La exposición “Del bifaz a la palabra, de Atapuerca a Valpuesta, un viaje a nuestros orígenes” reúne elementos que vinculan la investigación sobre el origen y la evolución de la especie humana en la Alhóndiga.

La propuesta expositiva une los frutos de las excavaciones realizadas desde 1978 en los yacimientos de la sierra de Atapuerca con la investigación en torno a los orígenes del español, a partir de ediciones facsímiles y documentos que toman como referente la valiosa documentación de la colegiata de Santa María de Valpuesta.

La muestra, inaugurada por la concejala de Cultura María Eugenia Cabezas, el coordinador de Didáctica del Museo de la Evolución Humana, Rodrigo Alonso y el responsable de Promoción Cultural de la Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Jesús Bustamante, presenta una selección de maquetas y réplicas de los fósiles humanos más emblemáticos descubiertos en la Sierra de Atapuerca y exhibe de manera sintética los resultados de los trabajos de investigación realizados en los yacimientos burgaleses.

Todas estas reproducciones son de “alta calidad” y entre ellas destacan la presencia del cráneo nº 5 conocido popularmente como “Miguelón”, la cara de la niña de la Gran Dolina de hace 850.000 años o el bifaz “Excálibur” descubierto en el yacimiento de la Sima de los Huesos a finales del siglo XX. Acompañando a estas reproducciones, el material gráfico explica la singularidad de las investigaciones realizadas en estos yacimientos.

Otro ámbito permite al visitante conocer cómo podemos estudiar cuándo los homínidos comenzaron a hablar. El estudio de los fósiles humanos de la Sima de los Huesos resulta esencial para comprender la aparición del habla en estas poblaciones de preneandertales que ocuparon la Sierra de Atapuerca hace medio millón de año. A partir de este momento los diferentes homínidos fueron desarrollando unas frecuencias de audición que posibilitaron que tanto sus descendientes, los neandertales, como nosotros, homo sapiens, pudiéramos desarrollar un lenguaje articulado tal y como hoy lo conocemos, explican.

Mientras el análisis de los fósiles de homínidos de la Sierra de Atapuerca permiten conocer cómo fue la aparición del lenguaje, el estudio de los cartularios de la Colegiata de Santa María de Valpuesta ha demostrado que el origen del castellano tuvo su plasmación gráfica en el siglo IX en este rincón del norte de la provincia burgalesa, los documentos que integran este cartulario ofrecen la posibilidad de apreciar esos primeros testimonios de la lengua romance que se abren paso en la lengua hablada en la calle y quedan recogidos en textos donde esa lengua –no solo palabras sueltas, sino expresiones completas- queda reflejada en documentos tanto civiles como religiosos, localizados y fechados.

Las ediciones facsímiles del cartulario gótico y galicano de Valpuesta, de las Glosas Silenses, la Biblia visigótica y mozárabe de San Isidoro de León y la Biblia Románica de Burgos, junto a otros documentos esenciales en la investigación de los orígenes como la "Nodizia de Kesos", un fragmento de Beato del Monasterio de Silos y otros escritos en torno a donaciones y ventas que documentan cómo era la intensa actividad económica y civil de la Edad Media, forman parte de este ambicioso proyecto expositivo.

La Sierra de Atapuerca y la Colegiata de Santa María de Valpuesta constituyen dos lugares emblemáticos de la provincia de Burgos que, separados 70 kilómetros, permanecen interconectados y han posibilitado descubrir cómo evolucionaron en la Europa occidental los grupos humanos, su tecnología y sus formas de comunicarse desde hace más de un millón de años hasta nuestros días. Los orígenes del hombre y de la lengua española comparten un mismo espacio físico como se evidencia en la exposición.

La muestra "Del bifaz a la palabra. De Atapuerca a Valpuesta, un viaje a nuestros orígenes" permanecerá abierta al público en la sala de exposiciones de la Alhóndiga hasta el 30 de septiembre y se sopesa la posibilidad de realizar actividades paralelas.