A la hora de encender de nuevo la calefacción después de los meses de verano y de buen tiempo, uno de los pasos que hay que dar es comprobar que los radiadores funcionan correctamente.

Si no ocurriera así, puede ser necesario purgarlos, ya que durante el tiempo que el sistema ha estado parado, pueden haberse formado bolsas de aire y esto disminuye el rendimiento de la caldera.

La Organización de Usuarios y Consumidores (OCU) ha lanzado una serie de recomendaciones en este sentido durante este mismo mes de octubre. Concretamente, facilita en su página web cinco claves para purgar los radiadores y equilibrar el sistema de calefacción. “Las vacaciones de las que disfruta el sistema de calefacción durante la mayor parte de la primavera y el verano favorecen la formación de bolsas de aire en el interior del sistema, disminuyendo considerablemente su rendimiento”, explican desde la OCU sobre lo que puede ocurrir a nuestra caldera.

Según apunta la OCU en su página web, existen dos tipos de purgadores, automáticos y manuales. En estos últimos no debe hacerse nada porque el aire se expulsa por sí mismo.

No ocurre igual en el caso de los purgadores manuales, en los que es necesario realizar el proceso de purgado.

Como consejo general, los expertos recomiendan purgar estos elementos siempre antes del inicio de la época de calefacción. Además, facilitan una serie de pasos para aprender a hacerlo.

Un síntoma claro para saber si es necesario hacerlo es oír ruidos extraños en el sistema, como gorgoteos. “La forma más clara de sentirlo es si al tocar el radiador, la parte superior está más fría que la inferior, ya que el aire tiende a subir”, señalan.

El purgado debe hacerse además con la calefacción apagada, ya que el radiador debe estar frío y el circuito de calefacción, parado.

El siguiente paso será cerrar la llave de paso de agua al radiador que se vaya apurgar. Conviene, según explican, empezar siempre por el radiador que esté más próximo a la caldera para seguir el sentido del flujo del agua dentro del sistema de calefacción.

Después, con una llave inglesa o un destornillador en mano, se gira la válvula de purgado y se mantiene abierta hasta que comience a salir agua de forma constante y sin gorgoteos.

No hay que olvidar en este momento sujetar un recipiente pequeño en la parte inferior de la válvula para acumular en él el agua y no mojar nada en casa

Este proceso hay que llevarlo a cabo en todos los radiadores del sistema de calefacción.

Por supuesto, una vez finalizado el trabajo, es necesario comprobar que la presión del agua en la caldera sea la correcta. Esta debe situarse generalmente entre 1-1,5 bares.

En el caso de que, hecho esto, los radiadores no calienten o no lo hagan lo suficiente, puede ser que el sistema de calefacción no esté equilibrado, lo que también podría solucionarse. En este caso, el proceso se hace con otra llave que está en la parte inferior del radiador.