El reparto de senadores en Zamora da tres escaños al Partido Popular y uno al Partido Socialista. Entran todos los candidatos que había presentado el PP y hay que subrayar que Clara San Damián, que iba de número dos en la lista, ha superado a Dionisio García Carnero, que era el primero. Ha conseguido escaño también Javier Faúndez, el alcalde de Trabazos. Por el PSOE consigue representatividad José Fernández, alcalde de Puebla de Sanabria, que ha revalidado su puesto en la Cámara Alta, lugar que ya ha ocupado en la última legislatura.

Las elecciones al Senado ya se presuponían menos reñidas que las del Congreso. Al ser un tipo de elección nominal y listas abiertas, y teniendo en cuenta las encuestas y la trayectoria política de Zamora, parecía claro que el partido más votado -el PP- iba a lograr tres escaños, como así ha sido. El cuarto -todas las provincias de la península tienen cuatro representantes en la Cámara Alta- ha ido a la segunda opción de los zamoranos, al PSOE. Aquí no ha habido sorpresas y el número uno ha sido el que ha conseguido un puesto.

Como era previsible, los candidatos del resto de formaciones políticas se han quedado lejísimos de obtener representatividad. Si se dejan de lado los nombres que han presentado PP y PSOE, los siguientes en aparecer en la lista son los representantes de Podemos. Marina Elizondo y José Martos se sitúan en séptimo y octavo lugar respectivamente, pero con casi la mitad de votos que el último de los socialistas, Jesús Angel Antón Rodríguez.

Entre los tres representantes de Podemos se ha "colado" Valentín Iglesias, el primero de los candidatos de Ciudadanos a la Cámara Alta. La diferencia de votos con las posiciones inmediatamente superiores no es significativa, pero sus votos no alcanzan a ser ni la mitad de los que tienen los últimos representantes del Partido Socialista.

Por lo referente a la participación, cabe destacar que es cinco puntos más elevada que en el año 2011. El Senado marcha en este sentido de la mano de lo que sucede en las elecciones al Congreso de los Diputados y, con todo, es casi un punto inferior a la de la Cámara Baja. Esto quiere decir que muchos votantes han acudido a las urnas pero, en lugar de participar en las elecciones al Congreso de los Diputados y al Senado, han optado por introducir solo el sobre blanco con los candidatos a la Cámara Baja. Los votos blancos y nulos son, porcentualmente, mucho más elevados que los del Congreso de los Diputados y rozan el cuatro por ciento en el primer de los casos y el cinco en el segundo.