Los votantes sayagueses tomaron ayer la jornada electoral con tranquilidad. Solo contadas personas depositaron su voto nada más abrirse las urnas. Hubo un goteo parsimonioso durante las primeras horas. En el municipio de Fariza, la ausencia de José Manuel Pelazas, por estar en Argentina, hizo ocupar su puesto a un suplente. "Me llamo como el general cartaginés: Aníbal", decía en un ambiente apacible. Un bar les había servido por voluntad de la dueña un café con leche. Los electores contaban con un microbús para el traslado, pero la realidad es que sobraban todos o casi todos los asientos. En Cozcurrita nadie subió al coche, en Badilla dos personas en el primer viaje y ninguna en el segundo, en Palazuelo seis en el primero y ninguno en el segundo, y tres personas de avanzada edad hicieron uso del transporte en Mámoles. "Hay menos que en otras ocasiones" expresaba el conductor, dando tiempo por si llegaba alguien. El alcalde, Manuel Ramos, señalaba que el transporte de votantes da fe de la poca gente que queda en los pueblos. Había, no obstante, quien utilizaba sus propios medios. "¡Que no nos hagan volver a votar!" manifestaba un elector de Mámoles de tertulia en la plaza de Fariza, con otros hombres ya jubilados. A las 11.30 horas el campanero José Manso Pordomingo agarró los badajos de la iglesia de Fariza y repicó con maestría durante largos minutos. "Como un día de Viriatos" al decir de una persona. Fue uno de los momentos de mayor afluencia porque los feligreses aprovecharon para cumplir con la devoción y como ciudadanos.

A las 12.00 horas en Fermoselle habían cumplido su derecho trescientas personas.

"Hoy no bebéis el vino" decía a quienes ocupaban la mesa un votante de Bermillo de Sayago. También aquí los oficios religiosos animaron la presencia.