"Nos encontramos ante las elecciones más reñidas de la democracia y la participación es fundamental. Aunque no resida en España, quiero aportar mi voto para construir un futuro en el que pueda volver". Las palabras de Arturo Calvo desde Dublín representan el pensamiento de muchos de los zamoranos que residen en el extranjero ante las próximas elecciones generales del 20-D. "Tenemos una visión más global y el conocimiento de las políticas que han funcionado y las que no en los países donde residimos", considera, al tiempo que reconoce que en esta campaña "los políticos no han hecho ningún guiño a los expatriados, aunque haya más de dos millones en el extranjero".

Desde Italia, Sarai Llamas subraya que desde la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral de 2011, con la consiguiente petición del voto rogado "me ha resultado prácticamente imposible ejercer mi derecho, han multiplicado los trámites para votar", denuncia. En este sentido, considera "inaceptable en una sociedad democrática como la española que los que residimos en el exterior tengamos que sufrir una auténtica carrera de obstáculos cada vez que se celebran comicios".

La profesora Laura de Castro, que reside cerca de Lyon, señala que "nadie te explica cómo hacer el papeleo". Un auténtico galimatías que, según su parecer "solo está hecho así para desanimarnos y no hacer los papeles necesarios para poder votar", lo que, en su caso particular, le hizo no poder votar en las municipales de mayo. "No sé si podremos aportar algo, si puede haber un cambio, pero al menos creo que, sobre todo nosotros, exiliados, debemos alzar la voz y ante todo hacer valer nuestro derecho de voto", subraya.

La sensación es la misma al otro lado del Atlántico. La investigadora Laura Belver explica que muchos de sus compañeros españoles de la Universidad de Columbia se han quedado sin votar por los trámites. "No hay ninguna facilidad, la información va más de boca en boca que por cauces oficiales", considera, por lo que, si estuviera en sus manos, simplificaría el papeleo a "ir al consulado o la embajada en día de las elecciones", propone. "La ciencia ha sido muy maltratada por los recortes y para mí es importante que el gobierno de España esté comprometido con la investigación, ya que eso puede afectar a las decisiones que tome en un futuro. Por eso quiere hacer uso de elegir el rumbo que quiero que tome mi país", razona.

Desde Chile, Iván Calvo también votará "porque estoy comprometido con un futuro mejor para España y quiero contribuir en lo que se pueda. Es un compromiso personal. Hubo mucha gente que en el pasado dio su vida por que podamos votar libremente, así que esto no se puede tomar a la ligera". Sobre el sistema electoral actual, "es manifiestamente mejorable, porque beneficia a los partidos mayoritarios", explica.

Allí también reside desde hace más de dos años Daniel Gómez, quien reconoce que colectivos como Marea Granate han ayudado a los emigrantes. "Es una falta de interés no participar en unas elecciones, más aún en la situación en la que se encuentra el país", considera

En el lado opuesto están dos zamoranas que residen en Francia y que han decidido no ejercer su derecho, aunque por razones distintas. Elisabeth García, desde París, su hogar desde hace décadas, cree que para votar "hay que estar involucrado en la vida cotidiana del país, aportando su contribución laboral, pagando impuestos, beneficiándose de sus prestaciones", enumera. Aspectos a los que ella no está ligada. "Me parece muy bien que los emigrantes recién llegados y que aspiren al retorno voten. Además, los políticos saben que tienen que tranquilizarlos y prometerles un regreso, aunque solo sea en sus discursos", apunta.

Por su parte, a Yaiza Martín todavía le duele la decisión que ha tomado desde Marsella. "Llevo más de tres años viviendo en Francia y siempre hago todo lo posible para votar por correo, pero esta vez los resultados esperados han acabado con mi entusiasmo", lamenta, aunque reconoce que el voto que viene del extranjero "es de protesta contra el gobierno actual, que beneficia sobre todo a los partidos de izquierdas". Su propuesta para agilizar los trámites pasaría por promulgar el voto por Internet "aunque dejara de ser anónimo. Vale más facilitar el acceso al voto que ocultar la identidad", valora.

"Los plazos a cumplir son cortos, estrictos y para nada fáciles de efectuar"