La lucha contra el cambio climático es uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta la humanidad y la implicación en el proceso de cambio hacia una economía descarbonizada, basada en energías renovables y redes inteligentes, es tarea de todos.

La electricidad es la forma de energía que más renovables ha conseguido incorporar y, en la actualidad, ya somos capaces de producir electricidad renovable a un coste competitivo; una circunstancia que ha permitido que, en los últimos cinco años, se haya instalado en el mundo la misma capacidad renovable -solar y eólica- que en los quince anteriores y, aunque la tendencia se ha estabilizado, lo cierto es que desde 2017 ya se instala más capacidad solar que de cualquier otra tecnología en el mundo. La electricidad verde, por lo tanto, responde con soluciones al reto climático y es la forma más eficiente de reducir las emisiones y mejorar la calidad de aire.

Descarbonizar la economía, sin embargo, implica actuar sobre la totalidad de nuestras necesidades energéticas y, para alcanzar la neutralidad en carbono en 2050, debe abordarse el proceso de transformación en todo y cada uno de los sectores: transporte, climatización e industria.

O lo que es lo mismo, sustituir los equipamientos actuales de producción de calor en los edificios (calderas de gas y calderas diésel) y los medios de transporte terrestre (coches, taxis y autobuses de combustión) y aprovechar la oportunidad para transformar el sector de la automoción y desarrollar una cadena de valor industrial asociada a la calefacción cero emisiones (aerotermia), al autoconsumo doméstico, el desarrollo de baterías y la producción de hidrógeno verde para uso industrial.

Movilidad sostenible

El transporte es responsable de un cuarto de las emisiones de CO2 a nivel mundial y de la mayor parte de la contaminación de las ciudades. Una vía muy efectiva para solucionar ambos problemas, que tienen un origen común, es electrificar el transporte mediante el vehículo eléctrico, consiguiendo un mayor aprovechamiento de la energía gracias a su mayor eficiencia.

Empresas como Iberdrola despliega un ambicioso Plan de Movilidad Sostenible que prevé la instalación de 150.000 puntos de recarga en los próximos cinco años. Cargadores en los hogares, las empresas y la vía pública (autovías y principales corredores) en los que priorizará la recarga superrápida. La compañía ha sido también la primera empresa española en unirse a la iniciativa EV100 de The Cimate Group, comprometiéndose a electrificar toda su flota en España y Reino Unido en 2030.

Energía verde en el hogar

Otro elemento importante es la descarbonización de la energía en edificios mediante el fomento del autoconsumo y la utilización de bombas de calor.

 La aerotermia está viviendo una auténtica revolución, debido a su eficiencia y carácter renovable. La bomba de calor tiene la consideración renovable porque, a diferencia de los sistemas convencionales, capta la energía del aire exterior y solo consume la cuarta parte en forma de electricidad para aportar la misma cantidad de calor. Se trata del único sistema de climatización que contribuye a los tres objetivos ambientales europeos y nacionales a 2030: reducción en un 55% de las emisiones de CO2 (70% menos que una caldera convencional), mejora en un 42% de la eficiencia energética (+400%) y utilización de un 42% de energías renovables (electricidad cada día más limpia).

El nuevo modelo energético está estrechando el vínculo entre clientes y energéticas con la personalización de productos y servicios que promueven la eficiencia en el consumo. Con el objetivo de aprovechar el potencial de la tecnología, Iberdrola ofrece paquetes personalizados para adaptar las tarifas a los hábitos de consumo y, por ejemplo, aplicar tarifas más reducidas a los momentos de mayor consumo. Así, además de ahorrar, se promueve la eficiencia y el consumo sostenible.

Otra tendencia al alza es el autoconsumo. Con la solución integral Smart Solar de Iberdrola puedes instalar paneles fotovoltaicos en hogares, comunidad de propietarios y en empresas para producir y consumir tu propia electricidad. Esta nueva forma de consumo puede traducirse en ahorros medios de entre un 40% y un 70% en la factura de la luz.

Hidrógeno verde para una industria limpia

En España se estima una producción anual de hidrógeno de 0,5 Mt H2/año, que se emplea como materia prima en la industria del refino, la química y los fertilizantes. En su mayoría tiene origen fósil y genera unas emisiones de 5 Mt de CO2/año. La producción de H2 mundial anual (70 Mt) representa unas emisiones de 830 Mt de CO2/año o, lo que es lo mismo, es la responsable de más del 2% de las que se generan en el mundo; una cifra similar a las emitidas por un país como Alemania.

Iberdrola ha lanzado el primer gran proyecto de hidrógeno verde de Europa -al que seguirán otros-, que demuestra que con renovables e innovación tecnológica es posible dar respuesta a las necesidades de electrificación y descarbonización de la industria.

La compañía producirá hidrógeno verde a partir de fuentes 100% renovables en una instalación en Puertollano (Ciudad Real), que integrará una planta solar fotovoltaica de 100 MW, un sistema de baterías de ion-litio con una capacidad de almacenamiento de 20 MWh y uno de los mayores sistemas de producción de hidrógeno mediante electrolisis del mundo (20 MW). La iniciativa, con una inversión de 150 millones de euros, muestra el camino y las oportunidades que ofrece la transición energética para desarrollar proyectos innovadores como foco de la industrialización y el empleo en el país.