La sanidad en su conjunto y, más concretamente, las preocupaciones derivadas de la pandemia y de la falta de recursos suficientes para hacerle frente son la principal preocupación para el trece por ciento de los ciudadanos de la comunidad. Solo la despoblación, nombrada por un tercio de los habitantes, y el paro, que es mencionado por el 18% como la principal preocupación actual, superan a la sanidad en la lista. Son datos de la última encuesta del CIS. Así las cosas, no es de extrañar que la política sanitaria ocupe un lugar destacado en los programas de las formaciones políticas con más opciones de jugar un papel relevante en el Gobierno de la comunidad a partir del 14 de febrero, fecha de las próximas elecciones en Castilla y León.

Una lectura de las promesas electorales permite comprobar que la política sanitaria es, cuanto menos, un tema sensible en una comunidad autónoma tan envejecida como Castilla y León. Todos los partidos abogan por la gestión pública de hospitales y centros de salud y por reforzar la dotación presupuestaria. Unos ponen cifras, otros no tanto. Así las cosas las diferencias hay que buscarlas en la letra pequeña de los programas electorales.

El Partido Popular es el que más detalla sus propuestas sanitarias. Dedica ocho de las 128 páginas de su programa a desgranar casi cien medidas concretas referidas a la sanidad. A grandes rasgos, el PP propone reforzar el diálogo social y la negociación laboral con los profesionales de Sacyl como “el principal valor del sistema sanitario”, plantea una “estructura de demarcaciones” que permita una “mejor organización” del sistema y pone sobre la mesa la necesidad de reforzar el sistema de emergencias para que sea “eficaz, moderno y equitativo”, con medidas como un incremento de Soportes Vitales Básicos en la comunidad de forma que cada Zona Básica de Salud cuente, al menos, con uno. En Atención Primaria “trabajaremos para alcanzar una demora máxima de 72 horas en las consultas a demanda” y en Atención Hospitalaria se apuesta por “una alta especialización” de los profesionales. La docencia y la investigación completan el planteamiento sanitario del PP.

El principal partido de la oposición, el PSOE, da también importancia a sus propuestas sanitarias en un programa electoral aún más extenso que el del PP. 286 páginas totales de las que la sanidad ocupa un total de 26, cerca de un diez por ciento. Por suerte para el lector, los socialistas detallan sus grandes propuestas de forma esquemática. Así las cosas, se comprometen con la sanidad pública y con “su gestión pública, buen gobierno y participación social”. Plantean “relanzar la Atención Primaria”, dañada a su juicio, “como eje fundamental del sistema” y la creación de una “red de hospitales para los pacientes del siglo XXI”. Para los profesionales, se plantea un plan de reordenación de recursos humanos en el primer año de legislatura. Ocupa un lugar destacado la salud mental, para lo cual “se implementará un programa de promoción dirigido a la población adolescente, de entre 12 y 18 años, poniendo el foco en la promoción de hábitos para el desarrollo de habilidades de relación interpersonal y de construcción de la propia identidad personal”. Se incorporarán psicólogos a la Atención Primaria para tal fin.

Ciudadanos, partido que ha gestionado la cartera sanitaria en la última legislatura, convierte el tema en el centro de su programa electoral. El partido naranja saca pecho por la gestión de Verónica Casado y asegura que “el mayor presupuesto sanitario de la historia de Castilla y León es sólo el principio: seguiremos aumentando los recursos destinados a la sanidad, hasta alcanzar al menos el 7,5% del PIB”. Conscientes del problema existente por la falta de médicos, los de Francisco Igea aseguran que “impulsaremos un Plan de Atracción de Jóvenes Profesionales Sanitarios para atraer, retener y cuidar el talento de nuestro sistema de salud” ya que “nuestra región tiene unas necesidades asistenciales importantes, y nuestro sistema sanitario requiere una revitalización y un plan a medio y largo plazo para garantizar su sostenibilidad. Para ello, es necesario atraer a jóvenes profesionales con incentivos”. Ciudadanos, además, asegura que “crearemos un espacio digital de la salud en Castilla y León”.

Unidas Podemos, por su parte, hace pivotar sus propuestas sanitarias en el carácter público del sistema. Así, proponen “trabajar para que la salud sea un Derecho Fundamental recogido en la Constitución y, en este sentido, implantar una línea de actuación para incorporar la salud de manera transversal a todas las políticas públicas”. Entre otras cosas, también se propone aumentar el presupuesto público en investigación sanitaria para disminuir la dependencia de la investigación castellano y leonesa de las grandes compañías farmacéuticas.

Por ausencia de programa, ha sido imposible conocer las propuestas sanitarias de partidos como Vox, que en sus “10 medidas para Castilla y León” se olvida de este punto pero sí tiene hueco de pedir “libertad frente a las imposiciones progres” como la memoria histórica o el proyecto de ley LGTBI.

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