Manuela Juárez Iglesias, natural de Andavías, ha recibido el Premio Trayectoria Profesional by CaixaBank en eWoman Zamora 2022. Investigadora, Doctora en Química, vicepresidenta de Investigación Científica y Técnica del CSIC, y una larga lista de puestos de responsabilidad que hacen de su trayectoria una de las más notorias de la provincia.

–Es usted química, especialista en Tecnología de los Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ¿qué le hizo elegir esta profesión?

–Hice química porque es una ciencia muy tangible, tienes resultados. Al principio me gustaban mucho las matemáticas, pero me parecía algo mucho más intangible. En química lo que haces puedes palparlo, tenerlo muy cerca.

–Si volviera a empezar, ¿elegiría la misma carrera?

–La misma, seguro. Si te gusta trabajar en el laboratorio, la química te da una formación básica muy interesante. Los químicos, normalmente, o se van a la enseñanza o a empresas, tiene diferentes salidas, pero el laboratorio es apasionante y la carrera en sí es muy bonita.

–¿Qué es lo que más le apasiona de la investigación?

–La lucha y el estudio, tienes que estudiar muchísimo. En mi campo, el consumidor cada vez está más pendiente y sensible en lo referente a la alimentación y la salud, así que tenemos que tratar de aportar en los alimentos elementos de interés para el bienestar, porque está demostrada su relación. En los lácteos, por ejemplo, tratar de modificar la composición en ácidos grasos, aunque la que tiene es estupenda. Actualmente se está trabajando en incorporar componentes relacionados con la capacidad cognitiva, algo muy importante teniendo en cuenta que la esperanza de vida está aumentando. Al principio se trabajaba mucho en componentes tecnológicos, pero en los últimos años la balanza se decanta por la interacción lácteo-salud.

–¿En qué sectores puede trabajar un químico en Zamora?

–Un químico tiene un margen enorme, porque estudiamos matemáticas, física, aspectos de química técnica, etc. entonces hay diferentes sectores en los que tenemos cabida. Entre ellos, la provincia tiene una fuerte industria láctea y ahí un químico tiene una labor importantísima, en temas de calidad, de seguridad de los alimentos. Además, ahora está la Escuela Interprofesional Láctea de Zamora, en la que tendré el honor de participar en uno de sus cursos. Es una escuela estupenda, porque se da una muy buena formación postgraduada, a través de cursos de especialización, para aquellos jóvenes que han terminado carreras como la química, biología u otras ramas, y tienen interés por el campo lácteo. Que esta institución esté en Zamora es muy importante para la tierra y para su desarrollo, siendo un territorio en el que hay tantas industrias de queso, en un mercado globalizado donde se buscan productos de calidad.

–Si tuviera que elegir un momento de su trayectoria, ¿con cuál se quedaría?

–Me quedaría con dos etapas en concreto. La primera, en la que estuve trabajando como gestora del Programa de Tecnología de Alimentos del Plan Nacional de Investigación, fue una formación muy importante. También estuve como coordinadora en la Agencia Nacional de Evaluación, donde ves todos los proyectos de investigación que vienen de toda España. Aunque, sin duda le guardo especial cariño al CSIC, donde he estado siete años, es mi organismo. Tampoco quiero dejar de destacar el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados, creados por la Comunidad de Madrid.

–¿Cómo es trabajar en el CSIC?

–Es una maravilla, siempre me sentí muy bien. Te pasas toda la vida estudiando, te planteas un objetivo de un tema inexplorado, indagas a nivel internacional lo que se ha hecho, buscando caminos que se puedan seguir y te pones en marcha. Me apasiona la investigación, para mi es uno de los trabajos más bonitos que existen. Para una persona que le guste estudiar, ese es su sitio, porque cada día aprendes sobre lo que te interesa.

–¿En algún momento ha percibido un trato diferente por el hecho de ser mujer?

–No, en este aspecto tengo mucha suerte. En el CSIC nunca me han tratado diferente a mis compañeros hombres, allí lo que prima es el trabajo, la brillantez, el buen hacer, y no hay una distinción de género.

–¿Cuáles han sido sus principales apoyos?

–Recuerdo con mucho cariño varios lugares, a parte del CSIC, la Comunidad de Madrid siempre me trató muy bien. Tuve también un apoyo muy interesante por parte de la Federación Nacional de Industrias Lácteas y la Interprofesional Láctea, que me nominaron para estar en grupos de trabajo y comités de la Federación Internacional de Lechería, vital para la preparación de proyectos europeos,

–¿Qué supone para usted este premio?

–Supone mucho para mi. Defiendo la igualdad de la mujer y creo que estos premios, sin duda, contribuyen a favorecer la igualdad y aumentan la visibilidad de la mujer. El año pasado me dieron el Premio Mujer Agro, por el tema de agroalimentación y repito lo mismo, la mujer debe tener exactamente el mismo papel que el de un hombre. Todas estas convocatorias favorecen eso, y lo agradezco profundamente, la nominación, la selección y la celebración como tal de las jornadas. A esto se le suma que es de Zamora, mi tierra, así que no podría hacerme más ilusión

–¿Qué le diría a las jóvenes que ahora emprenden el mismo camino que usted?

– Le diría que todo el ánimo del mundo, que estudien mucho, que tienen un camino por delante apasionante y que conseguirán resultados si lo intentan, seguro.