Era la única manera en la que se aseguraba ejercer su derecho al voto. El zamorano Jorge Castaño, que reside actualmente en la isla de Guadalupe, en el Caribe, ha tenido que adaptar sus vacaciones de verano a los comicios de junio para poder acudir a las urnas. "Como soy autónomo, podía hacerlo, aunque tenía que buscar a alguien que me reemplazara en estos días", apunta este fisioterapeuta que se ha recorrido un total de 8.000 kilómetros -7.000 hasta París y otros mil hasta Morales del Vino, donde reside su familia- para lograr su objetivo.

El pasado 20 de diciembre también pudo votar, pero a través de su tía, a la que le "rogó" el voto. "Se lo agradezco enormemente. Cuando me enteré de que iba a abstenerse, ella cambió su decisión por la que yo le comuniqué en secreto. Es una práctica muy extendida entre los expatriados y desde una página web nos hemos organizado para ponernos en contacto con abstencionistas. ¿Qué tipo de democracia obliga a los ciudadanos a buscar estas artimañas buscando un derecho tan fundamental?", se pregunta.

Esa opción no la podía volver a utilizar en esta ocasión, pues su tía ha cambiado de opinión y sí votará este domingo. "Es la razón por la que, aprovechando mi condición de autónomo, cuadré mis vacaciones para venir a votar", explica.

El problema con las elecciones que tiene él se repite con muchos otros emigrados. "En mi caso, vivo en un protectorado francés del Caribe, donde la embajada correspondiente se encuentra en París, a más de 7.000 kilómetros de mi casa. Demasiado lejos para inscribirme o para ir a votar", explica sobre su situación personal.

"Creo que el mío será uno de los casos más escandalosos del mundo, tener que ir a París primero para inscribirse y luego tener que pedir el voto por correo", enumera.

En este sentido, el zamorano ofrece una posible solución, haciéndose eco de lo que ocurre en Francia. "Los franceses tienen un carnet electoral que pueden prestar a alguien de confianza, acompañándolo de una procuración. Si nuestros responsables fuera más éticos a la hora de elaborar las leyes, podríamos copiar este modelo, esperando siempre que los más faltos de escrúpulos no utilicen la picaresca española para robar las procuraciones de nuestros mayores, por ejemplo", apunta el joven, quien está implicado activamente en política, ya que es apoderado de Podemos.

Y es que Castaño considera que el voto rogado, pactado entre los principales partidos "es un sin sentido que todos sabemos a quién beneficia, si tenemos en cuenta el resentimiento de la comunidad española en el extranjero", razona. "Los que nos hemos visto obligados a emigrar queremos un cambio que solo puede llegar de la mano de las dos fuerzas políticas emergentes", argumenta sobre el futuro del país. "Esta ley se hizo de forma deshonesta. Antes votaban el 30% de los emigrados y tras este cambio se redujo al 5% los que pedían el voto, de los cuales solo la mitad pueden finalmente votar", calcula. "Encima hay que pagar un dinero que es complicado que te reembolsen. Es todo un atentado a la democracia", condena sobre esta situación

Regresará el próximo miércoles a Guadalupe, tras dos semanas de vacaciones en su tierra, con el deber de ciudadano cumplido y, espera, con los vientos de cambio en España.