Un año después de su certificación, la Ruta del Vino de Zamora ha logrado demostrar que es uno de los mejores instrumentos con los que cuenta esta tierra para promocionar el turismo en Zamora y su provincia de forma integral.

Mucho más allá de sus excelentes vinos, la Ruta promociona todo lo que el territorio ofrece la visitante, desde el turismo de naturaleza a su patrimonio histórico, artístico y arquitectónico, pasando por la rica gastronomía zamorana y sus productos artesanos, la riqueza etnográfica de sus pueblos o los alojamientos y servicios de todo tipo que se ofrecen al turista.

Existen en España 36 Rutas del Vino, que se han posicionado como un instrumento de utilidad para fomentar un turismo de calidad, alternativo al turismo de masas. La indudable etapa de florecimiento que vive la gastronomía y el mundo del vino, no hacen sino acrecentar sus posibilidades. Por ejemplo, el enoturismo atrae visitantes a lo largo de las cuatro estaciones del año, contribuyendo a desestacionalizar el sector turístico.

Viñedo de una bodega adscrita a la Ruta del Vino de Zamora. Cedida

Castilla y León es la comunidad que más ha sabido sacar partido a este instrumento de promoción, con nueve Rutas del Vino, tres de las cuales se encuentran en la provincia de Zamora.

La Ruta del Vino de Zamora obtuvo la certificación de “Rutas del Vino de España” el 20 de septiembre de 2021, y su ámbito geográfico de actuación coincide con el de la Denominación de Origen Tierra del Vino de Zamora, por lo que la oferta es muy completa, al incluir tanto una ciudad como Zamora, bien comunicada y llena de servicios, como otros 55 municipios rurales con una gran riqueza paisajística y cultural, 45 de ellos en la provincia de Zamora y 10 en la zona limítrofe de la provincia de Salamanca. Se trata, además, de un territorio articulado por la Vía de la Plata.

Placa de la Ruta del Vino de Zamora que se puede encontrar en todos los establecimientos adheridos y que han superado la auditoría. | Cedida

Entre los objetivos de la Ruta del Vino de Zamora, está promocionar todo el potencial del turismo en esos pueblos, con un enfoque ecosistémico, para ofrecer nuevas oportunidades laborales a los habitantes de este territorio y asentar población en el medio rural, una tarea para cual cuentan con el apoyo del Patronato de Turismo de la Diputación de Zamora y de la Junta de Castilla y León.

Así, la Ruta del Vino de Zamora se encarga de aunar toda la potencialidad de ese territorio para ofrecer packs turísticos completos, que van más allá del enoturismo, ofreciendo al visitante una experiencia integral para disfrutarla con los cinco sentidos.

La página web de la Ruta (rutavinozamora.com) permite al visitante encontrar establecimientos en los que alojarse en esta zona de Zamora, restaurantes en los que comer, bodegas que visitar, alternativas de turismo agroindustrial para conocer los quesos y los dulces de este territorio, y alternativas de ocio muy variadas para disfrutar de la estancia más completa, a medida de las necesidades de cada visitante.

Visita de turoperadores a una quesería adherida a la Ruta del Vino de Zamora. Cedida

Además, recurrir a las Rutas del Vino es garantía de hallar una oferta turística de calidad, ya que todos los establecimientos adheridos pasan una auditoría cada dos años, por lo que cada vez más turistas confían en estas rutas, especialmente aquellos más exigentes y acostumbrados a viajar con cierta frecuencia.

Actualmente hay más de medio centenar de socios adheridos a la Ruta del Vino de Zamora, incluyendo instituciones públicas y empresas privadas. La inscripción está abierta para cualquier entidad que se quiera unir para posicionar su marca en esta ruta y formar parte de esta oferta turística integral. Es una buena forma de darse a conocer dentro y fuera de España, pues la Ruta del Vino de Zamora está presente en las ferias turísticas más importantes a nivel nacional e internacional, y concierta visitas de turoperadores que se han acercado a conocer los pueblos de la ruta y sus establecimientos adheridos.

Este trabajo desarrollado a través de la Ruta del Vino de Zamora, de la que forman parte ayuntamientos, Diputación, Junta y decenas de empresas, es un ejemplo paradigmático de la colaboración público-privada para crear sinergias que redundan en beneficio de todos, fomentando la promoción del medio rural, el aprovechamiento ecosistémico de los recursos que el territorio ofrece, la dinamización de la economía de los pueblos y el desarrollo de nuevas oportunidades en el territorio a partir del turismo y la agricultura como base, para combatir la despoblación.