O Otras inversiones

Criptomonedas. Volatilidad máxima

por Carmen Lancho

Las monedas virtuales atraen tanto a los que creen en el futuro de este activo financiero como a los especuladores

El año pasado las inversiones en criptomonedas fueron todo un boom. Una explosión que dio paso a una caída. La volatilidad de este mercado hace muy difícil poder tener unas previsiones claras sobre su comportamiento futuro, en especial a largo plazo.

Así, tal y como señalan desde Finect, una comunidad online especializada para profesionales de las finanzas e inversores, durante 2017 hubo un fuerte optimismo en ciertos mercados, en especial en el de las criptodivisas. Este tipo de moneda virtual comenzó a ser visto como un activo interesante en el que invertir, ya que para algunos puede convertirse, en el futuro, en una alternativa real a otras divisas. Esto, unido a las subidas que se produjeron por nuevos usuarios interesados, desencadenó finalmente una oleada especulativa que aceleró estas inversiones a gran velocidad.

Estos hechos perfilan dos aspectos a tener en cuenta. El primero de ellos es que, en el mundo de las monedas virtuales existen dos tipos de inversores. Por un lado, aquellos que apuestan por el futuro a largo plazo de la criptomoneda como medio de pago, y por otro aquellos que tienen un objetivo especulativo. Por lo general, se trata de inversores con perfiles muy ligados al uso de las nuevas tecnologías.

monedas

un bitcoin llegó a pasar de niveles cercanos a los 5.000 dólareshasta alcanzar la cifra astronómica de 20.000, para volver a caer, de nuevo a los 5.000 dólares, y que ha sufrido revalorizaciones muy superiores al 1.000%. Por lo tanto, según indican en Finect, «es imposible hacer predicciones con cierto sentido y que no resulte tirar una moneda al aire».

A pesar de que la volatilidad en las inversiones en moneda virtual es una de sus principales debilidades, uno de sus mayores atractivos reside en que están fuera del control de los gobiernos e instituciones financieras. Es decir, es una moneda descentralizada, cuyo valor queda a expensas de la oferta y la demanda, sin respaldo de ningún banco central, y su control queda en manos de los propios usuarios. Además proporciona mayor privacidad y anonimato en las transacciones efectuadas, que en las transacciones habituales controladas por las instituciones financieras.

En la actualidad existen más de 1.000 monedas virtuales, siendo las más conocidas Bitcoin, Ethereum, Litecoin, Ripple o Dash.

opinion Pedro Antonio Gil Palencia

Incentivos fiscales
para invertir en startups

Pedro Antonio Gil Palencia
Socio área fiscal - Cuatrecasas

Los incentivos fiscales a la inversión en proyectos emprendedores existen. Sin embargo, habría que preguntarse si son adecuados y, sobre todo, si son suficientes para impulsar el cambio del modelo productivo por el que abogan la inmensa mayoría de los programas políticos.

Desde 2013 se han introducido paulatinamente incentivos fiscales a la inversión en proyectos emprendedores . Así, una persona física residente en España puede llegar a aplicar una deducción fiscal en la cuota estatal del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) de hasta un 30% de las cantidades aportadas en la constitución o ampliación de capital de la sociedad, siempre que las cantidades no excedan de 60.000 euros anuales. Si tenemos en cuenta que algunas autonomías permiten aplicar una deducción en la cuota autonómica del IRPF de hasta el 20% de las cantidades invertidas que no excedan de 50.000 euros anuales, un inversor comprometido que aportara 110.000 euros en un año natural a proyectos emprendedores podría ver recompensado su esfuerzo con hasta 28.000 euros de deducciones fiscales. Adicionalmente, la ganancia patrimonial que pudiera generarse en la transmisión futura de la participación podría quedar exenta si se reinvierte el precio obtenido en nuevos proyectos emprendedores. Si es una persona jurídica residente en España quien invierte en, al menos, el 5% del capital de una sociedad, y mantiene su participación ininterrumpidamente durante más de un año, si bien no tendrá ningún incentivo fiscal en el momento de la inversión, podría disfrutar de una exención de la ganancia obtenida en la transmisión sin necesidad de reinvertir. Adicionalmente, y este régimen fiscal es mucho más antiguo, un inversor más «profesional» que articulara sus inversiones mediante una sociedad de capital-riesgo podría llegar a aplicar un 99% de exención a las rentas obtenidas en la venta de participaciones que ni siquiera supusieran el 5% del capital de sus participadas. Si bien el panorama es esperanzador, estos incentivos fiscales palidecen de envidia frente a los de otros países de nuestro entorno, con el Reino Unido como máximo exponente.

Sin completar estos incentivos fiscales a la inversión de forma decidida, y con la correspondiente estabilidad jurídica, es muy difícil convertir a nuestro país en un polo de atracción para el emprendimiento que cambie el modelo productivo.

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