Seis días emplea la familia Revuelta & Domínguez en montar un belén que, con orgullo, muestra a todos aquellos toresanos interesados en visitar un nacimiento al que no le falta un detalle y, que desde el punto de vista plástico, forma un conjunto digno de admiración. Desde hace años, Octavio Revuelta instala en su vivienda un belén de 5,40 metros de largo, creado a partir de bellas figuras, materiales reciclados o pequeños detalles que sorprenderán a todos aquellos que tengan la oportunidad de admirarlo y que, cada Navidad, es diferente. Crear este nacimiento se ha convertido en una de las pasiones de la familia, cuyos integrantes son grandes aficionados a las manualidades.

El montaje del nacimiento, comienza a partir de una tabla plana sobre la que la familia va colocando cada uno de los elementos que lo conforman. En este belén se pueden apreciar materiales propios de la zona como escorias de las antiguas fraguas o piedras de Villalonso, aunque Revuelta también utiliza materiales reciclados o de derribo como ladrillos viejos. La base del nacimiento es tierra fina de Tudela o piedras de diferentes grosores para diferenciar espacios y escenas. Para crear los árboles, Revuelta utiliza ramas secas a partir de las que da forma a las copas y, este año, ha reciclado el musgo retirado de la limpieza de la cubierta de su vivienda que plantó en una criba para, posteriormente, poderlo reutilizar en el montaje.

Este año, Revuelta ha conferido un protagonismo especial al agua. Siete motores que mueven un circuito continuo dan vida al agua que fluye, a través de un río, fuentes o dos cascadas en cuya caída ha utilizado efecto vapor.

En su creación también llaman la atención los juegos de luz que "debe ser adecuada en cada zona del belén". Para conseguir el efecto deseado, el nacimiento cuenta casi 40 conexiones eléctricas que permiten alumbrar luces a diferentes voltajes, led Rgb o diodos. Para admirar este trabajo se precisa calma y mucha concentración ya que, en el nacimiento no faltan detalles como un nido de cigüeña, pájaros, conejos, cántaros, un puesto de fruta con ajos y verduras, un huerto con tomates, sandías, repollos o zanahorias, o barras y panes comestibles, pero a pequeña escala. El nacimiento se completa con numerosas figuras móviles, casi todas procedentes de Murcia, mientras que otras son de "estilo napolitano".

Todas las figuras son de barro y enteladas y, alrededor de 50 tallas, dan vida a este nacimiento, aunque Revuelta posee casi un centenar. A lo largo del nacimiento, se extiende una sarga colocada en la pared, pintada a mano y adquirida en Madrid. Esta sarga es de principios del siglo pasado y está muy bien conservada. La familia ha invitado a los aficionados a visitar belenes durante las fiestas de Navidad a conocer su trabajo que muestra encantada, porque su verdadero objetivo es compartir su afición con los demás. Además de familiares y amigos, estudiantes de colegios han visitado ya este nacimiento que desprende un halo de magia y, sobre todo, espíritu navideño.

El pasado año, esta familia obtuvo el primer premio del concurso de belenes particulares convocado por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento y, aunque para sus creadores este galardón supone un reconocimiento al esfuerzo y al trabajo, su mayor recompensa en mostrar su nacimiento a todos los toresanos interesados en admirar cada uno de los detalles y figuras que dan vida a este gran montaje.

Incluso, en la estancia de la vivienda en la que Revuelta ha montado el nacimiento, también se puede admirar una pequeña y antigua capilla en la que se los interesados pueden adorar al Niño Jesús.