Como si se tratara de la final de los cien metros lisos en unas Olimpiadas, los diez candidatos a la Alcaldía de Zamora se colocaron ayer en sus puestos a la espera del pistoletazo de salida de la carrera electoral. Algunos han llegado hasta aquí pasando eliminatorias previas y otros han conseguido el puesto en la final designados por la organización. Pero ahora están aquí. Son diez. Y solo va a ganar uno. Los hay con experiencia, a los que no les impresiona ver el estadio lleno. Y los hay novatos, que intentan llevar la presión lo mejor posible. Pero el objetivo es el mismo: el bastón de mando de la Casa de las Panaderas.

Una foto para la historia. Eso es lo que ayer protagonizaron los diez candidatos a gobernar el Ayuntamiento de Zamora escasas horas antes del inicio de la campaña electoral. Todos estaban citados y todos acudieron. Una forma de decirle a la ciudadanía: "Aquí estamos, estos somos y vamos a convencerte". Sin miedos. Sin reticencias. Simplemente acompañados de sus carteles electorales, cada uno el correspondiente, excepto Francisco Guarido, el líder de Izquierda Unida, que prefirió acudir "a cuerpo".

Los candidatos se colocaron por orden de representatividad en forma de "L" abierta. Clara San Damián, por pertenecer al partido que actualmente gobierna en la ciudad, se situó en primer lugar. El socialista José Luis Gómez, a continuación. Francisco Guarido sería el siguiente. Y para cerrar el ángulo, Miguel Ángel Mateos. En la vertiente horizontal, los partidos que aspiran a entrar en el Consistorio el próximo 24 de mayo. Cada uno se colocó donde quiso, quedando diseñado el abanico de la siguiente manera. Junto al líder de Adeiza, José Miguel Mateos (UPyD), seguido de Manuel Herrero (UPL), Francisco José Requejo (Ciudadanos), Cándido Ruiz (Gana Zamora), Carmen Guil (Ahora Decide) y Francisco Iglesias Carreño (Prepal).

La reunión de aspirantes al gobierno duró apenas unos minutos y la cordialidad fue máxima. De hecho, tras la primera toma, fue el veterano Francisco Iglesias Carreño quien propuso realizar otra fotografía "más amable". Es decir, de grupo. Algo a lo que el resto de candidatos no se negó. Tras inmortalizar ese último momento, cada uno de ellos se desvió de la Plaza Mayor por un lugar diferente para continuar con sus apretadas agendas de campaña electoral. A partir de ahora comenzará la batalla, lucharán por los votos de cada uno de los zamoranos dejando, en ocasiones, esta cordialidad únicamente en la tarjeta de memoria de la cámara fotográfica.