Más de 8.000 enfermeras españolas están trabajando en países europeos ahuyentadas de España por la crisis económica y la precariedad laboral, según un estudio elaborado por la enfermera, doctora en Ciencias Enfermeras y profesora de la UAB Paola Galbany-Estragués.

El estudio analiza los efectos de la crisis en la emigración de las enfermeras forzada por el paro y la precariedad laboral y demuestra que supone una grave pérdida de capital profesional y humano para España, uno de los que mejor forma estas profesionales.

Según Galbany, "la crisis económica iniciada en 2008 ha supuesto que España haya pasado de ser un mercado laboral estable a producir cada vez más enfermeras que terminan en mercados foráneos".

El Colegio de Enfermería de Barcelona observó que entre los años 2008-2009 se había producido un incremento en la demanda de estos profesionales para trabajar en el extranjero.

En su investigación, realizada en colaboración con la profesora Sioban Nelson de la Universidad de Toronto (Canadá), en el marco de una beca posdoctoral en la Bloomberg Faculty of Nursing de esta universidad, Galbany ha examinado los factores que motivan esta emigración a través del análisis de las tendencias políticas que afectan a la educación en enfermería y el empleo de esta profesión en España entre 2009 y 2014.

Galbany ha analizado diferentes bases de datos internacionales, así como artículos científicos, leyes y directivas europeas.

Los resultados revelan que entre 2010 y 2013 un total de 4.580 enfermeras formadas en España solicitaron al Ministerio de Educación la acreditación de la titulación de enfermería para poder trabajar en otro país del Espacio Económico Europeo.

Según Galbany, "en comparación con otras profesiones, las enfermeras fueron las que más solicitaron la acreditación de la titulación para trabajar en el extranjero y sólo fueron superadas por los médicos en 2013".

El estudio señala que en 2014 había más de 8.000 enfermeras formadas en España trabajando en Europa y que el país receptor por excelencia es Reino Unido (5.624 enfermeras) seguido por Francia (1.734), Portugal (1.004), Bélgica (304) e Italia (292).

Entre 2012 y 2014, un total de 1.221 enfermeras emigraron a Alemania, y desde 2012, 150 enfermeras lo hicieron a Finlandia.

Según Galbany, los factores que motivaron a estos profesionales a emigrar fueron los cambios organizativos en el Sistema Nacional de Salud que han afectado a los recursos humanos.

La autora pone como ejemplo que ha aumentado el número de camas cerradas en los hospitales, "de 11.236 en 2008 a 16.681 en 2013".

"Por lo tanto, el deterioro en la tasa de ocupación de camas hospitalarias desde 2008 ha producido una reducción de la ratio de enfermeras por mil habitantes, pasando de 3,21 en 2010 a 3,10 en 2013", según Galbany, que destaca la reducción del gasto público y las reformas en el mercado laboral.

El estudio recoge datos de la OCDE de 2013 que reflejan por primera vez en España una reducción de enfermeras en activo de 5.200 respecto al año 2012.

Otros datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) revelan un incremento del número de profesionales de enfermería solicitantes de empleo de 9.257 personas en 2010 a 19.639 en 2013, aunque en 2014 se produjo una reducción en el número de demandantes de empleo en enfermería, con 14.161 solicitantes.

"Esto se debe, en parte, al incremento en las emigraciones de enfermeras durante los años previos", aclara Galbany, que indica que pese a todo, se ha incrementado el número de enfermeras graduadas en las universidades españolas, que han pasado de 8.368 diplomadas en 2006 a 11.700 graduadas en 2014, "lo que ha incrementado la presión en el mercado laboral".

Galbany asegura que "España y Noruega son los países que mejor forman sus enfermeras en Europa", pero mientras que Noruega tiene una ratio de enfermeras de 20,15 por cada 1.000 habitantes, en España es de 5,39.

"El sistema sanitario español no tiene la capacidad de absorber a sus enfermeras y éstas terminan emigrando. Emigrar es básicamente consecuencia de la precariedad laboral y repercute negativamente en la calidad de los cuidados enfermeros en el país de origen, porque incrementa la carga laboral, lo que supone que las enfermeras dediquen menos tiempo a sus pacientes", concluye la profesora.

"España necesita a sus enfermeras, ahora y en el futuro. Cuidémoslas tanto como ellas nos cuidan", pide Galbany.