Es la última de las Hermandades nacidas en Zamora. La Hermandad Penitencial de Nuestro Padre de Jesús de Luz y Vida fue aprobada canónicamente el 3 de mayo de 1988, con el fin de rendir homenaje a todas las personas que han hecho posible la Semana Santa, así como para orar por todos aquellos que murieron y descansan en el cementerio zamorano; desfilando por primera vez el sábado de Lázaro de 1989.

Sigue la línea de las dos últimas Cofradías creadas en la ciudad, concretamente la del Espíritu Santo y la de la Buena Muerte, tanto en lo que se refiere a su hábito como en los aspectos de los nuevos sistemas de iluminación, acompañamiento coral, etc. No presenta problemas de consolidación, principalmente por ser una cofradía mixta.

Su cambio de día de salida - ha pasado al Sábado de Dolores - ha servido para integrarse definitivamente en la Semana de Pasión de Zamora. Desde su creación se ha convertido en una Hermandad que incorpora elémento dé todas las demás: barandales, tablillas semejantes a carracas, grupo musical de metal, o hábito monacal.

Cantos gregorianos

Los cantos gregorianos del coro de la hermandad y el cuarteto musical Jesús Luz y Vida acompañando al coro en la interpretación de ´De profundis´ constituyen la esencia musical de este desfile en el que se realiza un largo trayecto que parte de la Catedral, cruza el río por le Puente de Piedra y sigue por Cabañales y la calle Sepulcro hasta llegar al cementerio para luego regresar de nuevo, tras la ofrenda-oración, hasta la seo zamorana.

En los primeros años, esta cofradía fundada por personas vinculadas de forma directa a la Semana Santa y a otras cofradías de la Pasión de Zamora, desfiló el sábado de Lázaro, siete días antes de la fecha en la que lo hace actualmente.

La túnica

Es una cofradía en la que nunca ha habido lugar a la diferenciación de sexos, puesto que desde su inicio es mixta y todos los hermanos y hermanas portan un farol y visten de forma idéntica, con túnica blanca monacal que recuerda los antiguos hábitos cistercienses. Las túnicas blancas y los medallones dorados se entremezclan con los muros de la ciudad medieval. El empedrado sirve de alfombra hacia el Puente de Piedra, que conecta los dos polos del Sábado de Pasión: la fe que anida en la Catedral y el recuerdo, encarnado en las tumbas en las que descansan miles de zamoranos.

Vídeo: Procesión de Nuestro Padre de Jesús Luz y Vida 2016

Semana Santa 2016: Luz y Vida abre una nueva etapa

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