El cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, es un jesuita con una sólida formación académica, considerado un hombre dialogante y moderado, amante del tango e hincha del equipo de fútbol San Lorenzo.

El nuevo Papa ha iniciado su mandato con gestos de humildad. Un detalle lo reveló este jueves el portavoz Federico Lombardi, quien aseguró que Francisco acudió a la residencia donde se alojó en los días previos al cónclave, recogió su maleta con las cosas que trajo a Roma y pagó la cuenta, "para dar ejemplo".

Quien hasta ahora era la máxima autoridad de la Iglesia argentina está considerado como un hombre prudente, lo cual no ha impedido que mantuviera fricciones con el actual gobierno del país, en temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La elección del nuevo Papa Francisco supondrá "una renovación para la Iglesia" según varios expertos en teología. Juan Luis Lorda, teólogo de la Universidad de Navarra, ha destacado que se trata de un hombre "completamente distinto" a Benedicto XVI, ya que mientras que el anterior Pontífice era "un estudioso" acostumbrado a "tratar con un círculo pequeño de personas", Francisco es un religioso "es un hombre habituado al trato pastoral, al trato con los sacerdotes". No obstante, ha señalado que ambos comparten que "aman a la Iglesia" y su visión de que eso "es lo más importante".

Los expertos también han destacado que la elección de un jesuita puede suponer un cambio en la Iglesia, ya que es una orden considerada como "rompedora" por varios expertos. Además, considera que la elección del nombre Francisco apunta "mucho a una sensibilidad hacia problemas sociales, la pobreza, lo que puede resultar especialmente cercano".

San Francisco de Asís recibió de Dios el llamado a "reformar la Iglesia", en el momento en que recibió su vocación, según ha recordado el profesor de Historia de la Iglesia Contemporánea de la Universidad de Navarra (UNAV), Santiago Casas.

Así, ha indicado que, "aunque San Francisco al primero entendió que la tenía que reformar con piedras, esa reforma iba encaminada más bien por el camino de la pobreza, de una mayor vida espiritual y de la predicación con el ejemplo". Además, señala que, "ahora que se hablaba tanto de reformar Iglesia y la curia, la elección del nombre de Francisco podría ser una manera de decir: ahí está la reforma".

Sin embargo, reconoce que el contexto eclesiástico con que se encontró San Francisco no es "en absoluto comparable" al actual, "ni en cuanto a influencia de la Iglesia, y en cuanto a que era una sociedad muy cristiana y no parecía que hiciera falta una reforma".

Además, ha recordado que Bergoglio procede de Flores, un barrio de clase media-baja de Buenos Aires, y que cuando le designaron obispo auxiliar de Buenos Aires, su zona de influencia fue precisamente esa. Él "siempre ha tenido una vida muy austera de forma muy natural". El nuevo Papa habla mucho de la vida de pobreza en sus homilías y es algo "que tiene mucho en su corazón", según ha indicado.

Precisamente la Compañía de Jesús destacó este jueves de Francisco su espíritu evangélico de cercanía a los pobres, su identificación con el pueblo sencillo y su compromiso con la renovación de la Iglesia.

Biografía

En 2005, tras la muerte de Juan Pablo II, el arzobispo de Buenos Aires pidió a los cardenales electores que no le votaran.

Entonces quedó en segundo lugar, tras Benedicto XVI, con quien ahora convivirá como Papa emérito, en una situación inédita.

Arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, Bergoglio ha sido en la Santa Sede miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; del Pontificio Consejo para la Familia y la Pontificia Comisión para América Latina.

Nació en Buenos Aires, en el seno de una familia de origen italiano y comenzó su carrera en la Iglesia con 21 años tras estudiar ciencias químicas.

Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969 y, en plena dictadura militar argentina, entre 1973 y 1979, fue enviado a Alemania, de donde pasó a la iglesia de la Compañía de Jesús de Córdoba.

En 2001, Juan Pablo II lo nombró primado de la Argentina y ocupó la presidencia de la Conferencia Episcopal durante dos períodos hasta que abandonó el cargo porque los estatutos le impedían seguir.

Como máxima autoridad de la Iglesia católica en el país y, aunque considerado un hombre moderado y dialogante, mantuvo sonados enfrentamientos con el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y con su esposa y sucesora, Cristina Fernández, por temas como el matrimonio gay o el aborto.

En 2010, trató por todos los medios de evitar la aprobación de la ley que reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo, movilizó a los sacerdotes en defensa de la "unidad familiar" y convocó vigilias frente al Parlamento. "No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios", escribió Bergoglio en vísperas de la aprobación del proyecto en el Congreso.

Dictadura argentina

El impulso que los Kirchner dieron a los juicios por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1976-1983) salpicó a la Iglesia católica y Bergoglio declaró como testigo en el juicio por Plan Sistemático de apropiación y en la megacausa de la escuela de Mecánica de la Armada (Esma).

La organización Abuelas de Plaza de Mayo recordó en un comunicado que Bergoglio declaró en el caso de Elena de la Cuadra, desaparecida cuando estaba embarazada, y cuya familia acudió a él en busca de ayuda.

Las Abuelas reprodujeron un fragmento de la declaración del entonces cardenal en el que admitía que tuvo conocimiento de la apropiación de niños durante la dictadura "en el tiempo del Juicio a las Juntas", poco antes de los años 90.

También declaró en el proceso por el secuestro de dos jesuitas que, según la acusación, fueron detenidos porque perdieron la protección de su orden religiosa, como señala el libro "El silencio" del periodista Horacio Verbitsky, presidente de la Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels).

Seguidores de Bergoglio aseguran, por el contrario, que mantiene una clara apuesta por la labor pastoral en zonas desfavorecidas y ayudó a muchos durante el régimen de facto.

Sencillez

Conocido por su sencillez, Bergoglio vivía solo, en un apartamento, en el segundo piso del edificio de la Curia, al lado de la Catedral de Buenos Aires, en el corazón de la ciudad.

Medios locales recuerdan cómo desde la ventana de su apartamento fue testigo de la violencia que se vivió en la Plaza de Mayo durante la crisis de diciembre de 2001.

Indignado, llamó al ministro del Interior para pedirle que diera instrucciones para que los agentes diferenciaran entre activistas y ahorradores que reclamaban por sus derechos.

En 2004, tras la tragedia de la discoteca Cromagnon, recorrió los hospitales de la ciudad para acompañar a los familiares de las víctimas.

Bajo perfil público

Poco amigo de las apariciones en los medios, Bergoglio ha tratado de mantener un bajo perfil público, acostumbra a viajar en transporte público e incluso acude a confesar a la Catedral.

De hecho, fue de los pocos cardenales que cuando llegó a Roma para la elección del Papa no se subió a vehículos oficiales.

Aunque goza de buena salud, sufre problemas respiratorios porque en su juventud le fue extirpado parte de un pulmón

Preocupado por la educación, una de sus prioridades ha sido dedicar los esfuerzos de la iglesia argentina a los centros educativos y no solo a los concertados católicos.

El nuevo Papa es un amante de los autores clásicos, disfruta del tango y no oculta su pasión por el fútbol, en especial por el San Lorenzo de Almagro, hasta el punto de que tiene una camiseta firmada por los jugadores.