El joven de 17 años que fue detenido tras propinar un puñetazo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante un paseo electoral en Pontevedra pasó esta madrugada su primera noche en el centro de menores Monteledo de Ourense. Lo hizo después de que a última hora de la tarde de ayer la titular del juzgado de instrucción número 1 de Pontevedra, que estaba en funciones de guardia, dictase para este adolescente orden de internamiento en régimen cerrado durante un periodo de seis meses.

Se trata, según aclaró la Fiscalía y el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, de una medida cautelar que se adopta mientras el Ministerio Público finaliza la fase de instrucción, para posteriormente abrir una fase de enjuiciamiento del menor y dictar una sentencia definitiva.

Estos seis meses de internamiento inicial acordados por el juzgado de Guardia, según explicó el TSXG, pueden ser prorrogables o quedar sin efecto en el caso de que el juzgado de Menores, competente en este asunto, lo considere oportuno. Al no encontrarse de guardia el juzgado de Menores, la medida se tomó de forma provisional por parte del juzgado de instrucción de guardia.

El fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, explicó que la Fiscalía de Pontevedra se mostró conforme con la decisión adoptada por la juez, dado que "esa fue la petición expresamente realizada" por el Ministerio Público. Aladro, quien compareció acompañado por la fiscal coordinadora de Menores, Encarnación Bullón, confirmó que el internamiento en régimen cerrado es la medida cautelar de mayor gravedad que se puede adoptar hacia un menor de edad. Aladro indicó que la medida de reforma que se le imponga finalmente al menor "puede durar de seis meses a seis años, en el caso de que resultara la condena", tras insistir en que la medida adoptada ayer es cautelar.

Aladro explicó que el delito por el que está siendo investigado este menor es el de atentado contra la autoridad y que se solicitó el internamiento precisamente "en atención a la persona en la que se produce", el presidente del gobierno, lo que provoca que se aplique "una circunstancia de extraordinaria gravedad recogida en el artículo 550 1 y 3" del Código Penal.

Así las cosas, sobre las nueve de la noche de ayer el adolescente partía en dirección al centro de menores de la Xunta en Ourense, el único en régimen cerrado de Galicia, después de una jornada maratoniana en los juzgados. Llegó al edificio judicial de A Parda en torno a las diez de la mañana y lo abandonó once horas después.

Un tiempo durante el cual este adolescente habría transformado su euforia inicial tras la agresión (durante su detención llegó a manifestar que estaba "contento" de lo que había hecho y mostró sus pulgares en alto) por un sentimiento de arrepentimiento que manifestó ante el juez, siempre según indicó su letrado, Jorge Cubela. Antes de declarar, el joven tuvo que someterse a un examen médico-forense con los psicólogos y los trabajadores sociales que, entre otras cuestiones, realizaron una evaluación preliminar del estado mental de este joven que estaba diagnosticado y con tratamiento por depresión y ansiedad y que ya había mostrado conductas conflictivas en varios centros educativos en los que cursó estudios, aunque no tenía antecedentes.