Miguel Alejo (Almeida de Sayago, 1950) dice que su "puerta giratoria" -así se designa coloquialmente al provecho que saca un alto cargo público de su situación de privilegio para obtener un goloso puesto en la empresa privada- ha sido volver a su pueblo. Un camino inverso al del común de la clase política. De arriba a abajo. De candidato a la alcaldía de León y delegado del Gobierno en la Comunidad durante siete años a la aspiración de ser alcalde de su pueblo.

-Ya solo queda un paso para cumplir aquel sueño que confesó a sus alumnos allá por los 80.

-Pues sí. Aspiro a ser alcalde de mi pueblo con el partido al que he pertenecido siempre, el Partido Socialista; no como otros que van y vienen según las circunstancias. Yo, coherencia.

-¿No se le queda pequeño este puesto después de ocupar otros más relevantes?

-No, porque para mi está dentro de lo que es el concepto de la política. La política es servicio. Ahora estoy jubilado, pero administrativamente. Eso de ya no sirvo para nada, ya soy un trasto, un jarrón chino como dice Felipe González, pues no.

-¿La renovación era esto, dirán algunos?

-La renovación no viene solo de los jóvenes. He oído decir al líder de Ciudadanos que los únicos demócratas, más o menos, en este país son los que han nacido en democracia. Vamos a ver, hay que hacer entre todos y por tanto, con mi conocimiento y mi experiencia si puedo hacer algo y mucha gente me lo pide, pues no debo mirar para otro lado. Porque eso, no se si sería renovación o no, pero sería cobardía.

-El momento no es muy favorable que digamos, con un PSOE provincial atravesando una profunda crisis y las encuestas, tanto en Castilla y León como en Zamora, bastante alarmantes.

-Es obvio que el Partido Socialista ha perdido algo de tiempo para hacer las cosas, esperemos que podamos llegar a tiempo, que rectifiquemos para hacer lo que verdaderamente hay que hacer. Cuando se gobierna durante muchos años evidentemente se pueden cometer errores.

-Pero es que el PSOE está en la oposición, y en la Comunidad y Zamora desde hace muchos más años.

-Pues claro, claro, por eso también quiero contribuir. El partido se hace desde abajo para arriba y en todos los sitios. El PSOE no es solo lo que pasa en Madrid o en Andalucía, son también los pueblos y yo desde aquí quiero contribuir.

-¿Qué errores han cometido para que no solo no tome la alternativa sino que encima pierda electorado?

-Cuando se gobierna mucho tiempo pues a lo mejor tienes tantas cosas que hacer que te olvidas un poco de estar permanentemente en contacto. Porque ahora los políticos saludan, prometen, el cara a cara, todo? Pero ¿y el día después?

-Pero usted también ha sido partícipe de eso, de estos tiempos de letanías, verborrea y abrazos...

-Cuando he sido delegado del Gobierno claro que no habré estado en todos los sitios y quizás no he atendido a todo el mundo como quisiera, pero al menos me he esforzado en que no hubiera mucho trecho entre lo que dices y lo que haces. Esa es la agenda de trabajo, la permanencia, el estar todo lo que puedas todos los días en todos los lugares. Y luego venir al pueblo y hacerlo igual.

-Hablando de su pueblo, ¿qué le ha llevado a meterse en este berenjenal, en un Ayuntamiento tan complicado, endeudado y con tantos problemas pudiendo disfrutar de una jubilación dorada?

-Pues porque uno tiene una experiencia, una vocación y una voluntad. Guardando las distancias esto mismo le preguntaban a Nicolás Castellanos, que era obispo de Palencia y se fue de misionero. A mi me contaba que le hacían esta misma pregunta. Yo le decía pues yo lo haré en su momento, soy delegado del Gobierno y querría ser alcalde de mi pueblo.

-¿Tiene claro el diagnóstico y las soluciones para el pueblo?

-Aunque he trabajado fuera siempre he vuelto a Almeida, conozco a todo el mundo y la problemática. Pero a pesar de eso, antes de decir lo que podemos hacer, he ido casa por casa. Los vecinos me han dicho tres cosas fundamentales; una es la residencia. Es un servicio social fundamental porque permite a los mayores quedarse en el pueblo pero además es un foco de trabajo. Otra necesidad es el centro médico, donde se hizo una obra que no está bien y ahora dicen que hay que rehabilitarlo; lo que yo pregunto es por qué no lo han hecho los que han estado. Yo he dicho que si salgo alcalde, al día siguiente desmonto el tejado y ya buscaré la financiación, pero no podemos permitir que se caiga. Y en tercer lugar la gente me pide que arreglemos esto entre todos, la gente no quiere divisiones.

-¿Cómo va a solucionar la deuda y la viabilidad de la residencia?

-La residencia tiene unos ingresos que son fundamentalmente de las personas y con eso el centro puede funcionar. Está llena prácticamente, por tanto se autoalimenta y hay que pagar a los trabajadores, lógicamente.

-¿Pero qué pasa con la deuda, tanto de la residencia como del propio Ayuntamiento?

-Nadie te va a perdonar nada, pero yo estoy seguro de que las entidades bancarias tienen una visión social de las cosas. Hay que renegociar esa deuda para poder respirar. Pero para eso hay que presentarse con los deberes hechos; el primero es aprobar un presupuesto, que es la pieza fundamental para presentarse con responsabilidad y con seriedad.

-Una persona como usted tiene la ventaja de contar con agenda, levantar un teléfono y que se le ponga Herrera o cualquier consejero de turno. ¿Va a tener esa tentación?

-Tentación no, tengo la obligación de hacerlo. Pero hay otro matiz; yo tengo amigos, personas con las que, estando en distintas opciones políticas, hemos trabajado juntos y nos hemos respetado. Desde luego, si hay una relación personal esto ayuda a resolver los problemas.

-Me consta que en el pueblo hay gente que le quiere votar pero le cuesta meter la papeleta del PSOE.

-Tengo mucho respeto a los otros candidatos y el resultado se verá, no quiero prejuzgar. Absoluta humildad, casa a casa, voto a voto, persona a persona. También dicen los de fuera "pueblo pequeño, infierno grande". Yo aquí estoy encantado, pero ya veremos.

-Ahora no tendrá ni asesores, si coche oficial, ni sueldo.

-Pablo Iglesias, el nuestro, decía en este partido hay que estar dispuesto a ser presidente del gobierno, pero también a ser el conserje de la Casa del Pueblo del último pueblo de España. Esta es una filosofía fundamental; cuando tú tienes una visión de servicio no puedes estar pensando en lo que voy a ganar o los asesores que voy a tener.

-Usted de eso también sabe...

-Pero ahora no. Podía estar buscando las vueltas a mi partido a ver si me nombran o me ponen o me proponen. No, radicalmente no. Algunos dicen esto es un trampolín para irse a la Diputación o al Senado. Ya lo he dicho y lo repito: noooo. Miguel Alejo ha venido para quedarse en su pueblo.

-Tampoco es un delito aspirar a esos cargos.

-El Ayuntamiento de Almeida lo quiero a tiempo completo, lo pongo en el programa y voy a cumplirlo. La puerta giratoria la he practicado de esta manera y si alguien quiere algún cursillo de cómo se pueden girar las puertas así que me lo diga, y no soy el único ¡eh!. Yo no vuelvo para atrás, vuelvo a la esencia de la política.

-Se que va a decir que no toca pero ¿si se produce un resultado catastrófico tras las municipales hay que tomar medidas?

-Cuando se tienen malos resultados hay que afrontarlo y responder. Hemos visto un ejemplo en Inglaterra, si no tienes unos resultados debes asumir la responsabilidad.

-¿Qué es lo primero que va a hacer cuando entre en el despacho, si gana?

-El día 13 de junio es la toma de posesión y en un mes explicaremos cuál es la situación que vamos a afrontar. Reuniré el primer consejo municipal para exponerlo al pueblo. Todo con claridad, transparencia y mirando a los ojos a la gente.