Maite Martín Pozo todavía está asumiendo su nueva responsabilidad, presidenta de la Diputación Provincial, noticia que recibió con vértigo y sorpresa. Agradece, sorprendida, la confianza del presidente del PP y amigo, Fernando Martínez Maíllo, y del partido.

-Cuando entró en la candidatura de Piedrahíta de Castro, imagino que nunca habría imaginado que acabaría presidiendo la Diputación Provincial.

-No. El acompañar al candidato, al alcalde de Piedrahíta, apoyarle me pareció estupendo. Es un municipio al que estoy muy unida porque mis suegros y mi marido son de allí.

-La designación le pillaría con el pie cambiado, ¿cómo reaccionó, qué pensó?

-Totalmente, con el pie cambiado. Tuve una mezcla de sentimientos, en primer lugar, mucho vértigo porque es algo inesperado, es una sorpresa. Sientes agradecimiento al presidente y al PP por confiar en ti y que te crean merecedora de un puesto como este, para mí de los más gratificantes que puede haber, que implica trabajar por tu provincia. Te ilusionas.

-Muchos ciudadanos no saben quién es porque, aunque es diputada nacional, su carrera política no ha sido tan larga. ¿Cómo se presentaría a esos concejales y alcaldes que van a tener que acudir a su despacho a menudo?

-Esa apreciación no es del todo acertada, mucha gente sabe quién es Maite Martín Pozo, soy zamorana, he vivido siempre aquí, como mi familia, hago la compra en mi barrio, voy de cañas, voy a las fiestas..., me he recorrido la provincia en varias campañas electorales, he coordinado dos, soy vicesecretaria de Relaciones con la Sociedad del PP. A lo mejor no saben poner cara a la diputada nacional, pero si les preguntas quién es Maite Martín Pozo... A parte, he estado once años en el Ayuntamiento de Zamora y cinco como jefa de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta en Zamora. Mi carrera política puede ser corta, creo que se me conoce, aunque ese grado de conocimiento siempre es mejorable y estoy a su disposición.

-Aún se recuerda a esa Maite Martín Pozo que recorría la provincia como responsable de Familia.

-Estaba encantada, fue una de las etapas más bonitas, se apoyaba al mundo rural en juventud, mujer, infancia, con las guarderías, el programa crecemos, campamentos, cursos de formación de mujeres. Mucha gente me recuerda de esa etapa que yo guardo con cariño y nostalgia.

-¿Ese conocimiento le facilitó su labor como política?

-Sí, muchos alcaldes, que continúan en el cargo o están vinculados a la política y el PP, me recuerdan. He conocido a mucha gente y lo he agradecido.

-Pasar del Congreso de los Diputados a dirigir esta institución significa dar un giro de 180 grados a su vida. Tendrá que recomponerse y situarse en tiempo récord.

-Mi vida ya dio otro giro de 180 grados cuando pasé de mi despacho de funcionaria al Congreso, pero es bueno, siempre el cambio de aires nos obliga a estar más preparados, a ponerte las pilas para centrarte en la nueva tarea.

-¿Qué le atrae más de la gestión provincial?

-El contacto con la gente, con el mundo rural y poder hacer algo por mi provincia.

-¿Qué objetivo se marcará?

-Bueno, acaba de proponerme el presidente al Comité Ejecutivo y una cosa es su voluntad y otra el acuerdo al que hay que llegar con los diputados provinciales que tienen que votar.

-¿Qué le ha dicho su familia?, porque la vida será más tranquila como diputada nacional que asumiendo este cargo que conlleva responsabilidades mayores

-Mi familia siempre me ha apoyado y esta vez no he tenido ni que preguntarlo. Es otro cambio más y siempre he tenido contacto, como diputada nacional, con alcaldes y concejales, con la provincia.

-El enfrentamiento que durante la campaña electoral tuvo con el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, ¿empañará las relaciones institucionales o es agua pasada?

-Entiendo que no, habrá tiempo para tener el primer contacto, ubicar dónde está cada uno y las necesidades que una institución tenga respecto de la otra, para poder llegar a coordinar. El que alguien sea un adversario político no le convierte en enemigo. En campaña pasan muchas cosas, espero que todos seamos capaces de pasar página.

-¿Qué cualidades de Martínez Maíllo le gustaría tener para dirigir la institución?

-¡Uf, todas! No soy objetiva, es mi amigo desde hace muchísimos años y pocos o ningún defecto le encuentro. Su gestión ha sido muy buena, ha dado un cambio sustancial a la provincia, ha hecho muchísimas cosas, ha dejado el listón muy alto.

-Nunca ha gestionado una institución, ¿el desafío le inquieta?

-He gestionado el departamento territorial, con presupuesto propio, donde se adoptan decisiones, no tiene nada que ver, esto es mucho mayor, pero miedo no tengo, responsabilidad sí. Es un reto importante, pero con preparación y con el estupendo equipo de diputados y los consejos del presidente de mi partido y amigo no tendré ningún problema.

-¿Cuándo supo que le miraban como sucesora de Maíllo?

-Tuve una llamada el viernes, sabía que era la primera suplente y que sería diputada provincial, pero no esperaba esto.

-¿Con Herrera, habrá relaciones fluidas si es presidente?, ¿le conoce?

-Le conozco como a otros cargos autonómicos porque en este partido se mantienen contactos, pero amiga personal, no te voy a mentir, no soy, le he visto en cuatro o cinco ocasiones. Habrá una relación normal, es mi presidente autonómico.