El consejo sectorial vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias de España estima que la vendimia en el conjunto del territorio nacional para vino y mosto será de 36,2 millones de hectolitros, un 9% menos con respecto al año anterior, algo debido a la escasez de precipitaciones respecto a la media de los últimos años.

Con carácter general la uva presenta buena calidad y ausencia de enfermedades en todo el territorio nacional. En invierno y al principio de primavera hubo una disponibilidad de agua que ha sido clave para el buen desarrollo vegetativo que presenta hoy el viñedo, pero debido al excesivo calor de los últimos meses y el consiguiente estrés hídrico que ha sufrido el viñedo, la uva tiene menor peso que en años anteriores.

Con estos datos sobre la mesa, Cooperativas Agroalimentarias constata que “el cambio climático es una realidad que afecta a nuestros viñedos”. Las bodegas cooperativas están fuertemente comprometidas con la lucha contra el cambio climático y el mantenimiento del entorno natural, para poder garantizar la sostenibilidad económica, social y medioambiental.

Con el apoyo del personal técnico de las bodegas cooperativas, los socios viticultores pueden aplicar buenas prácticas agrícolas que consiguen el respeto por el medio ambiente sin que esto afecte a la calidad de los cultivos, fomentando la biodiversidad animal, aprovechando los restos de las podas para reducir las emisiones de CO2, utilizando sistemas de riego eficiente y disminuyendo los tratamientos fitosanitarios para controlar plagas.

Las bodegas cooperativas son empresas que no se deslocalizan y fijan población en la zona, en muchos casos sin alternativa de producir otro producto que no sea la uva, por lo que los socios viticultores son los más interesados en cuidar nuestro entorno y medio de vida. No hay otro modelo de negocio tan arraigado al territorio.

Además de la sequía, viticultores y bodegueros se han enfrentado este año, y se enfrentan aún, a otros desafíos como el incremento de los precios del transporte, vidrio, cartón, electricidad, combustibles, productos fitosanitarios, entre otros insumos.

“Con la calidad que esperamos obtener, hemos de centrarnos en continuar comercializando nuestra amplia oferta de vinos, para posicionar a España como un referente vitivinícola mundial e incrementar cuota de valor en los mercados internacionales”, defienden desde el consejo sectorial vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias de España.

El sector en cifras

El sector vitivinícola tiene una importancia muy grande en España para el conjunto de la economía y para la sociedad en general. Nuestro país es una de las naciones que lidera el sector, basta mencionar que España cuenta con 941.086 hectáreas de viñedo en 2021, aproximadamente el 13% del total mundial, situándose en primera posición.

La producción media anual de vino y mosto es de entre 40 y 42 millones de hectolitros, lo que sitúa a España en tercera posición a nivel mundial. La facturación de las bodegas españolas asciende a 5.381 millones de euros al año (solo en ventas de vino y mosto) y la actividad de la cadena de valor vitivinícola supone el 2,2% del Valor Añadido Bruto en España.

En España hay cerca de 4.133 bodegas, de las que 3.536 exportan a 189 países de todo el mundo. El valor de todo el vino y mosto exportado desde España en 2021 ascendía a 2.914 millones de euros.

Desde el punto de vista social, el sector vitivinícola genera empleo en las bodegas y en el campo, pero también en la industria auxiliar, en la hostelería y en el sector turismo. En su conjunto, el vino genera y mantiene 427.700 empleos, el 2’4% del total en España.

Incrementar el valor y la rentabilidad del sector vitivinícola español y lograr un reparto equitativo a lo largo de la cadena son los principales objetivos del sector vitivinícola español de cara a los próximos cinco años, marcados en la Estrategia del sector vitivinícola español 2022-2027 de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), y compartidos totalmente desde Cooperativas Agroalimentarias de España.