La reforma de la ley electoral que el PP planteará al Congreso de los Diputados habría provocado cambios severos en las pasadas elecciones autonómicas de haber estado vigente. Los más significativos se habrían dado en Zamora capital y en Benavente, los dos ayuntamientos más importantes de la provincia y en los cuales las opciones de gobernar de los populares habrían sido bastante superiores.

La reforma, que presentó a los medios Fernando Martínez Maíllo dentro de sus labores como nuevo vicesecretario de Organización de los populares, plantea dar un "plus de gobernabilidad" a las listas que obtengan más del 35% de los votos. De existir esto, muchos de los pactos que se han llevado a cabo tras el 24-M habrían sido directamente ilegales. En caso de que ningún partido alcance ese porcentaje de votos, dicen los populares, se plantearía una segunda vuelta. No hay más detalles en este supuesto, por lo que no se sabe si esa segunda vuelta sería cosa de los dos partidos más votados o si, de nuevo, volverían a concurrir todos los que presentaron lista a las elecciones.

En el caso de la capital, donde los populares conformaron la lista más votada y Francisco Guarido consiguió la Alcaldía para IU gracias al apoyo del PSOE y de los dos concejales del grupo mixto (Gómez y Lucas), la reforma haría necesaria una segunda vuelta. Un sistema como el de las presidenciales francesas, modelo al que parecen sumarse los populares, habría enfrentado en segunda vuelta al equipo de Guarido con el de San Damián.

Más delicado se vuelve el escenario en el segundo mayor municipio de Zamora. En Benavente no habría opción siquiera a segunda vuelta. Los votos conseguidos por Juan Dúo para el PP habría sido suficientes para invalidar el pacto postelectoral que el PSOE hizo con IU. Los populares superaron por unas décimas el 35%.

En Morales del Vino la norma habría dado la Alcaldía a José María Barrios. El regidor municipal, de Ciudadanos, no tendría opciones de gobernar puesto que Barrios, con poco más del 35% de los votos, encabezó la lista más votada por los vecinos en las pasadas elecciones.

Ya es la segunda vez que el PP deja caer la opción de realizar un cambio profundo en la ley electoral. No hace tanto, en agosto del año pasado, fue el propio gobierno el que dejó entrever los beneficios que, a su juicio, tendría el gobierno de la lista más votada, sin dar lugar a pactos que lleguen después de la cita de los ciudadanos con las urnas. En algunos territorios, como Andalucía, los populares lo han puesto encima de la mesa sin tapujos, y ahora es una de las propuestas estrella que sale de la Conferencia Política que el PP celebró el pasado fin de semana. Los tiros, parece, van por ahí, aunque será muy complicado -prácticamente imposible- sacar adelante una reforma de este calado en lo que queda de legislatura. Además, los populares siempre se han mostrado favorables que contar con el máximo consenso antes de adoptar reforma alguna de la ley electoral. Sería necesario, por lo menos, el apoyo del PSOE, que ya se ha manifestado en contra.