando lo haces de forma proactiva y destinas tus recursos y tu esfuerzo a intentar cambiar situaciones que realmente pueden ser cambiadas los resultados son sorprendentes.

Respeta cada ciclo

9. Tener contacto con la naturaleza

La integración del mundo natural en la vida de los japoneses y su empatía con los animales, las plantas y el resto de los seres vivos se puede palpar en su día a día, en el diseño de sus casas y sus coches, en su esfuerzo por reciclar o dar gracias por los alimentos… Famosa es su especial sensibilidad hacia el cambio de estaciones o kisetsu, que no son únicamente un concepto meteorológico, sino también algo profundamente cultural. O los shinrin yoku o “baños de bosque”, una práctica cada vez más extendida en nuestro país que consiste en visitar un bosque y disfrutar de él con los cinco sentidos, para obtener beneficios para la salud mental y física.

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En Occidente podemos aprender mucho de la idiosincrasia japonesa y su forma de relacionarse con la naturaleza. Se trata de algo recomendable -y casi obligatorio- si queremos mejorar nuestro bienestar y, también, el planeta que habitamos.

Tener contacto con la naturaleza

10. Vivir con pasión

Decía el filósofo alemán Friedrich Hegel que “nada grande se ha hecho en el mundo sin una gran pasión”. La pasión es uno de los sentimientos más intensos y estimulantes que podemos experimentar. Cuando una persona descubre sus pasiones, encuentra una motivación para crecer y superarse y este afán por ser cada día mejor le empujará a destacar en su campo.

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Los japoneses lo tienen claro y, de ahí, la búsqueda y entrega a su ikigai. Pero es que, además, como subraya Masaki Ishiguro, “encontrar la pasión de la vida no es algo que se puede circunscribir solo a un trabajo, hay muchas maneras de vivir con provecho, con amabilidad, poniendo pasión en lo que hacemos”. Lo realmente importante es buscar la vocación con alegría, ganas de aprender y experimentar.

La pasión por la vida

Nissan, puro ADN japonés

Si hay una marca que representa a la perfección los valores fundamentales de la cultura japonesa, esta es Nissan. Su ADN japonés posiciona a la casa como referente a la hora de ofrecer productos de buena calidad, fruto del perfeccionismo nipón. Detrás de cada diseño existe una búsqueda constante de innovación, enfocada a lograr el equilibrio entre tradición y modernidad, desempeño y estilo. Los coches del fabricante japonés brindan la mejor funcionalidad, una estética propia y una experiencia inigualable al volante, para así mejorar la vida de los conductores y dar respuesta a los nuevos retos en la movilidad. Ese es su Ikigai, el concepto japonés que se traduce como el propósito en la vida o razón de ser.

Fieles a la filosofía Kaizen, que anima a mejorar un poco cada día, en Nissan se cuestionan constantemente lo preestablecido en busca del progreso. Sin perder la pasión y sirviéndose de todos los recursos a su alcance, la empresa ha desarrollado soluciones disruptivas que forman parte de la historia del automóvil. Ya en 2007 lanzaron el Nissan Qashqai, el primer urban crossover, que aúna lo mejor de un compacto y de un todoterreno. Y en 2010 presentaron Nissan LEAF, el primer 100% eléctrico de producción masiva del mercado, al que se ha unido recientemente el Nissan ARIYA, el primer SUV 100% eléctrico de la marca.

Cómo aplicarlo en tu vida

Este modelo, con su silueta elegante y su cuidado interior, representa a la perfección el gusto japonés por la distinción, la simplicidad, la armonía y el equilibrio: líneas minimalistas, atmósfera premium y relajante tipo lounge, controles táctiles, superficies lisas y fluidas… La herencia y las influencias japonesas están muy presentes en cada detalle del Nissan ARIYA, hasta el punto de emplear patrones inspirados en la técnica tradicional de carpintería kumiko, para realzar el diseño y matizar el brillo de la iluminación. Este diseño, junto a su motorización 100% eléctrica, evoca, además, los valores nipones de integración con la naturaleza y sostenibilidad.

Aunque sin duda, hablando de innovación, mejora continua y medio ambiente, es imprescindible mencionar uno de los últimos desarrollos de Nissan, la tecnología e-POWER, la primera motorización que rompe paradigmas y elimina barreras al proporcionar una sensación de conducción 100% eléctrica sin necesidad de enchufes. Así como la filosofía shoganai alienta a aceptar la realidad y centrar nuestros esfuerzos en lo que sí se puede mejorar y cambiar, desde Nissan han sido capaces de idear una tecnología revolucionaria gracias a dos motores, uno eléctrico para mover las ruedas y otro de gasolina para cargar la batería.

Reinventar la movilidad

Reinventar la movilidad

e-POWER ya está disponible en los nuevos Nissan Qashqai y Nissan X-Trail, modelos que incorporan, además, tecnologías de asistencia al conductor, como e-Pedal y ProPILOT Assist, que permite controlar el movimiento del automóvil usando sólo el pedal del acelerador y conducir de manera más sencilla e intuitiva. Avances 100% al servicio del conductor que, en sintonía con la filosofía omotenashi u "hospitalidad japonesa", logran que este se sienta a gusto y seguro en su vehículo.

Como vemos, la historia de Nissan es, sin lugar a dudas, una historia de innovación a la japonesa, un camino plagado de éxitos que ha hecho de la marca todo un icono de este país.

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