El MMT Seguros arrancó ayer una nueva aventura. Porque si una palabra puede definir lo que puede llegar a ser esta temporada para los "Guerreros de Viriato" es esa, la que define a un suceso o camino que promete estar lleno de riesgos y de futuro incierto. Una cuyo desenlace no es previsible y de la que solo se conoce el punto de partida. Un origen que tuvo lugar ayer, con la primera sesión de entrenamientos del conjunto "pistacho" y los primeros actos oficiales de su plantilla, que cuenta con más novedades que otros años.

Mientras sigue en el aire el futuro de la Liga Asobal -su composición, fechas y la identidad de todos sus participantes-, así como Gijón y el propio Balonmano Zamora dan pasos en busca de un resultado justo para ellos al "conflicto gallego", la plantilla de Edu García Valiente ha comenzado a ejercitarse y a prepararse para cualquier acontecimiento centrada en lo que siempre ha sido su tarea: lo que ocurre en el 40x20.

Edu García Valiente fue ayer muy claro al respecto: "Trabajamos para jugar en División de Honor Plata desde el día en que descendimos y así seguiremos haciéndolo". El técnico aseguró que el equipo "está formado para competir en la División de Honor Plata", aunque dejó la puerta abierta a la esperanza asegurando que, en su opinión, "es también un bloque que podría competir en la Liga Asobal".

La máxima categoría parece lejos, más aún cuando el equipo empieza a prepararse para competir y parece no haber tiempo para más labores que las deportivas. Pero el presidente del club, José Antonio Quintana, lo tiene claro. "Hoy por hoy somos un club Asobal, hemos cumplido con todos los requisitos y nadie nos ha dicho lo contrario hasta ahora", aseveraba tajantemente, sabiendo que aún queda mucho por hacer y que será un mes de mucho teléfono y despacho.

Así, pendiente del futuro, el MMT Seguros comenzaba una nueva temporada. Una en el que el punto de partida fue la habitual primera toma de contacto con el balón y las conversaciones entre viejos conocidos, canteranos Iván o Raúl, o los nuevos fichajes como Abalós, Del Val o Molina. Un clásico y conocido inicio para los "Guerreros de Viriato", cuyo destino -lo natural en cada aventura- es una incógnita.